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POV Omnisciente

-Pasó algo con Manuel?.-Preguntó Nicolás, quien ahora estaba en la cama con el demonio, todavía en la casa del Infierno.

-No quiero hablar sobre eso.-Dijo Dark, siendo sincero con él.-Y es lo mejor para ti, cariño, que no te metas en el asunto.

El pequeño moreno confió en él y asintió, acercándose más a su novio y posteriormente cerrando los ojos, estando tranquilo y relajado.

-Amor.-Dijo Dark Jaime, llamando la atención de su pareja.-Yo... eh, sabes que yo soy feliz contigo?

Los ojos del pequeño moreno se iluminaron, literalmente, ahora sus ojos eran celestes, por lo menos por unos segundos.

-Yo también soy feliz contigo.-Murmuró el moreno, abrazándolo en el instante, haciendo que Dark le correspondiera el gesto.

-Sólo quería que lo supieras.-Dijo el demonio, sintiendo un peso menos por eso.-Por si no lo tenías claro.

El moreno sonrió un poco y se acurrucó contra él.

-Puedo dormir?.-Cuestionó el pequeño moreno, como si realmente tuviera que preguntárselo.

-Claro que sí.-Respondió Dark, dándole un ligero beso en la frente.-Nadie nos molestará, créeme.

El moreno se acomodó mientras sentía como su novio acariciaba su espalda.

-Duerme bien, cariño.-Dijo Dark Jaime, siempre sintiéndose mejor al tener al moreno entre sus brazos.-Yo te protejo.

El pequeño moreno suspiró, relajadamente, y durmió, haciendo que el demonio hiciera lo mismo, ya que no quería pensar en lo que había pasado.

Unas horas después

Cuando el demonio despertó, se dio cuenta en el instante que su novio no estaba entre sus brazos, causando que abriera los ojos y se sentara en la cama, mirando la habitación rápidamente para ver si este estaba ahí, aunque en verdad no lo estaba.

Se levantó de la cama y salió de su cuarto, no sabiendo si su ángel estaba en la casa o no. No obstante, sentía que algo no andaba bien, otra vez en el mismo día.

Fue a su living cuando de repente sintió algo muy filoso contra su cuello, haciendo que se quedara quieto.

-Realmente deberías tener más de tus sirvientes cuidando tu casa.-Dijo uno de los ángeles a los cuales tenía encerrados, al menos supuestamente.

-Bueno, debería, no?.-Preguntó Dark, sonriendo un poco y todavía quedándose quieto.-Bien, hablemos las cosas?

Claro que eso último lo dijo sarcásticamente mientras sentía como la daga la apretaba aún más contra su cuello.

-No quiero hablar ni una wea contigo.-Dijo el ángel, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Quiero hacerte sufrir como lo hiciste conmigo y con mis hermanos.

-Pero todo se puede solucionar hablando, no?...

Se quedó completamente callado cuando vio como el pequeño moreno entraba a la casa y veía esa escena de inmediato, haciendo que lo mirara fijamente.

-Hermano, Nicolás, menos mal que llegaste.-Dijo el ángel, siendo tan cínico como para seguir con esa farsa.-Por fin nos desharemos de este demonio de mierda y nos iremos de acá.

El pequeño moreno se quedó quieto y habló.

-Déjame matarlo.-Dijo Nicolás, estando con un rostro neutro y frío, causando que su "hermano" sonriera.-Es mi misión.

-Muy bien.-Dijo su "hermano", viendo como el pequeño moreno se acercaba y tomaba la daga en el instante.-Esto será algo que no olvidaré.

-Claramente.-Dijo el moreno, con un tono casi duro, acorralando al demonio contra la pared y mirándolo fijamente a los ojos.-Lo siento.

El demonio sonrió un poco y el pequeño moreno tomó bien la daga para después clavársela al ángel que estaba detrás suyo, provocando que este se quedara quieto por unos segundos para después brillar, bastante. En el instante cayó al piso y a los pocos segundos desapareció.

-No sabía que desaparecían.-Dijo Nicolás, siendo sincero con él.

-Todo lo que "muere" acá, desaparece.-Dijo Dark, tocando un poco su cuello y notando que tenía algo de sangre negra.

El pequeño moreno soltó la daga, no importándole, y tomó la mano de su novio, colocando sus ojos celestes inconscientemente. La herida de su demonio se sanó a los pocos segundos.

-Gracias.-Dijo Dark Jaime, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Te hubiera creído lo de querer matarme si es que no hubiera visto esa desesperación en tu cara cuando entraste.

-Cómo creías que iba a reaccionar? No iba a estar saltando de alegría.-Dijo el moreno, no soltando la mano de su novio.-Me voy un segundo, para observar lo que había afuera, y cuando entro hay un weón casi decapitándote.

-Decapitándome no...

-Vuelves a asustarme así y te saco la chucha.-Dijo el pequeño moreno, haciendo que su pareja riera.

-Tenía controlada la situación.-Dijo el demonio, haciendo que el moreno gruñera.

-No hagas que me enoje.-Dijo Nicolás, abrazándolo fuertemente y cerrando sus ojos.

-Eso no es bueno para nadie.-Dijo Dark, correspondiéndole el gesto y entendiéndolo realmente.-Tú... estás bien, cariño?

El pequeño moreno lo miró fijamente, no sabiendo a qué se refería.

-Acabas de matar supuestamente a uno de tus hermanos.-Aclaró Dark Jaime, causando que su ángel lo siguiera observando.

-Si no lo hacía, él te iba a dañar aún más.-Dijo el moreno, tomándose un momento para luego seguir hablando.-No iba a permitir eso.

-Eso no responde mi pregunta.-Dijo el demonio, siendo sincero con él.

-Estoy mejor de lo que esperaba.-Dijo el pequeño moreno, provocando que el demonio supiera su respuesta en el instante.

-Está bien.-Dijo Dark, no queriendo soltarlo, ya que sabía que su novio necesitaba aquello.-Si quieres hablar de eso, sabes que yo estoy aquí, siempre lo estaré.

-Lo sé, Dark.-Dijo Nicolás, admirándolo por un tiempo más para después volver a hablar.-No te gustaría irte de acá?

-Creo que eso es lo mejor que podemos hacer realmente.-Dijo Dark Jaime, caminando junto a su moreno, yéndose de la casa, sabiendo que no había nada importante ahí.

Chasqueó los dedos, apenas salió de la casa, causando que nadie pudiera entrar a esta, a parte de ellos, obviamente.

-Todos los ángeles son aweonaos?.-Preguntó Nicolás de repente, haciendo que el demonio lo observara por unos segundos.

-Casi todos, tú eres la excepción.-Respondió Dark, diciéndole la verdad.

-Lo dices porque me amas no más.-Dijo el moreno, causando que el demonio riera.

-No, claro que no.-Dijo Dark Jaime, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Te conozco, cariño, y nadie me puede convencer de algo que no eres.

LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora