Ángel De La Guarda ~

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Mí nombre es Magnus Bane, soy un ángel de la guarda.

Sí, existimos...

Estamos protegiendo a la persona que se nos asigna, desde que nace hasta su último minuto de vida.

Una vez que estamos junto a esa persona, sentimos lo que sienten y respiramos lo que respiran.

Rara vez se escuchó que un ángel se enamorara de su asignado... Pero a mí me pasó.

En el año 1997, nació un pequeño llamado Alexander Gideon Lightwood Trueblood.

Mi asignado anterior había fallecido de causas naturales, a unos largos y bien vividos 92 años. Rodeado del amor de su familia. Si les dijera que era el hombre peor vestido y mal humorado que existía,nadie creería que su vida dió un giro por amor y terminó siendo un simple algodón de azúcar de tanta dulzura. Puedo decir que fue mi primer asignado y que lo tuve que salvar varias veces, ya que sus caras largas lo hacían meterse en problemas desde pequeño... El día de su muerte pensé que se volvería loco, no todos los días tu ángel de la guarda te dice:- Oye Ragnor voy a extrañarte!..

No podemos llorar o eso jamás se registró hasta los centenares de libros que me hicieron leer. Sí, hay que leer para ser un ángel también.

Volviendo al pequeño Alexander, su niñez fue todo calma... Era un hermoso niño de tes blanca, era casi transparente de tan blanco y sus ojos eran enormes. Un niño tierno, con una madre y padre que estaban orgullosos de mostrarlo a cada persona que se les cruzaba.

A él luego se le unieron Jace, un rubio problemático y muy llorón,hijo de un amigo de la familia que quedó huérfano y se hicieron cargo de él, Isabelle una niña muy mimada por su padre y de bastante carácter, aún recuerdo cuando su madre la quiso obligar a comer una sopa de vegetales y se la escupió en la cara, fue un muy buen día.
Por último estaba Max, un pequeño inquieto y hermoso, casi tanto como Alexander a su edad.

Esos pensamientos, me llevaron a lo que soy hoy. Un angel enamorado.

Recordar la primera vez que dulcemente canto para mí, hace temblar mis piernas.

Alexander tenía 9 años y varios problemas para conciliar el sueño, hasta que su mamá le enseñó esa dulce canción que solo hace crecer el vínculo con el asignado, ya que es un modo de aceptación a que existimos.

Ángel de la guarda,
dulce compañía,
No me desampares,
ni de noche ni de día,
No me dejas solo que me perdería...

Pero mi conexión con él llegó más adelante, a sus 16 años, tenía varios problemas en su casa, sus padres ya se habían separado, sus hermanos eran rebeldes y pocas veces mantenían algo tan simple como el orden de la casa, pero todo fué peor cuando Max falleció en aquel accidente.

Si los ángeles pudieramos morir, estoy seguro que se sentiría igual que cuando ví a Alexander lleno de sangre en sus manos y sosteniendo a Max.

Alexander iba manejando el auto de su madre para hacer unas compras y Max siempre se sentaba atrás. Ese día insistió tanto en sentarse adelante, que él lo dejó...

Un hombre ebrio en su camioneta, impacto de lleno contra el lado del acompañante. El auto giró y al abrir los ojos nuevamente, Alexander sólo podía llorar.

El ya sabía que su hermano no estaba mas con el y que había sido su culpa, eso creía.

Durante meses se sentaba en la pieza de Max y se quedaba dormido allí. Hasta que un día me habló.

Él me habló a mí... A Magnus Bane, su ángel.

Ángel de la guarda si realmente existes, cuida a mi hermano. Yo no se si creo en dioses,santos, demonios... Pero se que siempre me dió paz saber de los ángeles.
Cuídalo por favor.

One Shots- Ideas Nocturnas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora