【＃Ｃｒｅｅｋｔｏｂｅｒ】

💌︎·̩͙ 8._ Primera cita

Había escuchado discutir a sus compañeros desde que les dio la noticia de que aquella tarde había invitado a Tweek a su casa, ya que sus padres no estarían.

La idea no le había puesto nervioso hasta el momento en que Clyde comenzó a gritar de emoción por "la cita" de sus amigos.

— No es una cita, si lo fuera creo que Craig no sería tan imbécil de llevarlo sólo a su casa a pasar el rato — había explicado Token otra vez, después de un largo rato.

— ¡Es una cita! — chilló el castaño. — Si ambos están solos en un lugar ya se considera una cita.

Si tomaban en cuenta la definición que Donovan había sacado de sus series y películas de tv pagada, entonces Tucker había tenido más de cien citas con Tweek y en muy contadas ocasiones había hecho algo realmente importante que merezca ser recordado.

— ¡Eso no cuenta, idiota! — había gritado Kenny, soltando una carcajada ante las ilusiones de su compañero amante de tacos.

— Hey — el azabache había llamado la atención de sus amigos, mostrándoles la tan acostumbrada seña junto a un silencio que los hizo callarse de una buena vez. —. Bien, ¿qué se hace en una cita, chicos?

— ¡Ahhhh, yo soy experto en eso! — respondió el menos experto en ese tema, haciendo que Token se golpeara la cara y Kenneth rodara los ojos.

Por primera vez en todo el tiempo que Craig y Tweek habían guardado sus sentimientos, algo bueno les pasaría y sus amigos los ayudarían en eso —porque la ayuda de Clyde, por más torpe que sea, se agradecía.—. Lo que era aún mejor, a nadie se le había ocurrido ir a hablar con el cafeinómano para ponerlo nervioso, lo cuál le daba cierta ventaja a su contrario.

Todo, o al menos la mayoría de las cosas, se llevó a cabo según lo dicho por Clyde. La casa Tucker se arreglo, en especial la habitación de Craig, se preparó una cena con la ayuda de un chef que servía a la familia de Token, así como Kenny había dejado una provisión de condones a su amigo, aunque eso no le serviría para nada y era más por joderlo.

Los chicos habían salido por la puerta trasera, pues no faltaba mucho para que Tweekers llegara y, lo que menos querían, era hacerlo entrar en uno de sus ataques de pánico.

— Craig, ahora todo depende de ti — habló Donovan, cómo si dejara una gran responsabilidad sobre los hombros de su mejor amigo.

— Sólo actúa natural — añadió Kenny con una sonrisa ladina.

— Y no olvides, dile lo mucho que lo quieres, ¿está bien? — Token colocó su mano en el hombro de su compañero. — Si todo sale bien, quiero verlos mañana como una linda pareja feliz.

— Gracias, chicos — se escuchó de Craig, cosa que no pasaba muy seguido.

El timbre de la entrada sonó, haciendo que todos fueran al lugar que les correspondía. Craig pasaría la tarde y noche con Tweek, los otros se irían a sus casas.

Antes de tomar el picaporte y abrir la puerta dejó salir un pesado suspiro. Esta no sería igual a las otras noches, esta debía ser especial pues confesaría sus sentimientos.

Su rutinaria visita pasó entre risas, juegos, pequeñas luchas y unas cuantas miradas que se habían hecho costumbre entre ambos. El final del día llegó, junto al agotamiento de todas sus energías.

Ambos se habían quedado acostados en la cama, mirando el techo en el cual brillaban algunas pegatinas fosforescentes de estrellas, planetas y cometas.

— Tweek, ¿puedo confesarte algo? — sus mejillas se habían coloreado de rojo, sentía algo de vergüenza pero estaba decidido y agradecía que la oscuridad no le delatara sobre su penosa situación.

— Puedes decirme lo que quieras, Craig — susurró el rubio, dejando que sus dedos se metieran por debajo del gorro azul, para así poder sentir la cabellera ajena.

— Yo... — tragó saliva, girándose para quedar de frente al pecho de Tweek y abrazarlo, escondiendo su vergüenza al pegar su rostro al cuerpo delgado. — Te quiero.

— ¿Sabes lo feliz que me hace saber eso? — sonrió, apretando un poco los cabellos de Tucker. — Creí que nunca lo dirías...

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Mañana mi grupo se escapa y yo estoy aquí pensando si hago la tarea o no :'v

Qué procd?

-J♪