Anna Potter, la hermana de Harry Potter

Traición

Anna despertó en una mesa del gran comedor, no había ningún alumno, apenas podía ver al profesor Snape con el profesor Dumbledore hablando seriamente.
-Está despertando- exclamó Snape- Buenas noches Anna-.
Anna no entendía nada, parecía haberse despertado de un sueño tan largo que no recordaba donde había dormido.
-¿Qué pasó?- preguntó Anna.
-El Profesor Quirrel intentó robar la piedra filosofal, y te encerró en un armario para que piensen que estaba en clases contigo, y así, poder ir en busca de la piedra- exclamó Dumbledore- por suerte Harry lo encontró a tiempo y ya todo ha acab...-
-¿HARRY?- exclamó Anna casi gritando- ¿DONDE ESTA HARRY? LLÉVENME CON EL-.
-Está en la enfermería pero creo que sería mejor si..- Snape no pudo terminar ya que Anna salió corriendo por las puertas.
Anna corría por los pasillos para llegar hacia la enfermería y al abrir las puertas, vio a Harry, estaba acostado con lo que parecía una venda en la mano, estaba despierto y se le escaparon las lágrimas cuando la vió.
Anna corrió a abrazar a Harry, fue un gran abrazo y duro por varios minutos.
En el camino de vuelta a la sala común,Harry le contó todo lo que había pasado, desde el juego de ajedrez hasta la sala de pociones.
Anna se sentía muy mal por haberse dejado engañar y haber dejado a Harry en una situación así y nunca se perdonaría por eso, aunque ella tampoco lo esperaba del profesor Quirrel...
-Al final, Quirrel tenía a voldemort en su débil estado en su nuca pero...- dijo Harry antes de llegar al cuadro de la dama gorda.
Anna lo paró.
-¿Quien?- estaba muy sorprendida y parecía muy asustada- ¿Qué dices?-.
-Eh... si... Voldemort estaba ahí- respondió Harry.
Parecía que eso a Anna le había llegado muy dentro ya que se le escaparon las lágrimas, Harry la abrazó y la consoló un poco, aunque también le expresó su preocupación de que el volviera.
-Si es que algún día, el señor tenebroso, el que no debe ser nombrado, Voldemort, vuelve... me aseguraré de que todo lo malo que tenga que pasarte, me pase a mí- le dijo Anna a Harry.
Harry.
Harry se emocionó mucho, pero el no la quería ver morir por nada en el mundo, ella era hermana y su héroe, el nunca dejaría que algo malo le pasara.
Ya de vuelta en la sala común Anna se acercó a Ron y a Hermione.
-Gracias de verdad, por ayudarlo... me siento mal de no haber podido estar ahí para protegerlos, pero ya veo lo buenos Gryffindor que son- exclamó Anna- de verdad, son muy valientes.
Anna los abrazó y se fue hasta el despacho del Profesor Dumbledore.
-Anna, pasa- dijo Dumbledore.
-Siento mucho que no hubiera estado aquí y lo siento también si Harry se metió en algún problema y lo van a querer expulsar pero el salvo la piedra además sería injusto porque...- exclamaba enojada Anna.
-Anna, Anna, relájate, no lo expulsaremos, quería hablar sobre tus clases de DCAO- empezó- como sabes este año no terminarás con tus clases... así que me gustaría que te lucieras en algo más que transformaciones y pociones.
-Herbología estaría bien- empezó Anna.
-Está bien, puedes irte- dijo Dumbledore - cuida a tu hermano, es un gran chico.
-Lo haré- se despidió Anna.
Anna llegó a su habitación y se encontró con una sorpresa que la hizo muy feliz.
-¡Bill!- gritó mientras corría a abrazar a su amigo... o platónico o lo que fuera-¿Qué haces aquí?-.
-Esto- respondió Bill antes de darle un beso del que Anna nunca se olvidaría.
Se separaron y Anna no daba más de lo roja que estaba, parecía un tomate y se puso aún más colorada cuando Bill empezó a hablar.
-Me sentí muy mal, escuché todo lo que pasó y vine lo más rápido que pude, me siento mal de no haber estado ahí para protegerte... después de todo... me importas mucho-.
-Oh Bill... no te sientas mal... yo también  fui muy ingenua, y descuidé a Ron... lo siento mucho- decía Anna con tristeza.
-No nos preocupemos por lo qué pasó, si no por lo que pasará-. Y juntos salieron para el Gran Comedor, donde estarían entregando la copa de las casas.