El chico de las tres rosas

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Él, que sonríe hasta que yo sonría, que me hace reír hasta llorar.

Él, que me abraza y mis huesos que dejan de gritar de lo mucho que lo eché de menos en todo el día. Su abrazo es como estar dentro de un huracán y sentir que estás en plena calma, dejar que el mundo suene y él diciéndome al oído que me quiere. Caminar abrazados en resumen es vivir, pero vivir feliz.

Él, que me conoce sin dejarme de conocer, me mira con todo detalle a pesar de andar despeinada y mal vestida, con luceros en sus pestañas para guiarme por si me pierdo, por si quiero cruzar las calles de Lima la gris con los semáforos en rojo.

Él, que hace que los domingos florezcan al caminar tomados de la mano.

El chico de las tres rosas, que en cada pétalo tiene los latidos de su familia.

Mi corazón vuelve a latir, vuelvo a escribir.

La luna en tiempos de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora