Felicidad

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A veces la felicidad, por magnitud, no puede describirse bien, porque el trayecto desde lo que se siente, a lo que se interpreta y hasta lo que se dice, se pierde gran parte del valor inicial, excepto cuando la felicidad se puede abrazar. Es ahí donde tengo el mundo en mis manos cada vez que nós abrazamos con un beso en alta mar directo en la frente la sonrisa brotar.
Sus labios carnosos no tienen nada en especial, pero si son los que mejor lucen el mordisco de mi colorete. Eso también lo convierte en el mejor primer destino en torno a las doce de la madrugada. Tiene el mundo interno más grande  del mundo, está lleno de miedos, pero juega con ellos a buscar pretextos. Es terriblemente guapo, ligeramente altivo, testarudo y un buscasueños ese que es mi cielo.
Frente a frente con el mar de espaldas, y el aire en pausa, lado a lado mirandome en esos ojos de espejo mi rostro mojado de felicidad. Arriba y abajo con el universo de cabeza que ahora tiene sentido, descubriendo que cada lunar de su espalda y sus pecas alarmar, es un planeta, que debe ser explorado con café a besos. Como si mi espacio hubiera sido desde antes su lugar, que donde empieza su techo termina el mio, donde la piel aprendió a erizarse de verdad y después de tantos besos, hubiésemos inventado el sabor a cielo. Que sí me preguntan a que sabe el cielo, les diría que sabe a nosotros. Que mi viaje más largo me lleva desde tu boca hasta tus pies, apagando las luces, que quiero tocarte con las manos encendidas y las manecillas de la brújula acomodando las cordenadas de mi cuerpo sobre el tuyo.

La luna en tiempos de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora