SeokJin se había tomado la molestia de fotografiar a NamJoon en casi toda la mañana.
Y esta vez no había sido porque quería más fotos del moreno en su galería, sino porque había asistido a la escuela con su ropa, aunque debía admitir que nuevas fotos del menor no le vendrían mal a nadie. ¿Lo gracioso? El noventa por ciento de la ropa de Jin es de color pastel, y para la mala suerte de NamJoon la ropa oscura de Jin ni había sido de su total agrado y tampoco eran de su talla. SeokJin y NamJoon no tenían la misma talla, NamJoon le ganaba a Jin por torso más largo y este último le ganaba al primero por espalda más ancha. Y por esa simple razón, aunque no eran de la misma talla, sus ropas le quedaban bien al otro. Aunque NamJoon solía quejarse porque la ropa de su mayor le apretaba un poco.
—¿Por qué tienes que ser tan delgado? Comes y no engordas. Yo inhalo aire y en un abrir y cerrar de ojos ya me convierto en un luchador de sumo. —NamJoon protestó luego de probar una gran cantidad de ropa de su mayor.
NamJoon se prometió llevar ropa de cambio cada vez que saliera con SeokJin, o al menos cuando se quedara en su casa.
En la hora del receso, SeokJin y NamJoon se hallaban en la misma mesa del patio en la que todos los días solían sentarse para almorzar. Sin embargo el más alto lucía con se la mirada perdida y Jin lo había notado, se sentía incómodo.
Entre los nervios y el desespero SeokJin buscó con la mirada lo que NamJoon parecía observar, hasta que lo halló.
Perrie.
Aquella chica extranjera que había llegado apenas hacía dos meses, NamJoon tenía su mirada clavada en ella y una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios.SeokJin sintió un nudo hacerse en su garganta, no tuvo más remedio que levantarse de donde estaba y tomar su mochila. Sus ojos picaban amenazando con llorar, ¿cómo era posible sentirse mal por aquello? Ya debía estar acostumbrado. Lo que más le dolía era que el moreno no se conformaba con una chica, demonios, ¡apenas ayer había estado en una cit-
—¿A dónde vas? —escuchó hablar a NamJoon tan pronto como había dado el primer paso para irse.
SeokJin tardó en responder, jugó con su lengua, jugó con sus dedos, pasó saliva y una vez que se sintió bien para hablar lo hizo.
—Iba por algo de comida. —Mintió, su voz salió ahogada, algo que llamó la atención de Nam, dándole una razón para preocuparse.
—¿Te sucede algo? —Se levantó para tomar la casi mejilla inexistente de Jin.
—¿Debería? —Suspiró y se volvió a sentar, NamJoon lo imitó.
El moreno no respondió, sólo se quedó mirando a su mayor confundido, este último le devolvía la mirada, preguntándose por qué de tantos chicos tuvo que enamorarse de su mejor amigo, o mejor dicho, ¿por qué tuvo que haber nacido gay? Todo hubiese sido más fácil si fuese heterosexual, tenía miles de chicas detrás suyo esperando a que el cediera pero él sólo quería cederle a NamJoon, aunque él ya había cedado, era el otro quien no lo hacía. Eso entristecía a SeokJin.
—Me gusta Perrie. —NamJoon sacó a SeokJin de sus pensamientos con aquellas tres palabras, con aquellas tres palabras que le cayeron como un si de una tonelada de elefantes le hubiesen caído encima.
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Heterosexual. |NamJin|
أدب الهواةSeokJin lleva años enamorado de su mejor amigo; Kim NamJoon, el cual es heterosexual. ¡!actualizaciones lentas. ¡!mal uso de puntuación. ¡!posibles faltas ortográficas. ¡!finalizada.