III. Relato

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Cl: LEO & THEO.

LIZ

Me encuentro en la habitación del Bar desnuda de no ser por la pequeña minifalda que cubre mi culo. Llevo dos copas de vino en mis manos, esta noche hay juego doble.

Leo y Theo, los dos mellizos afrodisíacos de 27 años están desnudos sobre la cama cada uno entretenido con su propio pene. Llego hasta ellos y le tiendo a cada uno su respectiva copa de vino. Theo aprovecha y toca mi muslo izquierdo, sube su mano hasta el centro de mi ser y al darse cuenta de que no traigo puesta ropa interior me lanza una mirada picara.

Ambos beben sus copas de vino y yo me recuesto sobre la grán cama.

Theo se acomoda a mi lado derecho mientras que Leo al izquierdo, al tiempo que tocan mi cara con sus vergas. Agarro una en cada mano y empiezo a moverlas arriba y abajo al compás de una canción imaginaria. Meto una a mi boca y luego la otra. Poco a poco veo como las erecciones crecen en sus penes. 

Leo agarra uno de mis pezones y lo apreta con fuerza, me arranca un gemido ahogado por el pene de su hermano en mis labios.

Su hermano lo imita y creo que los tres estamos lo suficientemente calientes como para que inicie el verdadero juego.

 — Tócate para mi— reclama Leo.

Bajo mi mano y la meto en la minifalda, empiezo a acariciar mi sexo trazando pequeños círculos alrededor del clítoris; simplemente satisfactorio.

Theo toma la iniciativa y se pone sobre mis caderas. Separa un poco mis piernas y humedece con saliba su ya erecto pene.

Leo se pone enfrente de mi cara, de modo que ya no puedo ver a Theo y en cambio tengo un primer plano del miembro de su mellizo.

Leo agarra mi cara con fuerza y mete su masculinidad en mi boca sin aviso previo. Lo hace una y otra vez sin soltarme el rostro e introduciéndose cada vez más.

Sin esperarlo, Theo también empieza el juego: mete su miembro en mi vagina y empieza a entrar y salir con suavidad.

Leo sostiene con una mano mis dos brazos por las muñecas y con la otra aprieta mis mejillas formando una "o" con mis labios, cada vez se introduce más rápido y la grandeza de su ser empieza a producirme arcadas. Finalmente se hace a un lado y ahora me observa a mi y su mellizo.

Theo se recuesta sobre la cama y levanta mi pierna derecha para poder así llegar más profundo. Acelera cada vez más el ritmo hasta arrancarme un fuerte gemido que estoy segura los clientes de las otras habitaciones deben haber oído. Leo se acerca y con su mano empieza a tocar mi clítoris mientras su hermano sigue penetrándome con aun más fuerza y se escucha como también lo invade el placer.
Theo se detiene en seco y saca su miembro justo a tiempo para hacer que el semen caiga sobre mi abdomen, dejando mi centro dolorido por la falta de fricción.

Leo toma su lugar y empieza a moverse lentamente introduciendo su masculinidad de una forma sensual que me hace suspirar, a mi lado, Theo reclama por más así que le empiezo a masturbar suavemente con una sola mano. Pero mi atención está completamente centrada en su mellizo.

Con sus fuertes y rítmicas embestidas mi senos rebotan y solo me llena aún más y más de placer. Toca mi clítoris con su pulgar al tiempo que lo hace y aumenta el ritmo. 

Gimo más fuerte.

Los mellizos lanzan pequeños gemidos a mi mismo tiempo y noto como empiezo a alcanzar el clímax. Leo sigue con ritmo y su fricción me provoca un corrientazo que recorre todo mi cuerpo. Cierro los ojos alcanzando el punto máximo de placer, mientras él lanza un grito ahogado y sale de mi para correrse sobre mis pechos.

Ha sido una buena noche.

RELATOS A OSCURAS | Romance +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora