Empezaba ya a salir el sol por el horizonte, mientras yo despertaba de muy mala gana gracias a ese aparato infernal llamado despertador -- realmente odiaba esa cosa -- decidida ya a levantarme fui directamente al cuarto de baño y tomé una ducha larga insistiendo en mis ojos que se hallaban hinchados por haber llorado la noche anterior, cepillé mis dientes y recogí mi melena en una coleta alta toda enmarañada -- ¿Para qué mentir? no tenía ganas de nada -- finalicé y me coloqué un simple jersey de cuadros y unos vaqueros ajustados. Camine frente al espejo y me coloqué los anteojos, miré mi reflejo y traté de tener la sonrisa más amplia durante unos segundos, al final desistí y me negué a pasar un segundo más viendo mi reflejo -- Daban ganas de llorar con solo verlo.
De inmediato coloqué suficiente agua en la cafetera, tres cucharadas de café y dos de azúcar; mientras estaba en espera de que terminará me puse a pensar sobre mi vida vaga, sobre el ¿por que vivía en esa ciudad?, sobre el ¿por que a los veinte años todavía no había elegido alguien en mi vida?, ¿por que amaba tanto la soledad?, sumergida en mis pensamientos mis fosas nasales se inundaron del perfecto aroma a café, supe en ese momento que ya estaba listo, serví mi típica taza de color blanco y me dirigí a preparar un desayuno veloz que no llevará mucho esfuerzo, pensé en panqueques pero, finalmente me decidí por un simple sándwich con queso fundido y jamón.
Mientras desayunaba frente al portátil saque un libro que había estado leyendo y traspase unas citas a mi blog, pensé en comprar un escritorio, necesitaba más espacio y la isla de la cocina era muy angosta, pero descarte la idea, luego me las ingeniería. En lo que finalicé le pegue el último bocado al sándwich, cerré el portátil y tome un sorbo profundo de mi café mientras observaba la ciudad tras el ventanal, pude recordar el motivo por el cual me había mudado allí desde hace dos años, pues mi apartamento tenía una de las mejores vistas de la ciudad, un perfecto panorama ideal para perderse en los pensamientos. Ya dejando de pensar tanto fui a mi habitación y ordené la cama, me coloqué unas botas cortas, solté mi cabellera, tomé mi bolso junto a mi cámara, cerré todo con llave y baje en el elevador dispuesta a empezar verdaderamente mi día.
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Thoughts
Historia CortaOphelia es una chica con muchas interrogantes, entre sus gustos está el café, la fotografía y la lectura. Está buscándole constantemente sentido a su vida. Con una sonrisa falsa fingía disfrutar su día a día mientras ocultaba su dolor, hasta que ll...