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—Tu primo fue muy agradable conmigo, amor —dijo el pelirrojo con sinceridad, recibiendo a Harry con un abrazo y un beso en la mejilla.

—¿Primo? —preguntó confuso.

—¡Sí! Tu primo quien me contestó la llamada, creo que por eso tardaste demasiado en llegar porque habías olvidado el móvil en casa.

Harry se tensó. Louis había respondido. Jodida mierda.

—¿Ah, sí? —siguió Harry, tratando de no sonar extraño—. ¿Qué te mencionó?

—Bueno... Yo le insistí en saber acerca sobre lo que ibas a pedirme frente a mis padres... Y él dijo que no sabía absolutamente nada, aunque creo que sí sabía algo, realmente —el susodicho lo señaló—. Nos deseó lo mejor. Me pareció muy simpático y agradable. ¿Por qué no me habías dicho que tu primo estaba aquí?

Harry tragó saliva y sólo...

Oh, mierda. Mierda. Mierda. Y más mierda.

Louis iba a pagarlo caro por haber contestado su celular. Que lo iba a hacer. Iba a castigarlo tan feo. 

—¡Lo olvidé! Perdón... Sí... Él llegó hoy por la mañana, lo siento, Tom —dijo con dificultad, diciendo lo primero que se le vino a la mente. Jodida mierda.

—No te preocupes, Hazz. Mejor vayamos allá con mis padres, están impacientes desde hace media hora por tu tardada tardancía. 

Harry asintió, no quería mostrarse molesto ante la familia de Tom.

Pero, algo dentro de él, lo había hecho sentirse mal; no lo demostró y prefirió guardarlo hasta llegar a casa a hablar con el chico de ojos celestes que estaría ahí, esperándolo como siempre, para después terminar follando con él como castigo.

Que iluso era Harry.

Regresando a ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora