CAPITULO 1

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Al día siguiente, me dediqué a hacer un análisis y reconocimiento de la situación.

No me importaba lo más mínimo que Chace tuviese novia. Lo que a mí sinceramente me interesaba era acostarme con él, sin mucho más misterio. Aun así, todavía había bastantes cosas que no sabía de él, sobretodo cómo comportarme delante de él.

Hablé con Loren en uno de los descansos, ya que cómo pertenecía al grupo de animadoras tenía un puesto privilegiado en todos sus partidos. Podría proporcionarme bastante información sin lugar a dudas. De camino a clase nos paramos frente a nuestras taquillas en el pasillo. La rubia guardaba ordenadamente sus libros mientras yo leía por encima un folleto que terminé tirando a la papelera de la esquina.

Apuntas demasiado alto ¿lo sabes verdad?

Esa es la gracia respondí sacando una libreta.

Cerré la puerta de mi taquilla echando la llave. Mi amiga estaba colocándose bien algunos mechones de su cabello mirándose en el pequeño espejo que siempre llevaba. Cuando terminó volvió a dirigirse a mí.

Sabes que yo estoy dispuesta a colaborar en lo que necesites, pero apenas nos dejan cruzar algunas palabras con los del equipo de fútbol. Ni siquiera cuando salen de los vestuarios se metió el espejo en el bolsillo del pantalón.

No te pido que hables con él sino que me digas todo lo que sepas, lo que vayas escuchando...

Los vestuarios eran mayoritariamente uno de los puntos de encuentro donde los tíos solían intercambiarse secretillos envueltos en una toalla.

Vale sonrió de lado.Eso está hecho, amiga.

Así fue como finalizó nuestra breve conversación nada más escuchar el sonido de la campana que anunciaba el inicio de una nueva clase. Seguía estando como al principio pero al menos iba avanzando, despacio, pero sin pausa.

Podía ir adquiriendo algunas noticias a través de Loren porque, en referencia a mi otra amiga Danna, hasta ahora únicamente me había aportado información infructuosa. Sólo lo buenos que estaban sus amigos y lo mucho que resaltaba su paquete con los pantalones apretados que llevaban.

Definitivamente no iba a conformarme con tan poco.

Me vi en obligación de echar mano de otras fuentes de información. Fuentes fiables que no tuvieran el pelo rubio o negro. La sorpresa me la llevé en la siguiente clase y última del día, donde nos segregaban y mezclaban a todos entre las cuatro aulas de nuestro curso. Me tocó con Danna.

El profesor de química avanzada sacó una lista y empezó a nombrarnos.

Silencio, por favor. ¡Callaos de una vez! Strait, Melanie.

La clase continuó ignorando al hombre, que repartía amonestaciones a diestro y siniestro a cada llamada ignorada. En cambio yo alcé una mano rápidamente cuando llegó mi turno.

Sparks, Maryna.

No fue hasta varios nombres detrás del mío, que algo llamó poderosamente mi atención. Me giré de nuevo hacia el profesor tratando de recordar exactamente el nombre que había pronunciado. Afortunadamente, el mencionado medio dormitaba en la parte trasera del aula.

Allain, Jean Luc. ¡Joder Allain! el chico abrió un ojo dedicándole una mirada malhumorada.¿Qué te crees que es esto? Fuera de mi clase, ahora.

El joven respondió con una sonrisa pequeña pero llena de prepotencia a la vez que se ponía en pie y hacía lo indicado, avanzando hasta la puerta, arrastrando sus pies con sus deportivas. Me fijé en él hasta que desapareció por la puerta dando un portazo. Era curioso hasta qué punto una buena anatomía como la suya, bien podría llegar a asemejarse con la de un jugador de rugby, estaba a manos de alguien que no le sacaba nada de partido.

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