Capítulo 4: La leyenda de los tres hermanos

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Después del pequeño disturbio de la biblioteca, Haunter y yo nos pusimos a investigar con los libros que tomé prestados esperando hallar cualquier información útil sobre éste mundo (Aunque dentro de mí cabeza todavía resonaba la pregunta sobre nuestras líneas evolutivas, pues no lograba entender qué pudo haber sucedido con dichas razas), pasamos horas leyendo sin obtener respuesta alguna sobre dicha duda o como regresar a nuestro mundo, cuando después de haber leído como veinte libros enteros o tal vez más durante toda la noche, miré el reloj que había en el escritorio.

K: Siete y media de la mañana, hemos pasado en vela leyendo hasta el último libro ¿Y para qué? ¡No hay nada!

Exclamé con frustración antes de golpear mi cabeza contra el escritorio, viéndome interrumpido por una voz a mis espaldas, llevándome a mirar de forma desganada.

H: Oye Alakazam, mira lo que encontré.

Me di la vuelta terminando por encontrarme a Haunter asomado, atravesando mi pared (Aparentemente ya empezaba a manejar mejor el tema de la intangibilidad), por lo cual empezaría a estirarme para quitarme los rastros del sueño al preguntar.

K: ¿Qué pasa?

H: Estaba leyendo este viejo libro que trajiste, cuando encontré lo siguiente...

Tras éstas palabras intentó atravesar la pared para seguir la conversación, llegó al cuarto pero...

K: Creo que te olvidaste de algo.

H: ¿Qué cosa?

Preguntó extrañado al escuchar mí comentario, por ende señalé su mano izquierda para revelarle lo sucedido.

K: Digamos que hace falta que te echen una mano.

Al voltear la mirada se percató de como su cuerpo, exceptuando la mano sosteniendo el libro había atravesado la pared, sin éxito intentó que el libro atravesara esta, pero su física se lo impediría. Viendo esto, revisé uno de los libros leídos y le mostré una página sobre anatomía fantasmal esperando solucionar su problema.

K: Según el libro, para volver intangibles los objetos o poder interactuar con lo físico, debes alterar la composición de tu cuerpo y del objeto, de modo que pases del estado gaseoso al sólido, tal y como muestran aquí.

Tardaríamos unos cuantos minutos en repetida prueba y error, pero al final lograríamos hacer que el libro traspasara la pared en cuestión (Y afortunadamente fue antes de caer en desesperación suficiente como para hacerme ir yo mismo por este)

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Tardaríamos unos cuantos minutos en repetida prueba y error, pero al final lograríamos hacer que el libro traspasara la pared en cuestión (Y afortunadamente fue antes de caer en desesperación suficiente como para hacerme ir yo mismo por este).

H: Más tarde me prestas ese libro para darle un repaso.

Comentaría todavía somnoliento mientras tomaba asiento en mí cama, terminando por caer acostado sobre la misma y estando a nada de quedarse dormido, por lo cual me cuestionaría seriamente por unos instantes sí debería despertarlo, dormirme también o simplemente tomar el libro en sus manos, tanto que terminaría dormitando entre ratos hasta casi caerme sobre la mesa, por lo cual tras haberme recuperado del susto iría al baño para enjuagarme la cara y esperar durar un poco más, viéndome al espejo durante un rato prolongado, todavía no puedo creer que tal visión frente a mí fuera real, incluso sí mi viejo aspecto tampoco lo sentía como mío, eventos como este eran demasiado para mi nueva cabeza.

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