Capitulo 2

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Para cumplir casi catorce años me había mudado hacia una residencial de buen carácter previsto, la entrada hacia la residencial era un arco sorprendentemente arquitectónico, la forma era rectangular y su material de construcción era de adobe pulido, superficie claramente pulida y destellaban unos pequeños cristales rojizos de lo creo suponer que era parte de la mezcla en el adobe.

Las casas parecían señuelos, todas y cada una de ellas eran de tres pisos; innumerables hogares que llegan a ser el centro acogedor de una "Familia".

Supe que no tenía casó intentar decorar por fuera un poco, pero lo que era de ley para mi era decorar por lo menos mi habitación.

Basta con decir que me canse de subir las malditas escaleras hasta el segundo piso cargando mis maletas e instrumentos, así es, soy músico, puede que no excelso pero al menos se las canciones que más me gustan, mi voz no será angelical pero tampoco es tan mala.

Fue en diciembre el mes en el que mude, no recuerdo exactamente que día pero bueno que más da?, en San Diego estaba algo recaído, pero no podré olvidar a las personas que conocí y tuve historia con tales (mujeres), sinceramente mi vida con el sexo femenino no fue escandalosa tanto como para emerger un círculo de mujeres y yo en medio haciéndolas reír, pero puedo decir que al menos no era rechazado como para decir que odió a la mujer.

Me enamore a los trece años justo al día de haberlos cumplido, ocurrió muy imprevisto, la conocí en mi antigua escuela en sexto grado de primaria, la antigua escuela era Jardín de Niños, Primaria, Secundaria y Bachillerato, sinceramente no me apetecía quedarme más en esa escuela de robo e injusticia, pero en fin, la conocí ya dicho en sexto grado de primaria, estábamos en salones diferentes separados por una letra que indicaba aula distinta, al llegar mitad de curso se vio obligada a renunciar nuestra maestra por nuestro mal comportamiento así que la dirección decidió juntar los dos grupos en un dichoso salón demasiado amplio para cuarenta y un personas (contando a la maestra), y ahí fue la primera vez que la vi, estatura promediadamente en ese tiempo de un metro cincuenta y siete centímetros, su cabello lo suficientemente largó para alcanzar la mitad de su espalda y un rostro inocente, lo que más me sorprendió de ella fue que me enamore de la más lista de la clase, de la única persona en el salón y en las demás secciones que usaba la falda de la manera más correcta (por debajo de las rodillas) pero el recuerdo más apegado a mi fueron esos ojos color sepia y su hermosa sonrisa torcida que daba a conocer confianza.

Su nombre era básico y seguro, Julie Howard, clásico y formal al igual que frío y mortal, desde sexto grado hasta finales de primero de secundaria, hasta 10 meses y medio me di cuenta en que me había enamorado de ella, y la verdad antes de relacionarme con ella habían jóvenes que mantuve hermosas relaciones, pero algo cambio después de pasar mucho tiempo con Julie, su carácter era adelantado a la época en la que vivíamos y sin embargo mantenía el lujo de la privacidad y confidencialidad.

Mantuvimos una relación sin escala, según yo fue formal pero todo lo que pude hacer no fue mucho para durar un simple mes;

Así es nuestra relación término el mismo día que se cumplía un mes juntos, la verdad en la edad adulta no tiene mucha importancia un mes juntos, para el joven es una bendición cumplirlo, con tanta hipocresía es difícil mantener una relación durable.

Ese día ya mencionado fue la última vez que la vi, que sentí su mano en mi mejilla, que olfatee sí dulce aroma a durazno y la última vez que vería esa sonrisa contagiosa que te dice al final que todo estará bien.

Fuimos amigos desde finales de sexto grado hasta un mes antes de finalizar el curso de segundo grado de secundaria ya que no perdoné lo que hizo, no quería seguir viendo a Julie en mi vida desde ese día de infidelidad, al cumplir un mes no me dirigió la palabra y al tratar de abrazarla o por lo menos tomarle la mano me rechazaba con un empujón junto una mirada de arrepentimiento y tristeza, no comprendía el por que.

Decidí entonces que obviamente algo andaba mal, por lo que ese mismo día en lo que las aves canturreaban y en lo que el sol deslumbraba su rostro le dije que sí podíamos hablar, asintió con tristeza.

La lleve al sitio más privado y cómodo que existía en la escuela; una banca de cemento encubierta con azulejos imitando al mármol:

- Que te a estado pasando últimamente, Julie?

- Nada, por que lo dices?

- No puedo afirmar que no te pasa nada, has estado evitándome en estos días.

- No me pasa nada, sólo hay un pendiente.

- Un pendiente?

- Hay algo que necesito decirte.

- Pues adelante, necesito saber que te tiene tan egocentri...

- Hay alguien más

Lo se lo se es algo estúpido que a un mes ya haya otra persona en la vida, pero vamos, ya tiene alguien más justo en el día que cumplimos un mes?, Aparte ni me dejo terminar mi comentario.

- A que te refieres con eso? -pregunte con tristeza de tonalidad obviamente sabiendo a que se refería.

- A que lo nuestro no significa ahora nada, lo lamento.-

Bueno, no estuvo tan mal, por lo menos lo admitió, hay mujeres que no te lo dicen hasta que la vez besuqueandose con otra persona, por lo menos tuvo la delicadeza de decirlo.

Solamente para ahorrarme palabras ese día no fue uno de los mejores.

Salí del lugar sin dirigirle la mirada o al menos una respuesta, gritaba que lo lamentaba pero no era suficiente que lo hiciera, no después de decirme que ya tiene a otro hombre que la enrolle en sus brazos.

Fueron tiempos dificiles, luego con eso de que uno se recrea en un adolescente, la pesadilla de todos los padres, pasé la mayoria del tiempo encerrado en mi cuarto, tratando de analizar que había pasado, no tenía sentido en nada, fuí el primer novio que tuvo y lo que hace con su primer novio es ¿engañarlo?, no entendía la ma}yor parte del tiempolo que pensaba, aunque en verdad era absurdo, no hallaba alguna razón, lo lamentable es que nunca lo supe y nunca lo sabre, aunque exista algún lugar más allá de este mundo, más allá de la muerte, nunca sabre, a pesar que ella me lo diga, no sabre si es verdad.

Pasé año y medio en esta "depresión", escuchando música de lo más deprimente, entendiendo el dolor de la letra, no de la melodía, pase año y medio buscandola sin recibir alguna mirada de vuelta, año y medio sin pensar en mi.

Después de ese condenado año y medio de dolor y sufrimiento me levanté, decidí no darme por vencido, por que lo que era cierto es que no era ese el fin del mundo para mí, sería el fin del mundo para esa relación, pero para mi no, no tenía por que dejarme vencer.

Conseguí estudiar sin distraerme, componer con dolor, hablar sin temor, estar copn alguien sin recordar, hacer ejercicio sin cansarme, y lo más importante, estar en paz conmigo mismo.

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