Capitulo 6

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Lo bueno de mi horario de clases era que entraba en la tarde, no era escuela publica, era una privada con doble turno. Ya había entrado antes a la institución para conocer el "ambiente" que se desarrolla dentro de la blasfema edifical.

Ese mismo día que entré a conocer la esceula por primera vez, conocí a un hoy en dia buen amigo, Larry, y a continuación una hoy en día amiga, Hannah.

Entraba a las tres con quince, mi primera clase era filosofía,

Así que me aliste a las 2:30 ya que en lo que me bañaba y recorría la ciudad para llegar a la escuela pasaban 40 minutos.

Me bañe, tome mi bóxer, pantalón, camisa, zapatos, calcetines, corbata y algunos accesorios para decorar mi imagen.

Me puse las prendas en orden para que no se arrugasen:

- Bóxer

- Calcetines

- Pantalón

- Playera de tirantes

- Zapatos

- Camisa

- Corbata

Y finalmente

- Loción y accesorios

La razón por la cual me vestía decente no era que me importara mucho mi imagen, si no que para socializar había que vestirse bien.

Aparte me gustaba vestirme a camisa y saco.

Llegué al instituto, estacione el automóvil y me baje asegurándome de traer mi portafolios en el cual sólo iban dos libretas, una guía, mi pluma fuente Sheaffer favorita y un encendedor (El cual jamás eh usado para fumar, si no para encender de manera cordial el cigarro o pipa de alguien más).

Al caminar cierto tiempo hacia mi salón de clases me encontré con Larry, mi amigo que me recibió con confianza y entusiasmo.

- Me corto

- Quien? - Pregunte tratando de recordar

- Mi novia.

- Acuérdate de nuestra apuesta - Respondí con una sonrisa maliciosa

- Si sí lo se, aquí tienes, doscientos cincuenta pesos.

- Gracias, te dije que ella no soportaría que la hubieras engañado con su mejor amiga.

- Si como sea, al menos gane un acostón

- Amigo, si tanta era tu necesidad de tener relaciones sexuales te recuerdo que existe un prostíbulo en el centro de la ciudad.

- No es lo mismo tener relaciones sexuales con una profesional que con una de tu edad en aprendizaje.

De cierta forma tenía razón, pero no me conformaba con la idea de saber que mi compañero era un sádico sexual.

- Como sea, vámonos a filosofía. Conteste

Asintió y nos dirigimos a nuestro salón de clases, era un cuarto expansivo con butacas acomodadas a manera de fila, 6 filas de 7 butacas cada una.

Me senté en un lugar cerca de la ventana que daba vista hacia un terreno cuyo pasto en temporada de lluvias a recién empezar estaba seco, ya que en esta privada no le asignaban al estudiante una banca propia, así que podías sentarte donde fuese que tu gusto quisiera.

Dieron las tres con quince minutos y el salón se empezaba a llenar de alumnos adulto - jóvenes.

La clase de filosofía fue eterna, pero interesante, hablamos y discutimos a manera de debate, todos los alumnos daban a conocer sus ideas extravagantes a cerca del tema de lo que era la religión, como había de todo tipo de personas con diferente religión se pensaba diferente.

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