Capítulo 2: Incómoda bienvenida

156 12 0
                                    

*Inclusión personajes Mundo de Villanos

Freddie: hija del Dr. Facilier

C.J: hija del Capitán Garfio

Ally: hija de Alicia

Zevon: hijo de Yzma

Ruby: hija de Rapunzel

Así como bastaba que los mellizos cruzaran fugaces miradas para saber lo que estaba pasando por la mente del otro, las dos muchachas no necesitaban soltar palabra alguna para percibir que sostenían los mismos pensamientos en aquel momento; ninguna de las dos se encontraba a gusto al hallarse en una de las tantas limusinas relucientes y de aspecto lujoso que se hallaban en camino a llevarlas a ellas dos y algunos más, a Auradon, aunque no estaban totalmente enojadas tras por lo menos ser las únicas en dos en aquel transporte sin nadie más. Ya habían traspasado la barrera que mantenía el paso imposibilitado entre la Isla de los Perdidos, donde ellas siempre habían habitado, y Auradon, donde vivían todas las personas buenas y bondadosas, brindadoras de amor y amables palabras, y todos los que ellas consideraban traidores, débiles, y una pérdida de tiempo. Aquellos que una vez habían vivido en la misma Isla que ellas dos, mantenido conversaciones en los callejones y divertido en la noche molestando a alguien más. Ambas estaban de mal humor porque no querían pasar a encontrarse rodeadas de personas que consideraban sus antítesis, pero no estaban totalmente fastidiadas tras saber que se hallaban en aquella limusina porque Katya se los había pedido, y porque ellas confiaban en ella así como la pelirroja en ellas dos.

-¿Podrías dejar de peinarte? Si sigues moviendo tus manos todo el tiempo, no dudaré en empujarte de la limusina –inquirió Mae echándole una mirada furtiva a Grace, quien se hallaba sentada frente a ella, peinando su corto y blanquecino cabello con la ayuda de sus dedos, como siempre. Aquella que nunca paraba de peinar su cabellera con sus dedos en caso de que apareciera un nudo sorpresa, no hizo más que mirarla de reojo, y continuó arreglándose el cabello sin importarle que su compañera le hubiera pedido que no lo hiciera más. Mae rodó los ojos y se cruzó de brazos antes de dejar caer su espalda en el cómodo respaldo detrás de ella.

-No dejaré de hacerlo solamente porque me lo pidas –dijo Grace con una sonrisa más que agradable en su rostro.

La hija del Dr. Facilier bufó al escucharla y prefirió hundirse aún más en el asiento de cuero para distraerse pensando en su padre al ver la brillante y plateada calavera que colgaba del collar que llevaba encima y que resaltaba tras contrastar con el color violeta de la corta musculosa que llevaba encima, la cual combinaba con el chupín negro y la campera de cuero del mismo color que se había puesto. Sus zapatos charol bajos de color blanco y marrón también resaltaban, así como sus aros de calavera y anillo plateado que llevaba en su dedo índice derecho, pero ningún accesorio era tan cautivante ni tan brilloso como aquella calavera que pendía de su cuello.

Aquella que se encontraba en frente de ella y quien parecía ser su contraria, no solamente porque el color de su piel dejaba en claro que no era fanática del sol mientras que ella poseía tez oscura, o porque su cabello era completamente blanquecino y apenas rosaba sus hombros mientras que sus pronunciadas ondas negras cubrían la mitad de su espalda; sino también porque ella había decidido llevar encima una simple remera de mangas tres cuartos, una pollera suelta de color bordó, tan oscuro que casi parecía negro y que llegaba hasta unos centímetros antes de sus rodillas, así como chatitas del mismo color que la remera, y un cinturón negro con una línea ancha dorada y trenzada en el centro que hacía que ambas prendas parecieran una sola pieza. Había optado por portar aros de tachas del mismo color que la línea trenzada del cinturón, y un collar que semejaba no permitirle respirar de lo pegado que se encontraba a su cuello, si bien a ella no parecía importarle.

Descendientes 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora