Desde que recuerdo, siempre fui distinta a las demás, mis pies eran distintos, y los zapatos normales no me servían, aprendí a mantenerme sobre los dedos de mis pies, pues era la única forma.
Aprovechaba mis lindas garras para trepar, eso me ayudaba también a mantenerlas un poco mas cortas, siempre fui la más alta de mi curso, debido a la forma de mis pies.
Corriendo siempre era la mas rápida, y mi cola me ayudaba a mantener el equilibrio a gran velocidad, mis ojos eran grandes según mis conocidos y en la noche brillaban levemente, mis orejas eran largas y en punta, y podía inclinarlas levemente hacia atrás, adelante, arriba y abajo de manera independiente, mi cabello era café oscuro, y mis ojos color miel.
Mi niñez no fue fácil, pero supe sobreponerme a los problemas, ahora tengo 14 años, y bueno, para muchos solo soy la chica rara, en las fiestas nunca me invitan a bailar, y en cuánto al amor me va peor.
O bueno, no tanto, no he tenido novio aunque muchas de mis conocidas si, pero yo he tenido varios pretendientes, los cuales aprovecho para pasar el rato, nada serio solo me divierto, no me malinterpreten, tengo límites.
A pesar de lo que muchos piensan, no me he entregado a nadie. Espero que mi primera vez, sea con alguien por quien si sienta algo muy grande, alguien especial. Y si, si hay alguien, pero es el que me tiene que buscar a mi. Yo soy la chica a la que buscan, no la que busca y cuando me encuentre que quede claro, yo mando.
Hoy fue un día normal, me desperté y fui a esa prisión llamada escuela, la prisión donde yo soy la reina.
—Hola Amira —fue a saludarme, Lucas uno de mis agarres—. ¿Qué tal has estado mi reina? —vaya con como me trata, cualquiera pensaría que en realidad le importó.
—Hola Lucas, he estado bien, aunque verte esta tarde no estaría mal —le respondí guiñando un ojo—. Ya sabes donde.
—Ahí estaré —respondió haciendo un señal con la mano a forma de despedida.
—Nos vemos —me despedí, bueno pero como les decía, él no estaba conmigo por que me quisiera, y a diferencia mía no era por diversión simplemente.
Tras despedirme de él ingresé a mi primera clase del día, literatura, caminé hacia las sillas del centro, donde Ricardo siempre me reservaba lugar.
—Hola Amira, ¿como te a ido? —preguntó cuando me senté.
—Hola Ricardo, bien —saludé fingiendo interés.
—Y dime, ¿te gustaría ir a divertirnos un poco, luego de clases? —preguntó con voz seductora.
—Lo siento lindo, pero hoy no puedo, ya quede con Lucas —le respondí con una sonrisa y antes de que se amargará—. Pero mañana tengo todo el día libre —agregué moviendo mis pestañas de la forma que algunos chicos decían era para seducir.
—Entonces mañana será —respondió satisfecho.
No le molestaba que saliera con Lucas, al mismo tiempo que con él, aunque intentaba parecer celoso, no lo lograba. Para ser más exactos, ellos eran mejores amigos supuestamente, y cuando lograron confirmar, que yo no había tenido novio antes y que no había tenido relaciones jamás, hicieron una apuesta muy simple, quien consiga que yo me acueste con él, ganaba creo que unas 125 coronas, pero como se les alargó más de lo que esperaban, ahora la apuesta aumenta su valor en 25 coronas cada 3 meses.
La apuesta la hicieron hace 5 meses, yo me enteré hace 2 meses, no me molesté porque me pareció interesante, ver hasta que punto llegarían estos chicos, para lograr lo imposible...
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Un Mundo Mágico.- Los Orígenes de Amira
AventuraTerminada, en corrección Amira, mis padres me dijeron que mi mutación, era un don, un don que debía agradecer y aprovecharlo, nunca olvidaré ese consejo, mi mutación me hacia más ágil y mas veloz que otras niñas, y lo mejor era poder ver en la oscu...