Capítulo 2.- Una tarde común con Lucas

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Hoy fue un día raro, casi ninguna chica me molestó diciéndome "Te lo quitaré" o cosas así refiriéndose a Lucas y/o Ricardo, la verdad es que no entiendo que le ven a estos perdedores, ó sea, tienen buen físico para su edad, pero sin duda yo no querría nada serio con ninguno.

Llegué a mi casa, comí, hice algunas de mis tareas y luego me preparé para mi "cita" de hoy, lo que dice la gente de mi en parte es cierto y en parte no, es verdad que no salgo con el mismo chico 2 días seguidos y hay veces que me pueden ver con 2 diferentes el mismo día, pero es por que salgo con 2 a la vez, no porque me la pase buscando uno nuevo cada día.

Me puse una blusa con cuello en V y una mini falda, no solía ponerme zapatos más allá de para ir al colegio, ya que por la forma de mis pies y mis dedos, no me servían los zapatos normales y los especiales que me mandaron a hacer (pies el colegio exigía zapatos) eran muy incómodos, además en los dedos de mis pies y base estos, tenía una especie de almohadillas naturales, que además de ayudarme a ser muy silenciosa al caminar, hacían muy cómoda la caminata.

—Hola Ami, estas preciosa —me dijo saludándome cuándo llegué a su "palacio social", el mismo a donde venía siempre con él y con Ricardo.

—Tu tampoco te vez mal —le respondí, dándole un beso en la mejilla antes de entrar.

—Bien y que deseas hacer hoy - dijo revisando toda mi vestimenta con su mirada, sin duda se lo que esta pensando.

—Saberlo no es tu trabajo —le respondí con autoridad—. Tu sólo haces lo que yo te pido y si no te gusta puedes irte —le respondí empujandolo a la cama, que había en el centro de la habitación—. Última vez que vienes con tanta ropa —le advertí, apuntando a su pantalón largo—. La próxima que no traigas algo adecuado, te pondré ropa que yo seleccionaré y créeme que no te gustará el castigo que te haré cumplir —lo amenacé.

—Ahora a lo que vinimos —dije con voz seductora, levantando mi cola, la cual estaba por debajo de mi falda, por ende levantando la parte de atrás de está, le acaricie despacio su polera, con mi mano derecha, con cuidado de no dañarla con mis garras.

—Si no fuera por esas garras, yo dirigiría esto —dijo él, antes de iniciar a besar mi cuello.

—Pero están ahí y yo mando —le recordé—. Y no creas que hoy sera el día, por que no lo será —le indique antes de continuar.

Nos la pasamos ahí besándonos y abrazándonos, durante un par de horas y como de costumbre, no le pude prohibir sacarse su polera y su pantalón, yo lo mismo hice con mi blusa, ya que con la intensidad que tenía nuestro actuar, sentíamos mucho calor.

Tras estar haciendo eso por un largo rato, el colocó su mano derecha por detrás de mi, justo por debajo de la base de mi cola y la uso para juntar esa parte de nuestros cuerpos, cuándo lo hizo sentí a través de mi ropa, lo excitado que él estaba, yo igual estaba muy excitada, pero el momento había llegado a su fin.

Puse mis manos en su pecho y lo empuje un poco, para elevar mi cabeza mientras el quedaba en la cama frente a mi—. Fue divertido —le dije mientras que con mi cola, apartaba su mano de donde estaba—. Nos vemos otro día, ya coordinamos luego —me despedí poniéndome mi blusa para salir.

—Algún día te quitaré tu ropa para el acto —lo oí decir.

—No sueñes tan alto Lucas —le respondí—. No te hace bien, vivir en un mundo de fantasía —cerré la puerta he inicié a caminar a mi casa, mientras me arreglaba el pelo, he intentaba quitarle las arrugas a mi falda, es obvio que si les dijera que hago a mis padres, ellos lo terminarían exagerando diciendo, que ya he tenido "relaciones", cuando eso es para después del matrimonio, y no los culpó, la mayoría de las chicas de mi edad, no saben controlarse, yo si.

Un Mundo Mágico.- Los Orígenes de AmiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora