Increíblemente, Lola descubrió su habilidad con el arco y flecha.
Me sorprendía demasiado que mi amiga pudiese tener alguna utilidad; es decir, ambas llegamos a pensar que ella era un caso perdido en cualquier cosa que se asimile a un deporte, y lo había demostrado en los circuitos de obstáculos.
Le dio en el blanco en cada uno de sus tiros y todos a su alrededor estaban realmente sorprendido. Incluso muchísimo más sorprendidos que nosotras.
Mis intentos por darle en el blanco no fueron tan horrorosos. Mark, de la cabaña de Ares, había pasado casi toda la hora a mi lado, indicándome cómo sostener el arco para que las flechas den en el objetivo. Si bien sus consejos me fueron de ayuda y le di al blanco, fueron aún más las veces que mi pobre flecha terminó desviándose a cualquier parte del objetivo: quedaban cerca, pero yo quería que fuese el blanco.
Había pasado toda la tarde entrenando, corriendo, tratando de perfeccionar mi puntería con el arco, mientras que Lola se sentaba a mi lado y me hablaba acerca de todos los chicos lindos que conoció mientras que Mark coqueteaba conmigo. En mi defensa, él sólo estaba siendo generoso por ser una novata en todo esto: vio que necesitaba ayuda con el manejo del arco y me ayudó.
También había pasado un buen rato con Annabeth y Piper mientras veíamos a Jason, Nico y Percy entrenar con sus espadas ¡Enserio envidiaba cómo ellos hacían parecer tan fácil lo que hacían! Yo aún no había tenido mi clase de espada, por lo tanto no tenía la más mínima idea de cómo pelear con una. Pero los chicos eran increíblemente asombrosos.
Annabeth me comentó que Leo rara vez asiste a los entrenamientos debido a que prefiere pasar su tiempo en el Búnker 9 creando nuevos aparatos y perfeccionando cada uno de sus inventos recientes. Era entendible, se supone que ese es el mundo de los hijos de Hefesto y seguramente no existía nada mejor que estar entre máquinas, herramientas de construcción y eso.
Acercándose la hora de la cena, Lola y yo regresamos a nuestras cabañas para poder tomar una ducha rápida. El día había sido demasiado agitado y estábamos más sudadas que nunca, algo que consideraba asqueroso. Y una vez listas, nos dirigimos hacia el pabellón para cenar.
Milagrosamente, los hermanos Stoll estaban tranquilos.—Mark lleva un buen rato con la mirada puesta sobre ti —murmuró Lola en mi oído.
Inmediatamente, sentí como todo mi rostro ardía.—Cállate Lola —le di un codazo en el brazo, a lo que ella rió.
—Simplemente estoy diciendo lo que veo —se encogió de hombros —. ¡Oh, una porción de pizza me vendría estupendo ahora!
La comida que estaba deseando apareció mágicamente en mi plato y luego de arrojar una parte de ella hacia la hoguera, me senté en la mesa para poder cenar tranquila. Por supuesto que eso no sucedió.
Mi amiga tenía sobre su cabeza un raro símbolo brillante, que parecía ser una paloma atravesada por una flecha o algo así. Ella ni siquiera lo notó hasta que señale con mi mirada el símbolo que se había llevado la atención de todos y de un momento a otro, Lola estaba parada sobre el banco, gritando de la emoción.
Traté de controlarla pero las ganas de reírme fueron mucho más fuertes que yo y me dediqué a reírme a carcajadas, mientras que ella seguía montando su escena en medio del pabellón. Su emoción no venía por el hecho de haber sido reclamada, sino porque iba a poder salir finalmente de la cabaña de Hermes. Y la envidiaba mucho, porque la tortura con los hermanos Stoll iba a continuar para mí.—Salve, Lola Rivers, hija de Eros, dios del amor y el deseo —se escuchó la voz de Quirón desde su mesa, a lo que los campistas vitorearon.
Antes de que los campistas de la cabaña de Eros se acercasen a mi mejor amiga, ella se tiró sobre mis brazos para darme un abrazo y yo se lo correspondí. Al menos había sido reclamada y finalmente iba a encontrar su lugar en el mundo.
—Creo que esto explica tu obsesión con los chicos —murmuré en su oído, a lo que Lola comenzó a reírse.
Para cuando rompimos con el abrazo, pude notar una mirada de confusión plasmada en el rostro de mi amiga, y ella señaló con su dedo índice mi cabeza. Rápidamente miré hacia arriba y me encontré con un símbolo dorado que parecía ser un par de alas y una corona hecha de laureles adornaba mi cabello rubio.Genial, no más cabaña de Hermes para mí.
—Salve, Emma Bossi, hija de Niké, diosa de la victoria —habló Quirón nuevamente; pero esta vez, su voz sonó llena de temor.
Los vitoreos se escucharon por segunda vez en el pabellón y Lola comenzó a dar saltitos de la emoción, mientras que yo fingía una sonrisa. No era que no estaba feliz de haber sido reclamada, sino que la expresión en el rostro de Quirón me había preocupado bastante.Toda la cabaña diecisiete se levantó de sus asientos y caminó hacia mí con enormes sonrisas dibujadas en sus rostros. Antes de presentarse, uno de los chicos se ofreció a acompañarme hasta la cabaña de Hermes para buscar mis cosas y llevarlas a mi nueva cabaña.
[....]
—Mi nombre es Cody, y soy el capitán de la cabaña —se presentó el chico de cabello rojizo con una sonrisa amistosa —. Ellos son Isabella, Tyler y Tara.
Señaló amistosamente a los chicos que se encontraban parados delante de mí, observándome como si fuese su nuevo juguete. Sin embargo, terminaron sonriéndome con simpatía y se presentaron individualmente, así que tomé nota para no olvidarme los nombres de mis hermanos.
Cielos, es extraño decir que tengo hermanos.—Esperamos que la cabaña sea de tu agrado —murmuró Tara.
No pude hacer más que asentir con la cabeza y fingir que todo estaba absoluta y rotundamente bien.
Era una cabaña bastante bonita.
La sala era simple: tenía sillones color crema, una alfombra verde manzana bajo la mesa ratona y las paredes blancas estaban adornadas por retratos de los campistas, con marcos dorados. Había un cuarto de baño, como en la cabaña de Hermes y luego dos habitaciones, una para chicos y otra para chicas. Pude notar que las paredes tenían talladas en algunas partes coronas de laurel y algunas alas. Y claro, como no podía faltar, había pequeños arbolitos de laurel por absolutamente todos lados, lo que me pareció un detalle bastante cool.
La habitación de chicas era bastante espaciosa y sobraban por los menos unas cinco camas, debido a la carencia de campistas en cantidad. Estaba bien con eso. Dejé todas mis cosas sobre la que sería mi cama y regresé a la sala, donde mis nuevos hermanos estaban sentados en los sillones, esperando por mí.—Luces preocupada, ¿ocurre algo? —indagó Tyler, mirándome de frente.
—No es nada preocupante, de hecho. Simplemente estoy pensando en si Lola consiguió adaptarse en su nueva cabaña; una tontería.
Salve, Emma Bossi, reina de las mentiras.
—No deberías ni siquiera de preocuparte, ella luce bastante extrovertida — se apresuró a responder Isabella, tratando de subirme el humor.
Asentí en silencio forzando una sonrisa y no volvimos a tocar el tema.
Lo único que me preocupaba en este momento era por qué Quirón había reaccionado así cuando nombró mi origen divino. ¿Qué tenía de malo ser hija de Niké? No es una diosa que le haga mal a nadie, de hecho, fue comparada muchas veces con Atenea, llegando a la conclusión de que ambas son similares.¿Qué había sido eso que le generó a Quirón decir con temor mi nombre?
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La Maldición de la Victoria | Leo Valdez ©
Fanfiction"Victoria" Del lat. victoria. 1. f. Superioridad o ventaja que se consigue del contrario, en disputa o lid. 2. f. Vencimiento o sujeción que se consigue de los vicios o pasiones. ¿En mi propio diccionario? Ganar. La victoria tiende a llenarnos d...