Capítulo 2: ❝Tú no eres así❞

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—¿Mm...? —Se levantó de su cama y fue a la cocina, con los pies pesados, a beber agua.

—¿Qué hora será? —Se preguntó. Miró el reloj de la cocina. —Las 5 y media...

Abrió la puerta del frigorífico y sacó una botella de agua que tenía una etiqueta en la que ponía su nombre. Bebió un poco y volvió a dejarla en el frigorífico. Después, cerró la puerta de la nevera y, con los pies pesados, al igual que antes, se fue a su habitación. Encendió el móvil para comprobar si había encendido la alarma. Sí, estaba encendida.

—¿3 mensajes de un número desconocido? Mejor lo miro mañana. —Susurró. —Ahora sólo quiero dormir.

Se metió en su cama. Se sentía cálida. Le encantaba esa sensación.

—Buenas noches, Ally, dulces sueños. —Se susurró a sí misma y en cuestión de minutos se quedó dormida.

[…]

Un fuerte ruido sonó en cada una de las habitaciones. En cada habitación, el sonido era distinto. Los ruidos eran producidos por las alarmas de sus móviles. Cada una tenía una canción puesta.

Las cuatro se levantaron de la cama y apagaron la alarma. Shireah salió al baño a vestirse y arreglarse. Unos minutos después, salió del baño y fue a la cocina. Ella debía hacer el desayuno.

Mientras tanto, Ika fue al baño a vestirse y arreglarse. Cuando salió, pocos minutos después, fue a hacer las camas y recoger los cuartos de cada una.

Polka también fue al baño a vestirse y arreglarse. Cuando salió, limpió un poco la casa.

Ally, como las demás, fue a vestirse y arreglarse. Lo que ella debía hacer era preparar las mochilas de cada una.

—¡A COMEEEEER! —Gritó Shireah.

—¡Qué bien huele! —Dijo Polka, oliendo, mientras dejaba la escoba en un armario que hay al lado de la puerta. Se sentó en una silla y esperó su comida.

Ika y Ally también habían acabado de hacer sus tareas y también se sentaron para desayunar.

Shireah llevó el desayuno.

—¡Qué rico! —Exclamó Ally.

—He hecho tortitas, tostadas, zumo de naranja natural y he traído paté, mermelada de fresa, frambuesa y melocotón y también he traído servilletas. ¡Provecho!

Un rato después, acabaron de desayunar. Se hincharon a comer. No había ningún resto en los platos, excepto por algunas migas de pan.

Ya casi era la hora de irse. Shireah recogió la mesa, mientras Ally fregaba los platos, Ika los secaba y Polka los colocaba en su sitio. La mayor barría las migas del suelo mientras.

Cuando acabaron todas, cogieron sus mochilas y se fueron hacia la universidad. De camino encontraron a algunos compañeros de su clase, quiénes les saludaron.

—Bueno, chicas, ya es hora de despedirnos. —Dijo Ika haciendo como que se secaba lágrimas.

—Un placer haberos conocido. —Dijo Ally, imitándola.

—AAAHHH, ME VOY QUE NO HICE LOS DEBERES DE INGLÉS, A VER SI ME DA TIEMPO A HACERLOS. —Gritó Polka y se fue corriendo.

—¿Qué le toca ahora? —Preguntó la mayor.

The Love Say...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora