Sesenta y cuatro. «final»

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Canción: Justin Bieber — 2U (symphonic)

Tory Kelly ft Ed Sheeran — I was made for loving you

Llego a casa y me encuentro una luz tenue. Dejo las llaves en el recibidor y arrastro mi gran maleta, dejándola en la entrada.

— ¡Ya estoy aquí! —aviso.

Justin se asoma y me sonríe abiertamente, aún no se ha pelado aunque le he dicho que lo hiciera. Hago una mueca con mi boca pero desaparece cuando él se acerca a mí y su mano se pone en mi mentón para besarme.

— ¿Cómo ha ido? —pregunta cerca de mis labios.

— Bien, muy bien.

— No puedo esperar a verte —sus labios se posan sobre los míos haciendo que mi corazón dance con felicidad.

Había estado tres días en Nueva York viendo mi vestido de novia. Mi abuela, mi prima y Marta me habían acompañado junto con Laura Lentz.

Me había probado numerosos vestidos y muchas marcas se habían puesto en contacto conmigo para vestir a la prometida de Justin Bieber.

Galia Lahav había sido la escogida y es que sus vestidos eran de ensueño.

Me había probado muchos vestidos y había visto a mi abuela llorar con cada uno de ellos.

" — Bien, ¿te gusta? —me pregunto Diane, la dependienta.

Es genial, todos son geniales. Me voy a tener que subir en un andamio para que el vestido no me arrastre.

Ella rió y me puso unos zapatos altos para ver cómo quedaría el vestido. Sujetó la cola y me acompañó al pequeño escenario redondo donde en un sofá en frente se encontraban mis consejeros, los que darían el visto bueno.

Es precioso —dijo la abuela.

Me subí en el escenario y me miré en el gran espejo.

No es este —dije—. Es precioso, pero no es este.

Y ellos estuvieron de acuerdo. Me probé tres más hasta que me subí al escenario y me miré en el gran espejo.

Era este.

Tenía una gran cola que había sido cogida por varios dependientes. Era ajustado a mi cuerpo hasta que empezaba a caer debajo de mi trasero. Tenía un escote corazón que subía mis pechos y tenía la espalda descubierta.

Es este —digo mirándome en el espejo.

Veo a mi abuela limpiarse las lágrimas y me doy cuenta que mis ojos también están llorosos.

Ojalá tus padres estuvieran aquí —dice.

Abuela por favor —digo limpiando una lágrima que cae por mi mejilla.

Lo siento —ella se levanta y me mira de cerca. Me acerco a ella y agarro su mano mientras nos miramos en el espejo—. Estás preciosa, este me gusta, me gusta mucho.

Me agacho y la abrazo. Todos deciden que es ese y asiento."

Marta también había estado llorando, y mi prima. El vestido lo tenía mi estilista, que también había estado allí aconsejándome lo que me vendría bien. Habíamos comprado los zapatos y todo lo necesario.

La organizadora de la boda estaba haciendo su trabajo y mañana teníamos que quedar con ella.

Mis abuelos se quedarían en casa hasta la boda. Ellos no tardaron en llamar a la puerta, ya que habían tenido que desviarse y me separé de Justin para abrirles la puerta.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora