Once.

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Siete días habían pasado desde el accidente de Abby y ella no había despertado. Estaba desesperado, no iba a irme hasta que ella despertara y estuviera bien. Ryan se había ido al tercer día a Toronto, y Mike seguía conmigo.

Subí de nuevo a la tercera planta y caminé a la habitación donde se encontraba Abby. Luisa no me había dejado pagarle un médico privado, así que teníamos que compartir la habitación con una señora.

Llamé a la puerta y entré cerrándola detrás de mi. TMZ seguía molestándome, y eso que no solía salir del hospital, incluso alguna noche me había quedado con Abby. Cuando entré vi la cama de al lado vacía.

- Buenos días - le dije a Luisa. - ¿Dónde está? - señalé la cama.

- Le han dado el alta - asentí. - Ahora que has venido aprovecharé e iré a desayunar.

- Claro - ella cogió su bolso y se fué después de besar la frente de Abby. Suspiré y me senté donde antes había estada Luisa. - Abby - cogí su mano - Creo que es hora de que despiertes, nena. Nos tienes a todos preocupado por aqui.

Me quedé un rato mirándola. Pensando en nada y en todo a la vez. - I wanna dream what you dream, go where you go, I only have one life and I only wanna live it with you. I wanna sleep where you sleep. Connect with your soul, the only thing I want in life, I only wanna live it with you - canté y después suspiré. Me levanté y miré por la ventana. Pasé una mano por mi pelo desordenado, estaba totalmente desesperado. Mamá había venido a ver a Abby y Khalil y Za.

Me giré y al mirarla vi sus ojos abiertos. Mi corazón dio un vuelco - Abby - cogí su mano y ella me miró. - Oh cariño, no sabes lo preocupados que estábamos - besé su mano y la puse en mi mejilla. - Voy a llamar a la enfermera. - Di un pequeño apretón a su mano y cuando fui a salir Luisa entró. - Ella ha despertado.

- ¿Ha despertado? - Luisa se apresuró a la cama de Abby mientras que lágrimas caían por verla a ella despierta. Ella le decía palabras a su hija que no podía entender mientras acariciaba su pelo.

- Iba a llamar a una enfermera, pero no creo que ellas me entiendan - Luisa asintió y pulsó un botón que estaba arriba de la cama.

- No hace falta - ella señaló el botón que había pulsado. Me acerqué a Abby y vi que ella miraba hacia el techo.

Después todo pasó muy rápido. El doctor había aparecido y hablaba con Luisa y observaba a Abby.Sus pupilas, sus extremidades...

Odiaba no entender lo que el médico estaba diciendo. Luisa se veía preocupada mientras el médico le tocaba las piernas a Abby. Ella le decía algo al médico preocupada, estaba casi llorando. ¿Qué pasaba?

- Ahora vengo - Luisa me tocó el brazo y asentí. Ella salió con el médico y me quede con Abby a solas.

Me senté en el sillón y cogí la mano de Abby. Ella giró la cabeza un poco con cuidado. Algunas lágrimas caían por sus mejillas. - ¿Que ha pasado? ¿Qué ha dicho el médico?

- No siento las piernas - sollozó. Me quedé helado y miré sus piernas tapadas ahora por la sábana.

- Seguro que será un efecto de estar tantos días sin reaccionar, se te pasará - dije rápido. Ella negó con la cabeza.

- No quiero estar inválida. - me levanté.

- No lo estarás - limpié sus lágrimas - te pondrás bien. - ella negó con la cabeza y respiró hondo para tranquilizarse. - No pienses en eso, esperemos a ver lo que te dice el médico.

- Vale - cerró sus ojos un momento y después los abrió. - ¿Cuan...cuantos días llevo así?

- Siete - suspiré.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora