Cuarentena [BTS +18]

32.Decepción.

Narra Suga.

— Esa es la Mierda más grande que escuche en la vida... - repliqué furioso.

— ¿Y porque no me mostró su celular si no tenía nada que ocultar? - retuquio NamJoon.

— Será porque le gritaste -

Era bastante obvio, si le gritas a una mujer lo único que consiguieras es que te grite y que te sopapee.

— ¿Y si realmente tiene otro? -

— Estamos hablando de la misma Agnes, la que vive del trabajando y del trabajo acá cumpliendo el capricho de siete chicos ¿En que momento lo haría? -

— Te recuerdo que no estamos las 24 horas con ella -

— ¿Ninguno va a opinar? - todos estaban callado viendo como discutíamos NamJoon y yo.

— Bueno no se Suga, no la veo a Agnes capaz pero si puede estar con siete porque no con mas - comentó HoSeok.

— ¿Y que si está con otros chicos? -

— Que ella es la chica de BTS, solo puede estar con nosotros - agregó Jin.

— Miren opinó igual que Suga es una boludes decir que Agnes está con otros chicos ella no es capas de eso - agregó JungKook.

— No se... yo me voy a dormir - agregó NamJoon.

E ahí el más inteligente del grupo que está completamente cegado de unos celos imaginarios. Al día siguiente nos levantamos temprano teníamos que ir a la empresa, la puerta de Agnes estaba cerrada sabía que no estaba ahí había ido a trabajar. El Manager estaba más feliz que nunca al ver que estábamos los siete, fui a mi sala de composición dejando al resto en la sala de ensayos. Tome mi celular debía saber como estaba Agnes.

"¿Cómo estás?"

Una pregunta sencilla.

"Sug💕 estoy bien, enojada pero bien me dolió un poco lo que dijo pero no te preocupes..."

"Lo se se pasó"

"No te preocupes, te dejo estoy trabajando"

Deje el celular en la mesa, no podía concentrarme tenía la mente en otro lado no paraba de pensar como haría entrar a los chicos en razón.

Narra Agnes.

Las cosas estaban complicadas en el trabajo mucha gente, no puede descansar ni un segundo. Entró un grupo de cinco chicos revoltosos estaban gritando y molestaban a los demás cliente. Por suerte no me tocó a mi atenderlos.Me acerqué con una sonrisa radiante al chico de cabello azul que estaban sentado en la mesa de al frente estaba junto a otro chico.

— ¿Buen día que puedo ofrecerles? -

— Dos cafés, uno con crema y chocolate y el otro cortado -

— Claro enseguida -

Prepare sus cafés y deje a esos maravillosos chicos disfrutar de su cita, pero la mesa de los pendejo no paraba de gritarle cosas obsenas ¿Y que si son gays? Estamos en el siglo XXI.