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Su mirada fija en el cristal que mostraba unos exquisitos pasteles, tortas y dulces, sin poder evitarlo el chico rechoncho se adentró a la tienda para ordenar unos algunos o muchos aperitivos que llevaría a su casa y comería el en compañía de su hermosa Golden, Dona, que se había encontrado abandonada una día que él paseaba con uno de sus amigos por un parque cercano a su casa. No había podido evitar acercarse al llanto de la pequeña que tenía una herida en una de sus patitas y él, como amante de los animales, la había llevado a su casa y la había curado para después decidir que se quedaría con él, ahora Dona ya era grande, saludable y sobre todo gorda.

El de mejillas sonrosadas se acercó a la caja para ordenar su pedido y mientras hacia la fila esperando su turno su mirada estaba fija en las tortas de chocolate en un pie de limón, se llevaría uno de cada uno y tal vez también llevaría unos brownies de almendras.

Cuando llegó su turno, sin siquiera ver al dependiente, pidió los que tenía pensado mas algunos dulces que no le irían mal. Pasaría después por algunos dulces para Dona, no comería él solo prente a su adorada perra.

A la hora de pagar levantó su mirada y vio al chico tras la caja quedándose estático por unos segundo, solo unos escasos segundos hasta que el dependiente nuevamente pidió el dinero. El rechoncho solo asintió y le entregó uno de sus billetes para después recibir su orden, dar la vuelta y salir de la tienda.

En ese momento reaccionó y se dio cuenta ¡Que chico mas guapo!

Sus mejillas se tornaron aún más rojas de lo que estaban, que vergüenza, él había pedido puchas cosas antea aquél chico delgado y se sintió mal porque carajo, se le notaban sus kilos de más y eso lo avergonzaba, más aún cuando un chico guapo frente a él lo miraba.

Resignado negó inmediatamente con su cabeza y se dirigió a la tienda de mascotas para comprar el concentrado de Dona y unos dulces más para ella, llegaría a su casa y se olvidaría inmediatamente de lo que había pensado cuando vio al chico de la dulcería.

Y así fue. Una vez en casa Dona se encargó de hacerlo olvidar de todo para solo concentrarse en sus dulces y en su adorable y gorda cachorra.

Sugar | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora