38

1.1K 134 69
                                    

 —Mierda.— Murmuró Tobirama, parando de correr, observando como unos ninjas de Kumo dejaban a su alumno, Kagami, en el suelo antes de irse. Había llegado tarde, maldita sea. 

Se acercó al cuerpo de este, arrodillándose. Primero se aseguró de que siguiera con vida, posando dos dedos en su garganta buscando su pulso. 

Gracias al sabio, sí estaba vivo. 

 Pero, ¿Por qué? ¿Acaso lo habían dejado vivir como castigo?

Sin pensar mucho en eso lo examinó rápidamente. El joven tenía un corte hecho con una hoz -o eso creía- que pasaba en diagonal por su torso, varios cortes por los brazos, la cara sucia con heridas y moretones, una cortada profunda en su pierna izquierda que era la peor y que de inmediato empezó a vendar, la otra pierna se veía con heridas menores pero sangrantes, sus ropas estaban manchadas de aquel líquido rojo seco y otros fluidos que no alcanzaba a reconocer así que no les tomó importancia. Al levantar la cabeza del menor se dio cuenta de que estaba húmeda, por sangre, o infirió que era eso. 

Realmente quería dejar de revisar para así no encontrarse con más catastróficas sorpresas, pero, si no lo hacía, podría hasta morir.

En conclusión. 

Kagami estaba en un horrible estado. 

Y el pudo haberlo salvado. 

Lo tomó entre sus brazos, levantándose con algo de dificultad. Se concentró para sentir su marca en alguna parte que lo llevara cerca de un hospital de la aldea, debía de dar la retirada y dejarle a otro ninja el trabajo de curar a Kagami. 

Pero, no era capaz, el pudo haber evitado eso, el Uchiha habría podido estar sano y salvo.Le debía una. Debía salvarlo por su propia cuenta.Y más encima sentía esa gran necesidad de protegerlo que no lo hacía pensar con claridad. 

 Se transportó a su hogar, la venda que había puesto en la pierna de Kagami se empezaba a llenar de sangre. No podía llevarlo a otro lado así, no había procurado poner una marca cerca de alguna atención médica. 

 Lo dejó en su futon, buscando otra venda para reemplazarla por la manchada.Sus acciones se detuvieron al haber escuchado la débil y suave voz de su alumno llamándolo. Se acercó rápidamente a él. 

—T-To...bi...ra...— Este empezó a toser sangre, no podía seguir.— P-Per...dón... 

 —...Kagami, no te disculpes.— Sintió un dolor en su pecho.— Debes de relajarte. 

—G-Gra...cias...— Intentó formar una sonrisa.

— P-Pero...yo...n-no creo... 

 —Cállate.— 

 —P-Por...favor...e-escu...— 

 —Cállate, te pondrás bien.— 

 —H-He perdido...m-más san...gre de l-lo que p-pien...sa...— Intentó levantarse.— E-Es...pero...q-que sea f-fe...liz...e-espero q-que la...aldea...a-alcan...ce la paz... 

 —No digas tonte...— Paró de hablar al ver que el menor cerraba sus ojos.— No, Kagami, no duermas, resiste.— El no respondía.— No lo hagas.— Sentía como se tensaba, mientras su corazón latía con rapidez.— No te vayas.

.

Abrió sus ojos con pesar, una punzada en su cabeza se hizo presente, algo empezó a molestarlo, el brillo del sol colándose entre la ventana que llegaba directamente a su mirada. Movió su cabeza hacía el sentido contrario, a la vez que subía su mano para tallarse los ojos. 

Buscó sentarse en aquel lugar en el que yacía acostado, pero su espalda no lo dejaba. Al final se esforzó para hacerlo, sentía aún incomodidad en su cuerpo, pero no entendía porqué.Al intentar mover las sábanas sintió un pequeño peso que no le dejó estirarlas, observó de quién se trataba. 

 —¿Eh?— Abrió los ojos exageradamente, mirando hacia todos lados después. Estaba en el hospital, hasta habían unas flores y unas cuantas notas en una mesita de al lado.Ahí fue cuando recordó todo. El había estado en graves condiciones tras haber sido secuestrado, su sensei lo encontró y lo intentó ayudar, luego cuando eso pasó cerró los ojos jurando haber muerto ya.  —Oye...— Llamó la persona que estaba al parecer durmiendo y apoyado en la camilla usando sus brazos como almohada.  Lo que le sorprendió es que poseía bolsas debajo de sus ojos, en otras palabras, ojeras, ¿No había dormido acaso?Kagami acarició sus cabellos, tomando un mechón y posicionandolo detrás de su oreja. Mejor era que descansara. 

Un color carmín adornó sus mejillas al pensar la situación de mejor manera, ¿Él lo había estado cuidando? No podía creerlo.Kagami notó como la persona despertaba y se enderezó, intentando formar un semblante relajado. 

—Mmh...— Se rascó los cabellos, subiendo su mirada, quedando estupefacto al notar que el Uchiha estaba despierto.— ¡Kagami! Rayos, no debí haberme dormido, ¿Cómo te sientes?— Se paró, mareándose un poco. 

 —Danzo, tranquilo, recién desperté.— Le sonrió al nombrado, se le hacía lindo un detalle así.— Me siento bien, gracias por preocuparte, ¿Cuánto tiempo estuve dormido?— 

 —Tres semanas.— Respondió, suspirando. El azabache entró en shock.— No he dormido nada... 

—¿T-Tres semanas?— Repitió, y empezó a reír.— Tengo muchas cosas pendientes al parecer...Oye, Danzo, ¿Estuviste toda la noche aquí?— 

 El de la cicatriz se sonrojó, para después desviar su mirada.—F-Fue una misión.— Se sentó a un lado de la cama nuevamente.— Me cae mal la enfermera de acá, la voy a llamar después.— Intentó cambiar el tema. 

 —Gracias.— Kagami tomó su mano.— Es muy bonito de tu parte...— Sonreía de manera dulce. 

—D-De nada...— Se quedó quieto como estatua.— K-Kagami hay algo que debo decirte...— 

 La puerta de la habitación se encontraba entreabierta, con Tobirama observando la escena, apretando los puños. Sus dos alumnos se veían tan bien hablando, como si fueran hechos el uno para el otro...Bajó su mirada, girando sobre sus talones y alejándose del lugar, el no pintaba nada ahí, debía de dejar a dos jóvenes haciendo lo normal, un viejo no debía de entrometerse.Ignorar esa punzada en su corazón y la sensación de su estómago revuelto era la mejor opción si no quería arruinar más las cosas.  

ME GUSTA PONER A DANZO COMO EL RIVAL PRINCIPAL DE LA PAREJA, CJAU

• ¡Misión, ayudar a Kagami a confesarse al sensei! • Serie de drabbles/mini-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora