Las función de las gárgolas es la de expulsar agua de lluvia de los tejados de dichos edificios, fueron usadas principalmente durante la Edad Media. Sin embargo, estás suelen tener en su mayoría una forma grotesca y lúgubre. Origen El origen de estas gárgolas proviene de la Edad Media, cuando el infierno era uno de los temas que más preocupaban a la sociedad y creían en todo tipo de demonios y bestias que atormentaban a los seres humanos. Las primeras gárgolas que se conocieron, fueron nombradas como "grifos". También existe una leyenda que cuenta su origen en la que se relata que a mediados del año 600 d.C un dragón llamado Gargouille atemorizaba a los habitantes de cierta región, no fue hasta que San Romanus lo capturó y lo llevó de vuelta a Rouen para quemarlo. Sin embargo, la cabeza de la Gárgola no arde, su cráneo está diseñado para resistir las llamas de sus fauces, de modo que, imposibilitados de quemarla debidamente, San Romanus mandó a colocar la cabeza sobre la puerta principal de la iglesia de Rouen.
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