MOONBIN.
Sus pasos eran lentos, arrastraba un poco los pies haciendo que sus suelas resonarán contra el suelo, iba hacia afuera de la escuela para subirse al automóvil que ya lo esperaba. En aquella ocasión no había invitado a nadie en su casa, no se sentía del todo bien; otra vez tenía esa tristeza inexplicable, esas ganas de llorar y ese estúpido nudo en la garganta. MoonBin sufría de un poco de depresión y en ocasiones se ponía de ese modo, quería alejarse de todo y de todos.
Transcurrieron 30 minutos y finalmente llegó a su casa, se cambió sin ponerse sus mejores ropas, sino unas normales, tomó una mochila con cosas básicas y salió de su casa caminando. Necesitaba despejar su mente de todo, tenía todo, tenía cada cosa que quería y cuando lo quisiera, pero sus padres jamás habían compartido momentos junto a él. Él castaño había tenido una vida dura antes de ser querido por todos y eso era lo que nadie sabía.
Vagaba por un barrio en el que no solía estar mucho cuando a lo lejos vio a un par de chicos molestando y golpeando a un chico delgado, con cabellos claros, entre más caminaba más reconocida a ese chico era... ¿SanHa? Al percatarse de aquello sin pensarlo corrió hasta donde estaban con suma rapidez, empujando a los chicos y colocándose frente del menor.¿Qué mierda les pasa? ¡Dejenlo en paz! –Gritó enfurecido, ni él sabía porqué se había puesto de esa forma, jamás había defendido a una persona así que no sabría cómo terminaría aquello.
¡No te metas en lo que no te importa, niño bonito! –Respondió entre risas uno de los tres chicos que molestaban a SanHa, empujando al castaño.
Me meto si quiero. –Alzó su puño etrellándolo contra la mejilla de ese chico peli-rojo.
Mierda. Pensó MoonBin al ver lo que había hecho y al sentir de regreso el golpe, empujó con su diestra al menor retirándolo de aquella escena mientras él peleaba con los tres chicos; después de varios golpes, de que su nariz sangrara un poco logro hacer que los chicos se largaran y se acercó al nuevo por esos lados.
¿E-estás bien? –Preguntó con una voz agitada mientras agarraba su estómago.
S-sí, gra... –No terminó la frase pues quedó petrificado al ver el rostro del adverso, ya que él no se atrevió a ver cómo le defendían pues estaba llorando–. Estás muy lastimado...
¿Ah esto? No es nada. –Negó un par de veces con la cabeza sonriendo posteriormente con una ligera mueca de dolor.
Ven... Vamos a mi casa, te curare. –Dijo intentando sonreír pero el dolor del labio no se lo permitía, tomó del brazo al chico y sin dejarlo hablar se lo llevó caminando dos cuadras más.
Llegaron a casa de SanHa y este sento a su acompañante en el sofá mientras iba por el botiquín, era gracioso pues curaría a una persona estando él herido. Bajó con la mayor rapidez que pudo con los artefactos necesarios entre manos, al estar frente al castaño dejó las cosas en la mesa de centro arrimandola más al sillón.
Colocó un poco de alcohol en un pedazo de algodón para limpiar la sangre de la cara ajena, dándolos con pequeños toques.Así que SanHa, cuéntame cómo terminaste en una situación así. –Exclamó mientras hacía una ligera mueca de dolor pues el chico con brackets había comenzado a desinfectar su herida de la ceja.
Me negué a coger con ellos. –Suspiró un poco, cuando terminó de curar puso una bandita en la mejilla de este ya que tenía un rasguño algo profundo y se sentó a su costado–. Caminaba por la calle, iba por algo de comer cuando ellos me acorralaron, diciéndome que tenía cara de que me gustaba que me dieran por detrás; le di un golpe a uno de ellos y salí corriendo intentando huir pero me alcanzaron y pues pague las consecuencias, capaz hubieran abusado de mí sino llegas.
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Never go away. [ SαɴBιɴ ]
Novela JuvenilMoon Bin era un chico muy atractivo y popular, tenía una vida de ensueño ante los demás ojos, pero para él no era así. Yoon San Ha era un chico adorable que no poseía muchos amigos y tenía una vida muy agitada, bastante mala a decir verdad. Eran d...