Capítulo 2

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Con ese pesado frío en el estomago me preguntaba a donde ir en una ciudad llena de repetidas copias de personajes famosos, donde las calles me parecían conocidas pero notablemente diferentes. Tal era mi impresión que no había caído en cuenta que los vehículos eran distintos a los que yo conocía, pero no importaba tanto como decidir a donde ir.

Ya es de noche, lo mejor será que busque un hotel hasta recuperarme de está perturbación.

Comencé a caminar en dirección a un distante neón que aludía a las comodidades de una acogedora estancia. Observando a mi paso por supuesto muchas otras figuras famosas.

Al llegar al edificio noté que las personas colocaban su rostro frente a una especie de cámara luego la puerta se abría y pasaban. Aparentando naturalidad, hice lo mismo pero una imagen iluminada señaló: ¨RECHAZADO¨

Me quede largo rato esperando a ver si se me ocurría algo que me permitiera entrar, hasta qué llego un hombre solo, quien al mirarme pareció comprender mi necesidad, me preguntó:

¿Vas a entrar?

No tengo la manera — Le respondí

No importa, ven.

Entré con él, inmediatamente le ofrecieron dos opciones:

¨SOLO¨  ¨ACOMPAÑADO¨


Oprimió la segunda, al instante desfilaron sucesivos hologramas de damas lindas y famosas.

¿Cuál prefieres? Preguntó.

No gracias, para mí no, estoy muy cansado.

Como prefieras — Escogió una y continuamos.

Al día siguiente muy temprano salí desesperadamente a buscarle sentido a todo aquello. Después de mucho caminar llegue hasta un edificio donde un anuncio me daba idea de quién era el responsable de lo que tanto me perturbaba.

Con cierto escepticismo me atendió el representante de promoción y ventas de la empresa a quien de inmediato increpé:

—Son unos monstruos, inhumanos; han robotizado a la sociedad. Olvidaron que los sentimientos son el ingrediente fundamental de la humanidad.

—Te equivocas, no fuimos nosotros. El ser humano se ha vuelto cada vez más individualista, la familia se ha desintegrado. Las personas no se toleran entre sí, mucho menos los que juraron estar juntos hasta la muerte los separe, te lo indica el índice de divorcios. ¿Nunca te has detenido a revisar los casos de violencia doméstica? Las parejas viven en una permanente pelea: se mienten, se vejan, se humillan, se agreden de todas las maneras a su alcance, y un alto porcentaje se matan. Todo esto les lleva a la triste o sabía conclusión: ¨Es preferible estar solos¨

_Es por eso que cada individuo hoy prefiere estar rodeado de la mejor tecnología. Eso, si es algo de lo cual no nos podemos separar: tu computadora, tu teléfono,tu casa inteligente, tu automóvil; y ahora tu pareja androide: obediente, capaz, no se equivoca, no te contradice ¡Mas eficiencia imposible! Sin hablar de la fidelidad.

_Esta tecnología vino a llenar el vacío que el hombre mismo creo en su vida. ¿No te parece que estos argumentos justifican lo que nuestro laboratorio ha logrado? Adicionalmente, este negocio resulta considerablemente rentable. Ahora cada mujer, cada hombre con la ¨Posibilidad¨ puede disfrutar de la comodidades de tener a su lado la pareja perfecta a imagen y semejanza del ser de sus sueños, vale decir con la apariencia que siempre quiso y las habilidades de su preferencia.

_Lo que le podemos ofrecer a esta sociedad no tiene limites, es una ingeniosa solución a los múltiples problemas que el hombre se ha planteado

Si cada persona convive con un robot no pasará mucho tiempo para que nos extingamos con especies ¿O sus androides son capaces de reproducirse?

—De ninguna manera, para eso también hay solución. Ahora cuando la humanidad logró transcender las barreras del prejuicio, podemos seleccionar los mejores genes, tal qué, garanticen un ser mas sano y capaz. Esas taras heredadas son cosas del pasado, cada persona selecciona las características que sea que tenga su hijo y con un androide como apoyo lo cría y educa en mejores condiciones que en el pasado, dónde los niños crecían con traumas al ver a sus padres en un permanente enfrentamiento, cada uno tirando para su lado. Hoy reciben una formación integral libre de violencia.

¡Dios, que locura! Me dije para mis adentros, pero me sentí desarmado ante aquellos argumentos a tal grado que no se me ocurría nada que objetar

InexorableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora