Capítulo Final

6 0 0
                                    

Al fin llegó el día, las demoras se debían a que teníamos que garantizar que nadie saliera lastimando durante la operación. Los cuatro hombres nos dirigimos decididamente a cumplir nuestra misión con la satisfacción de que estamos haciendo lo correcto.

Llegamos al sitio, logramos entrar sin dificultad. Una vez adentro nos esperaba un comité de bienvenida, todo el equipo de seguridad con su respectivo armamento como si fueran a una misión de alta peligrosidad, seguidamente nos despojaron de los explosivos y nos pasaron a un salón que parecía de conferencia.

Yo estaba ensimismado en mis pensamientos, nos habían delatada, no existía otra posibilidad. Pero...¿Quién? Allí estábamos los cuatro, en la misma circunstancia.

Quién parecía el jefe tomo la palabra:

—Señores, bienvenidos. Soy el Sr. Smith quién con gusto les atenderá. Veamos esto — continuó diciendo, luego le hablo a una pantalla de TV y comenzó una película protagonizada por nosotros cuatro desde la primera reunión en la sala de mi casa sin faltar ninguna hasta la de ese día

¿Cómo era posible? Nos preguntábamos con la mirada.

Al terminar la película tomo nuevamente la palabra el Sr. Smith

— Ustedes ciudadanos de bien, han pretendido atentar contra el futuro de la humanidad y contra la propiedad privada. ¿Cual era el objetivo? Volver a la edad media, al oscurantismo. Privar a sus congéneres de las bondades de la tecnología, permitanme decirles que los hemos librado de cometer un delito de Lesa humanidad — Hace una pausa —En una sociedad violenta como la que hemos erradicado, ustedes habrían sido condenados a muerte. Afortunadamente para ustedes, hemos alcanzado un nivel que nos permite entender que la pena de muerte es injusta e innecesaria. Evidentemente ustedes no podrán volver circular libremente por la cuidad. Por el contrario permanecerán indefinidamente disfrutando de nuestra hospitalidad, por su seguridad y la de sus conciudadanos. Después de todas estas evidencias ¿Cómo se declaran?  — Después de decir esto se hizo un profundo silencio.

—¿Qué significa eso? — Preguntó Tomás rompiendo aquel silencio. —¿Seremos prisioneros condenados a cadena perpetua, sin un juicio justo? ¿Sin que intervengan las autoridades?

—Ya fueron juzgados, vieron con detalle la película dónde se observa el delito que iban a cometer. Se les pregunto como se declaran, y no dijeron nada. El que calla, otorga. Ustedes están conscientes de lo que han hecho.

—¡Es innegable nuestra responsabilidad pero merecemos un juicio! — Interrumpió Tomás

—¿Seria mucho pedir que nos diga quién los delato? — intervine para preguntar.

— Desde la óptica de su amada, pudimos ver como planificaban su atentado contra el progreso.

Sentí como si una daga incandescente me atravesará el alma. Todas las tomas se habían hecho desde la perspectiva dónde se encontraba mi esposa cuando nos atendía.

—¡¿Y mi esposa, malditos; Qué hicieron con ella?! — Grité desgarradoramente.

—No sea necio. Usted no tiene esposa, y hasta ahora ha disfrutado gratuitamente de uno de nuestros mejores productos.

«Archivenlos, hasta nuevo aviso» fue lo último que escuchamos.

InexorableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora