MI VIDA, INSPIRACIÓN DE DIOS

AGRADECIMIENTO:

Antes de comenzar a desarrollar este testimonio de vida quiero agradecer a mi Dios quien siempre va a estar de primero en mi vida, mi madre quien a pesar de saber las complicaciones que iba a enfrentar cuando yo naciera, aun así decide hacerle frente como toda una guerrera y no tomar decisiones erróneas. Evelyn Chacón, persona que amo con todo mi corazón, mi madrina, mujer que ha tenido que conocer el don de la paciencia con este servidor, uno de los mejores regalos que Dios me ha dado en mi vida.

Ha mi santa abuela Elizabeth Bustamante, dama ejemplar que nunca supo darse por vencida y al contrario sabía leer la obra de Dios en su nieto. Belquín Céspedes, una docente entregada de corazón a su trabajo quien dejo una gran huella en mi vida a través de un hecho que más adelante les narrare.

Carlos y Janeth mis fisioterapeutas que gracias a sus conocimientos, paciencia y dedicación logran junto con la mano de Dios restaurar músculos y demás en mí cuerpo.

Oscar Brenes, mi padrastro, mi papá, ese hombre que a pesar del que dirán unió su vida a mi madre y fue mi esa figura paterna fue tanto necesitaba. Ms catequistas, Flor Chacón, Doña leila, Anais, Oscar Vega y una catequista que no recuerdo su nombre en este momento no deja de ser menos importante.

Fanny Víquez quien trajo a mí la voz del señor junto con Rene Alfaro. Yeudí Román quien hoy ya goza de la gloria de Dios, pero que 15 días antes vino a mí y dio su mensaje inspirado por Dios.

El sacerdote Luis, mi amigo Adrián Morera quien me da la posibilidad de publicar este libro enviado por la sabiduría de Dios y A una gran amiga, Angelica, mujer que el señor cruza en mi camino para que su obra se lleve a cabo quien ha hecho las correcciones ortográficas.

CAPITULO 1

Hoy 8 de junio del 2013, empiezo a redactar un pequeño libro que lleva como finalidad contar un poco de mi triste vida, pero también llevar hasta esos incrédulos y adoloridos corazones de los cristianos un testimonio de vida, fe y amor que Dios hizo en mí.

¡Mi vida no ha sido nada fácil! No sé bien la historia sentimental que vivieron mis padres, pero sí sé que es triste y dolorosa para todos y como podrán ver el más afectado fui yo hasta hace un poco tiempo atrás.

Hoy en día tengo 18 años y se lo que es luchar en un hospital desde que era un bebé recién nacido.

Cuenta mi madre que los primeros cuatro meses fueron normales, al quinto mes fue al control y el médico le comunicó que no me escuchaba latir el corazón.

Después de ahí empezó la pesadilla que dentro del vientre de mí madre no crecía ni tenía el peso que debía tener a esa fecha, el médico le informo que iba a ser un parto delicado y que era de cesaría.

El 14 de octubre de 1994 a las 4:20 de la madrugada nací yo. Quizás muchos esperan leer una historia con un parto común y corriente, pero lamentablemente para todos no fue así. Yo venía sentado dentro del vientre de mi madre y eso los médicos ya lo sabían, pero poco les importó.

Mi madre rompió fuente, pero no dilató y era necesario una intervención quirúrgica la cual no le practicaron y me hicieron nacer a la fuerza entre dos enfermeras que quizás en ese momento no tenían conocimiento del amor a su prójimo.

Tengo que reconocer que en el pasado tuve un cierto rencor por lo que me habían hecho pasar a mí y a mí madre, ya en la actualidad no tengo eso en mi corazón por que conocí a Dios y Él me lleno los huecos que en mi alma herida existían.

Yo iba a ser un niño quizás como los demás si eso no hubiera pasado, pero Dios sabe por qué hace las cosas y todo será para bendición DIVINA. †

Como ya les conté venia sentado y al no poder salir trague líquido y me complique. Las enfermeras me jalaron a la fuerza y me quebraron las manos, pies y la columna vertebral.

Yo estaba en estado vegetal en el momento del nacimiento y así viví unos años.

Aquí es donde empieza la verdadera historia de lucha, amor y Fe, desde que nací me metieron en una incubadora, me enyesaron las manos, pies y me conectaron a muchas máquinas para mantenerme vivo.

Desde ese momento empecé la guerra por mi vida, una guerra que se extendió años después, una guerra muy desgastante, cruel y dolorosa física y psicológicamente para todo aquel que había estado combatiendo a mí lado.

El pronóstico medico era que iba a vivir pocos días, pronostico desgarrador para mi madre, abuela y toda la familia.

En mi vida mi abuelita (mi lela como yo la llamo) fue mi fuerza, motivación y a esa MUJER MARAVILLOSA que tanto admire, admiro y admiraré, por esa Fe inquebrantable que con toda la adversidad que se enfrentaba ahí estaba ella dando sus fuerzas en oración por ese niño que moría lentamente en una cama de hospital, esa mujer me dejo la mayor de las herencias que puedo tener la FÉ y la confianza que ahora en día poseo hacia mí Dios. †

Mi abuela siempre confió y creyó en que yo iba a llegar a caminar con la ayuda y la gracia de Dios. Según me contaron todos aquellos que me conocen de bebé dicen que jamás pensaron verme como soy hoy en día, casi todos describen una clase como de ser de otro planeta o algo similar de como yo era de niño.

Cuando a mí se me acercan personas y me dicen eso en vez de ponerme triste por mi pasado lo que hago es reír ¿Por qué me río? Me río al ver como se sorprenden, pero no le encuentro el ¿por qué de tanta sorpresa? Si mi Dios y vuestro Dios tiene el poder absoluto para moldear nuestras vidas o simplemente todo nuestro entorno vivir.

Las historias que mi madrina comparte siempre conmigo han sido muy marcadas por mi enfermedad y que en todo momento se llevaba cada susto conmigo. Cuenta que una vez en la parada de buses me dio a comer un popí y la parte de arriba se le zafó y se me fue por mal camino quedándome esta misma pegada en la garganta y me estaba ahogando, cuenta que un muchacho se hizo tirado por un mostrador y me golpeo la espalda inmediatamente saliendo expulsado aquello.