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- Papyrus tu...

Sans estaba sorprendido, ¿sus sentimientos eran entonces correspondidos? Quería, pero no podía frenar sus impulsos, su alma y sus manos ya habían esperado años para tener contacto con él, verdadero contacto con los huesos de su querido hermanito; de forma casi involuntaria levantó una mano y la posó suavemente sobre uno de los pómulos de Papyrus.

El menor sintió de inmediato el tacto del otro y sin pensarlo un solo instante colocó su mano sobre la que ya estaba en su cara y soltó un largo y tranquilo suspiro mientras cerraba sus ojos.

-Estoy muy cansado, lo mejor será dormir, creo que ambos necesitamos descansar- dijo Papyrus con voz lenta.

¿QUE?!! por primera vez en su vida Sans no quería irse a dormir, pero notó marcas de magia roja bajo las cuencas de su hermano, realmente estaba cansado por haberlo buscado durante una semana; así que si el alto esqueleto quería ir a reposar sus cansados huesos... bueno pues eso es lo que harían.

-Pero primero te darás un baño Sans... sinceramente apestas, tú y esas sucias ropas que huelen a mugre, ¿cuándo fue la última vez que te aseaste?

Ahora el que tenía la cara totalmente roja era el mayor; su hermano lo había cargado todo ese tiempo pegado a él, se habían confesado sus sentimientos y todo lo demás pero hasta ahora se daba cuenta que apestaba; pero que verguenza. Como si de un resorte se tratara se levantó del regazo de Papyrus.

-Maldición, eres la peor persona que pueda existir,¿después de todo lo que hablamos simplemente me dices que apesto y me vaya a bañar? 

-Ademas deberias cambiar esa ropa también.

Sans chasqueo su lengua y salió corriendo a su habitación,  de ahí sacó una playera de negra de manga larga y unos shorts negros que estaban limpios, ahora volvió a salir para dirigirse al cuarto de lavado para solo dejar su chaqueta la cual adoraba y ahora si dirigirse al baño; una vez dentro del citado cuarto se quitó el resto de su ropa y la dejó a un lado para entrar en la ducha... aah~ el agua tibia era un delicioso bálsamo para sus huesos, si bien no tenía piel podía sentir los cambios de temperatura aunque no de la misma manera que otros monstruos, por ahora se dedicó a lavar a conciencia cada rincón de su esqueleto, no iba a negar que sí estaba bastante deseoso de darse un baño. Desde el interior del baño escucho que su hermano ya había subido las escaleras y se dirigía a su cuarto.

Una vez terminada la ardua tarea de lavar su pequeño esqueleto Sans se secó y vistió con las prendas limpias, sin duda se sentía un poco mejor, sin embargo ¿que era todo eso que había pasado ahí en el sillon? un pequeño intercambio de revelaciones pero nada en concreto, él le dejó en claro su amor a Papyrus, pero a pesar haber escuchado que era preciado para su hermano no le dijo las palabras clave... bueno quizá era demasiado para un solo día tampoco iba a esperar que todo cambiara en un segundo.

Dejando sus pensamientos de lado una vez más se dispuso a salir del baño y lo que vio afuera en el pasillo lo dejó sorprendido. Recargado en la pared estaba Papyrus vistiendo unos pantalones ligeros de color gris y una playera negra, su pijama sin lugar a dudas ¿lo estaba esperando? bueno quizá el grandulón necesitaba entrar por algo que necesitaba del baño.

-Vaya, ya era hora, te tomas tu tiempo señorita.

-¿Quien te entiende? te quejas por que apesto y te quejas por que tardo en el baño- tampoco él podía cambiar su comportamiento de un segundo a otro después de todo.  

-ahg, como sea, ven aquí- ¿y ahora que planeaba? se separó de la pared y se le veía que esperaba a que el más bajo se acercara.

Con algo de desconfianza Sans avanzó hasta estar frente al menor, lo siguiente que hizo era solo un deseo que se volvía realidad, dentro de las muchas acciones que siempre esperaba que Papyrus realizará pero que nunca suceden. El más alto paso sus manos por debajo de los brazos de su hermano mayor y lo cargo una vez más contra su pecho... benditas estrellas, ojala esto no fuera un sueño.

Pero no lo era y más sorprendente aún, lo llevaba directo a... la habitación que pertenecía a Papyrus!!!; si, esto no era más que un pequeño pedazo de cielo. Dentro de la habitacion habia una mesa donde trabajaba el menor en algunos puzzles, un armario, una mesa de noche al lado de una amplia cama pegada a la pared. 

Y fue precisamente en esa cama que fue depositado Sans en el lado que daba a la pared, para acto seguido ver como Papyrus se recostaba él también, luego tomó la sábana para cubrirlos a ambos y se acomodó dando la espalda al mayor... claro, eso era lo más lógico que hiciera el menor, tampoco es que esperara que lo abrazara toda la noche; Sans igual se había relajado con el baño y como dormir era al parecer su actividad favorita quedó dormido casi de inmediato dandole tambien la espalda a su hermano. 

Cuando el alto esqueleto notó que su hermano ya dormía profundamente se volteo para verlo, ahí estaba, no era mentira su presencia en su cama, no se lo diría nunca pero estaba realmente feliz, lo tenía de vuelta y con conocimiento de que lo amaba.

-Te extrañé montón de huesos flojos.

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Cómo detestaba las mañanas, sin lugar a duda eran el peor momento del día porque todo su cuerpo se sentía como si pesara una tonelada y eso le hacía de los más difícil levantarse; al fin pudo abrir sus cuencas para encontrarse en una cama que no era la suya, también estaba solo, pero en la casa ya flotaba un dulce olor.

Claro, había dormido en la misma cama que Papyrus, pero el menor siempre parecía tener más energía, seguro se levantó temprano y fue a preparar el almuerzo¿eso pasaría más seguido?, bueno lo mejor era comenzar al menos este día y ver qué pasaba ahora; lo primero fue ir al cuarto de lavado por su chaqueta, la cual de forma increíble estaba limpia y seca, seguro que esto era obra de su hermano.

Al bajar el desayuno ya estaba servido en la mesa del comedor, o al menos el plato de Sans lo estaba... el primer desayuno decente desde que el mayor abandonara la casa aquel día; unos panqueques ¿eso era chocolate sobre ellos?, no, imposible, seguro ese era el plato de Papyrus. Pero no lo era pues el menor ya estaba sentado en su lugar tomando su taza de café matutino, ya que la comidas dulces no eran las preferidas de este sino de su hermano mayor.

-Apurate o se enfriara y sabes que detesto que desperdicies mi magnífica comida.

-Eh! ah si claro ya voy. 

Sans comió encantado de la vida su desayuno, al terminar de devorar todo vio como Papyrus se levantaba de la mesa y se colocaba a sus espaldas; con solo eso ya comenzaba a sudar, cierto miedo se apoderaba de él y fue entonces que lo sintió... le estaba colocando algo alrededor del cuello, estaba seguro de saber de lo que se trataba, sólo acertó a cerrar los ojos, no quería usarlo pero al parecer esta vez no tendría opción. 

-Creo que es hora de hacer reglas nuevas "cachorrito"- le susurro al oído al esqueleto más bajo.

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Hola!!! soy Hanabi!!

Capitulo nuevo ideas nuevas... pensaban que habría limonada tan pronto?, no queridos míos, no ven que Sans está algo dañado por su pasado... pero no temáis porque si la habrá y sera la primera limonada de mi vida jojojojo

Recomendación del día... "El castillo ambulante" de Diana Wynne Jones 

Mi Unico Deseo [ Foncest/Underfell] 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora