Mi Unico Deseo [ Foncest/Underfell] 18+

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(imagen colaboración entre @_Darkneko_ y yo)
La mañana le sorprendió solo en la cama, no le era extraño del todo pues su hermano era un loco con energía de sobra como el mismísimo Core; lentamente rememoro cada instante de la noche anterior y aun le parecía todo un sueño... Hasta que una sensación no tan desconocida se extendió por su parte baja al incorporarse en la cama, si, dolor, le dolía y sin embargo este nuevo tipo de dolor no le parecía tortuoso como antes, incluso le causo algo de gracia, bueno al menos hasta que trato de mantenerse en pie y no lo logró.   

Un golpe seco hizo correr a Papyrus directo su habitacion donde encontro a su familiar desnudo y sentado en el piso tratando de pararse sin exito.

- Pero que demonios...!!!

-agh, me duele la cadera y las piernas no me respondieron, eso es todo.

El dolor se extendia lentamente por sus huesos pero no le dio mucha importancia, ese dolor le aquejaba en algunas ocasiones.

- No importa, no hay nada que un analgesico no remedie - o quizas dos, pensó en sus adentros - Oye... Mmm, mejor no...- Sans tenia una duda sobre su hermano. 

- ¿Y ahora qué tonterías estás pensando?- mientras tanto lo levantaba para sentarlo en la cama.

- Bueno es que ya sabes que yo no era precisamente puro y casto,¿pero tu? Tampoco te veías muy inexperto que digamos.

- Eso no es algo que realmente debas saber, no es de tu incumbencia.

-... Ya veo, no me incumbe o no quieres que yo sepa con quien has hecho de todo antes que conmigo... Solo no olvides que yo ya no te guardo mas secretos- aun cuando sabía que no era del todo cierto. 

- Te gusta atormentarte tu solo, eres un masoquista...- quizá desista o quizás no.

Sans no dejaba de mirarlo de forma inquisitiva, quería saber y no tener más dudas, era ahora Papyrus quien guardaba un secreto y eso no le agradaba al mayor.

-Bien si tanto quieres saber- suspiró- Mettaton... fue algo de adolescentes, demasiado pasajero y al final cada quien llegó a la conclusión de que no éramos lo que buscábamos, que a quien queríamos estaba más cerca de nosotros de lo que pensábamos.

-Entiendo, por eso escuche nombrar muy seguido por aquí a ese montón de chatarra barata.

-Si, pero de eso ya nada queda, tan así que ahora nuestro trato es algo frío por no decir gélido.

-Muy bien, no se hable más de este tema, y agradecería el par de analgesicos porque me duele demasiado el trasero.

Y después de algunos juegos de palabras no tan inocentes Papyrus salió a buscar la medicina para el tonto masoquista en su cuarto.

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A las pocas semanas Sans casi no se reconocía en ciertos aspectos, además de que ya no quedaba casi ningún lugar de la casa que no los hubiera visto hacer de las suyas.

Sus viejos miedos en la intimidad eran historia, ahora en cambio estaba dispuesto a hacer todo lo que Papyrus le pidiera y es que para Sans no existía mejor afrodisiaco que el estar con la persona amada, sin importar si las sesiones ahora durarán horas o si las peticiones estuvieran algo excéntricas. 

Toda la vergüenza se había ido al caño cuando estaba con la cara sobre la cama y su cadera al aire. ¿De dónde habría sacado la idea su hermano esta vez? Aunque no le desagrada que ese listón púrpura fuera entrelazado por su columna desde la base de su cuello hasta la pelvis; ahora los habilidosos dedos del menor entrelazaban el listón en los huecos del hueso sacro terminando en un lindo moño.