Mi Unico Deseo [ Foncest/Underfell] 18+

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Lo unico que queria en ese momento era llegar a su casa, correr directo a su habitación y dormir por un mes... no, mejor el resto de su vida si era posible; desafortunadamente sabía lo que pasaría ni bien llegasen, si tuviera oídos ya le estarian doliendo de solo pensar en los gritos.

Y ahí estaban frente a la desgastada fachada de su casa, esperando a que Papyrus abriera la puerta para seguidamente entrar primero el menor y después Sans.

Al entrar el menor fue directo a la cocina para dejar las compras así que el esqueleto más bajo pensó que quizá esta era su oportunidad para escabullirse y de casi de puntillas caminaba con dirección a la escalera.

-Alto ahí!- se lo decía mientras lo atrapaba con su magia- hoy has estado de lo más torpe, no haces más que darme problemas.

-L-lo lamento Papyrus- ah si, en casa podía llamarlo por su nombre, pero solo ahí, de igual forma lo tenía sometido a su voluntad, siempre tuvo una personalidad sumisa... siempre- te prometo...

-No me prometas nada, es inútil, no sabes acatar ni las más simples órdenes, ¿se puede saber por qué no eres capaz de prestar más atención?  

Sans lo miró con cierto miedo, y es que su hermano al ser más alto que él podía llegar a ser tan intimidante, su chaqueta y pantalones de cuero junto a su inseparable bufanda roja lo hacían ver como un matón, y más aún con sus dientes afilados y pupilas rojas.

"Eso es porque estoy perdidamente enamorado de ti", pensaba el bajito, claro cómo podría siquiera pensar en dar esa respuesta.

-Yo...

-Agghh!! siempre es lo mismo, responde algo- le decía mientras lo liberaba de su magia.

-Yo... no lo sé.

Papyrus estaba a nada de perder la poca paciencia que tiene, pero él también poseía ciertos sentimientos por su hermano, eran estos los que le impedía tratarlo aún peor de lo que ya lo hacía. Pero fue entonces que notó cómo Sans comenzaba a maniobrar para quitarse el collar, claro que tenía permitido quitarselo en la casa pero solo después de que le fuera dada la orden.

-¿Qué crees que estas haciendo, aun no te he dicho que puedas retirarte?

-Por favor!!!, ya sabes que detesto usarlo me hace ver como un imbécil, además todos se burlan de mi por esto.

-No te he dicho que puedas quitarlo!, ahora te lo quedaras puesto hasta que yo lo diga- al grandulón le gustaba la falsa idea de tener el control de todo, haciendo esto creía tener la situación en sus manos.

Pero Sans estaba molesto, ese día ya lo habían calificado de "perro", a su hermano no parecía importarle en absoluto, no quería seguir usándolo incluso en su casa, su mente también estaba al borde del enojo.

-No!, no me lo dejare, YO NOY SOY TU ESTUPIDO PERRO!!!- su voz había subido de tono en esa última frase a la vez que lograba quitarse el collar y tirarlo al piso de la sala.

Estaba tan concentrado en el objeto que acababa de tirar que no se dio cuenta cuando su hermano ya se encontraba parado frente a él. Sans no quería retroceder pero la imponente figura del menor lo hacía sudar como loco.

-Atrévete a repetir lo que has dicho-Papyrus dijo eso con la intención de que el otro se arrepintiera de sus palabras y con una voz que ya parecía de ultratumba; estaba a nada de perder la compostura, no soportaba la sublevación de aquellos bajo sus órdenes, eso era según él, el tipo de acciones que le había dado el respeto de todos en el Underground.

-He dicho... que... NO SOY TU ESTUPIDO PERRO!!!- Sans tampoco pudo callar su furia.

Lo siguiente que sintió el pequeño esqueleto fue una fuerte cachetada que su hermano le propinó con el dorso de su mano, el choque entre huesos fue duro, tan así que el sonido se pudo escuchar en cada habitación de la casa.

El tiempo se detuvo para Sans, la cara le ardía, había cerrado sus cuencas en el reflejo ante el golpe, tenía la cabeza de lado; cuando por fin reaccionó ya comenzaba a dirigir una vez más su mirada hacía al menor.

-Eres... un... Bastardo malagradecido!, después de todo lo que he tenido que hacer y soportar por ti!!-lo decía mientras colocaba una de sus manos sobre la mejilla adolorida

Papyrus solo llegaba a los golpes en contadas ocasiones, la verdad es que en esta ocasión actuó más por impulso que por otras razones. No estaba seguro de qué pensamientos le motivaron a hacerlo pero si su querido hermano le iba a echar su existencia en cara este era el momento de decir ciertas verdades, o eso pensó. 

-ah sí?, ¿y que se supone que has hecho tu por mi?

-¿Cómo te atreves?, quizá tu ya lo has olvidado pero YO no puedo... nunca podré olvidar que yo me convertí en la rata de laboratorio de Gaster para que no lo fueras TU, o cuando me usaba como saco de boxeo cada vez que se enojaba y no lo hiciera CONTIGO- lagrimas color carmesí se agolpaban en sus cuencas y casi sin pensarlo terminó por decirle...- o cuando  el muy infeliz me violaba y yo lo permitía para que no te lo hiciera a TI!!!.

En cuanto terminó de hablar se dio cuenta de lo que había dicho, ese era uno de sus más oscuros secretos, nunca se lo había dicho y ahora lo dejaba salir en un arranque de furia; comenzó a sentir pánico, llevándose ambas manos hacia sus dientes para cubrirlos pero incluso a través de sus esqueléticos apéndices podía sentir que se hiperventilaba.

¿Y Papyrus? nada, se congeló en el momento en que escucho semejante revelación, ¿Hasta donde era capaz de llegar su hermano por él? bueno, ya se estaba enterando.

Cuando el esqueleto más alto dio un paso al frente Sans comenzó a retroceder con sus cuencas bien abiertas y goterones de lágrimas bajando por su rostro, no podía con lo que acababa de soltar y en el momento que se percató que los brazos del menor se levantaban para tratar de alcanzarlo solo atinó a desaparecer.

El mayor había usado uno de sus atajos,Papyrus se quedó mirando el espacio ahora vacío frente a él. 

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 hola!! soy Hanabi!!!

un capítulo más con fuertes revelaciones... pobre Sans, pero... saben? la vida nunca es fácil y mucho menos de color rosa... que pasara con Sans? se descongelara Papyrus? porque no dejo de preguntar?

enterese en el próximo capítulo

recomendación del día... "Los reyes malditos, El Rey de Hierro" de Maurice Druon