"Roommates"

XIII

Golpeé la bola lo mas lejos que pude, nada mal, seguro habría hecho home run si fuera un juego de verdad.

Escucho aplausos detrás de mi para encontrarme al entrenador observándome con una sonrisa. Este era un hombre un poco mayor que siempre usaba camisetas blancas y una gorra vieja azul marino que cubría su calvicie. Aunque casi siempre era amable, debías temer cuando se enojaba.

-Cada vez mejor Tae- le sonreí en forma de respuesta para volver a retomar mi actividad, pero puso una mano en mi hombro dándome a entender que todavía tenía cosas que decir.

-Acompáñame por favor Kim- avisé con una seña a mi compañero que me iba y deje el bate para seguir al coach que iba unos pasos mas adelante.

-Taehyung, prometiste que tus calificaciones iban a subir- Su rostro se torno serio y yo me apene, porque, lo había olvidado, sabía que el me había pedido amablemente que subiera mis calificaciones y sin embargo no lo hice.

-Sabes que todos los jugadores del equipo deben tener un promedio de 8.5 por lo menos, el tuyo es de 7.4 Taehyung-

-Juro que lo intento pero eso no es lo mío, lo mío es estar aquí jugando, no estar sentado en una banca por horas estudiando- me levante y puse mis manos a cada lado de mi cadera con el ceño fruncido sabiendo lo que venía a continuación.

-Taehyung, dirección me pidió que no te dejara jugar el siguiente partido si no sacas mas de 8 en tu próximo examen de inglés, y que te sacara del equipo para la siguiente temporada si tu promedio al final del parcial no sube a 8.5- me miraba con preocupación pero también decepción y yo me sentía morir, no podía pasarme esto exactamente a mi, sabía que la vida me odiaba.

-Coach no puede hacer eso, soy uno de los mejores jugadores del equipo, mis calificaciones no tienen nada que ver con mis habilidades para el béisbol-
Estaba empezando a enfurecer, y mi corazón latía fuerte.

-¿Crees que yo estoy a favor de esto? Sabes lo que dirección piensa, si quieres entrar a un deporte debes tener promedio de 8.5 para asegurarse que el deporte no te está distrayendo, y a ti no te importo, por favor, haz lo que se te pide- se levantó de la banca en la que se había sentado durante unos minutos y yo golpeé la banca mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla y no es que fuera una persona débil, pero cuando me enojaba lo suficiente lloraba, me odiaba por eso, sin embargo no podía evitarlo.

[****]

¿Que si me encontraba mal? Por supuesto, no había salido de mi cama en dos días, ayer falte a la escuela y hoy era sábado, sólo me levantaba para ir al baño y al pequeño frigorífico en la habitación.

No podría explicar la impotencia y furia que había dentro de mi, de repente me ponía a llorar sin darme cuenta y también gritaba contra la almohada. Agradecía que Hoseok no había llegado después de la escuela ayer, creó que va a llegar hasta el domingo en la noche.

Me encontraba boca abajo y debajo de las cobijas, tenía hambre y la comida se había acabado, iba a morir ahí, al menos así mi sufrimiento iba a terminar, pero el destino no lo quiso así, la puerta se abrió y Hoseok entro, vestido con su uniforme del trabajo y una bolsa de papel del mismo lugar en la mano. Me miró unos segundos en lo que iba hacía su cama y se desvestía.

-En verdad no te has levantados de ahí desde ayer eh?- Se acerco a mi con la bolsa en la mano y el olor invadía mis fosas nasales por lo que me gire de nuevo a la almohada cuando sentí un peso extra en mi espalda, fruncí mi ceño y volte hacía arriba para encontrarme a Hoseok comiendo una de esas papitas fritas que vienen con las hamburguesas, estaba sentado en la cama y con la espalda recargada en la pared, sin embargo como sus piernas estaban estiradas, estas pasaban por encimas de mi espalda,juro que le hubiera golpeado hasta que se bajara de no ser porque no tenía ganas ni de seguir respirando. Hice un puchero y volví a meter la cabeza debajo de las cobijas.