Kate

6 0 0
                                    

Estoy tumbada en el suelo de mi habitación con las piernas en la cama y la música altísima con una bolsa de frío en el tajo del hombro. Está peor de lo que parecía en la fábrica, en la ducha me calló un poco de jabón y empezó a arder y ahora está morado e hinchado.

Es la primera vez que veo una cosa así. ¿De dónde han salido esas criaturas?

Dream de Imagine Dragons baja de volumen en mi móvil conectado a los altavoces porque recibo un mensaje.

Comandante Jackson:

A mi despacho. Ya.

Me levanto del suelo, me pongo una camiseta de tirantes negra encima del deportivo, unas zapatillas y salgo al pasillo mientras me pongo los cascos. No hay luz en la habitación de Axel. Recorro los largos pasillos de paredes amarillas claras con alfombras rojas hasta llegar al pasillo con los despachos y salas de reuniones y llamo a la puerta de caoba del comandante Jackson. El comandante me indica que entre, lo hago. Dentro están él, sentado en su silla detrás de su despacho y un chico alto con el pelo rubio. Axel.

-Sentaos.

Lo hacemos y veo que Axel hace una mueca de dolor.

- He informado al Consejo Supremo de lo ocurrido esta noche y van a enviar a dos miembros para ayudarnos a descubrir qué es lo que está pasando y ya de paso se quedarán para supervisar también los exámenes.

Enarco las cejas. "Ayudar" ¡Ja! Quieren tenerme vigilada y ver que no voy a ponerme a aniquilar gente por lo menos hasta que su perrrito esté preparado para hacerlo solo. Y tal vez para quitarle el mando al comandante Jackson y poner a quien les haga caso en absolutamente todo como llevan tiempo intentado hacer.

- ¿Y eso que tiene de especial con nosotros?- pregunta Axel.

Me aguanto una risa sarcástica. Qué estupidez de pregunta. ¿Pero acaso no está claro? Al parecer no tanto porque parte de la respuesta me pilla por sorpresa.

-Tus padres son los que van a venir. - Previsible- Quieren hablar con Kate de lo que paso con su marca- obvio- y probablemente se quedarán hasta tu cumpleaños- vale eso no me lo esperaba.

Obviamente no he abierto la boca hasta que ha tocado el suelo ni he abierto los ojos como platos.

-Faltan tres semanas aún.

- 17 días- le corrige el comandante- tus padres vienen dentro de cinco. Ahora iros a descansar y pasar por la enfermería a que os echen un vistazo a las heridas.

Nos ponemos rectos y saludamos con las manos a la espalda. Y nos dirigimos a la puerta, ambos llendo a ponernos en cabeza.

-Kate, espera un segundo, por favor.- Eso anula cualquier posibilidad de conflicto por pequeña que fuera.

Axel sale y cierra la puerta y yo me acerco al escritorio de nuevo. El comandante se levanta y viene hacia mí.

-Vienen a tenerte controlada.

- Lo sé.

-Con lo de la marca tú no sabes nada. Simplemente pasó. Y con lo de la fábrica no te preocupes, yo estaré presente.- Para, me mira la cara y ríe- Sé que eso también lo sabes. Eres lista, más que ellos. Estoy seguro de que sabes cómo demostrar lo que tienes que demostrar sin echarte sospechas encima.- Asiento- Hazlo. Ve a descansar y cúrate eso.- me señala el hombro.

Saludo y vuelvo a mi habitación.

Esta vez está sonando Bleeding out cuando me llega un mensaje al móvil.

Tim:

Estoy en la puerta.

Le ha pasado más de una vez estar llamando y que no lo oyera. Me levanto del suelo y abro. Ahí está Tim con un pantalón corto y una sudadera gorda. Estamos en pleno invierno pero en la sede suelen tener puestos los sistemas de calefacción y yo sigo llendo por ahí con pantalón corto.

-¿Qué haces despierto tan tarde?- Le pregunto mientras voy a sentarme a la cama.

- No podía dormir y supuse que estarías despierta- me dice mientras se sienta en la cama conmigo.

Ambos nos apoyamos en la pared y yo hago un gesto de dolor cuando lo hago. Delante de Tim no me los aguanto.

-Déjame ver.

- No es nada..

-Kate- me interrumpe.- Déjame ver.

Me separo de la pared le doy la espalda y me quito la sudadera que uso para dormir quedándome en deportivo y pantalón de pijama corto. Hace un sonido que me indica que no tiene muy buena pinta.

-Vamos a curarlo.

Me levanto y voy al baño a por mi botiquín. Cuando vuelvo Tim se ha sentado en el suelo y yo hago lo mismo.

-Mmmm.... Túmbate mejor.- Lo hago.

Saca algodones y empieza a desinfectarme la herida. Me aguanto un grito. Nunca un arañazo había dolido tanto. Un dolor intenso se instala en todo mi omoplato pero los movimientos de Tim son cuidadosos y delicados. Sus manos suaves a veces me rozan la piel, las noto frías, lo que suaviza el dolor.

-Está muy mal. Esto va a doler- me dice con voz suave a pesar de sus duras palabras.

Me echa lo que esté usando para desinfectar la herida directamente en ella y esta vez me cuesta más aguantar el grito de dolor que me sube por la garganta. Encojo la espalda involuntariamente y me pone una gentil mano en el omoplato izquierdo (el que no está herido) y me empuja con cuidado contra el suelo. No vuelvo a moverme mientras él sigue curando durante lo que cuento como diez minutos, acariciando de vez en cuando la piel desnuda de mi espalda.

Cuando por fin acaba de desinfectarla me pone un ungüento extendiéndolo delicadamente por mi dolorida y rasgada piel y después me la cubre con una gasa para que no manche la cama cuando me tumbe.

Me doy la vuelta y me ayuda a incorporarme rodeándome la cintura con un brazo. Nos sentamos otra vez en la cama y me pongo una almohada en la espalda para no apoyar el hombro en la pared. Le cuento lo de la visita de la próxima semana, lo del cumpleaños de Axel y la última canción a la que me he viciado. Nos pasamos horas hablando, escuchando música y riendo, hasta que nos quedamos dormidos.

Esto es lo que nos encanta al uno del otro.

Marcados 1. Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora