— ¿Para qué me necesitas? Ya que, por supuesto, no me llamaste para pasar tiempo conmigo.
Kendall se tiró en el sofá de la sala, cruzando sus brazos por encima de su pecho. Ella seguía enojada, y no me dejaba de recordar todos los días que la tenía olvidada, y los gemelos no paraban de hacerla enojar diciendo que ahora tenía nuevos mejores amigos—que obviamente eran ellos—y que ya no la necesitaba. Esa era la pelea hasta que llegábamos al comedor, todos los días.
—Vamos, Kendall. Sabes que probablemente eres la única chica en el universo con la que me llevo bien, el resto de población femenina en la escuela me…
—Te envidia. Digo, tu ex fue Zack, uno de los chicos más ardientes que ha pisado la escuela, ¿Qué digo escuela? El país, probablemente. Fuiste novia de mi hermano, que obviamente también es hermoso, digo ¿tiene mi sangre como no va a ser hermoso?—dijo moviendo su cabello. —Pasas mucho tiempo con los gemelos, haciendo que las chicas que tienen una obsesión con ellos, se pongan muy celosas. Y bueno, tu novio no ayuda nada. Que Justin te llene de besos, de aquí para allá, hace que te ganes la mirada de odio de toda la escuela, linda. No es nada personal, créeme. Sobrevivirás.
—Hablando de chicas que me dan miradas de odio, ¿Qué opinas de Elena? Entrenas con ella, está en tu equipo de animadoras.
— ¿Me estas jodiendo? ¿Elena, en serio? Todo el mundo sabe que es la mayor zorra de la toda la escuela. Nadie la quiere cerca, es como la peste. Siempre está lanzándose a los jugadores de futbol y sobre todo a…
— ¿Y sobre todo a quién?—pregunté, sin poder evitar levantar una ceja.
— ¿Para qué me llamaste de todas formas? ¿Vas a tener una cita con Justin? ¿Quieres que te ayude a arreglarte?—trató de cambiar de tema, pero era muy tarde.
—Kendall Marie McLock Jaldes, termina lo que ibas a decir, ahora.
Kendall evitó mi mirada y se levantó del sofá.
—No es nada importante, _______________. Todo lo que tenga que ver con Elena no importa. Es una perra, solo eso.
—Tú ibas a decir algo, dilo.
—Bien. —Dijo dando un largo suspiro. —Durante los entrenamientos, nos dan un descanso. El equipo de futbol se acerca a las gradas a hidratarse y todo eso…Elena ha tenido sus garras en Justin, estando detrás de él todo el tiempo, pero…él siempre la ignora. Digo, que se atreva a seguirle el coqueteo en frente mío, ay dios. No conoce aún a la mejor amiga de su novia.
“Elena ha tenido sus garras en Justin”
Nunca había sido una chica insegura, nunca. Era solo que la idea de Elena estando cerca de Justin lograba hacerme sentir de una extraña forma, y sabía que tenía algo que ver con los celos pero era algo más. Toda la escuela sabía cómo era Elena, siempre lograba salirse con la suya. Y entré más la rechazará un chico, más se encaprichaba con él, y eso era lo que me asustaba.
El año pasado, la escuela durante un almuerzo parecía la serie “Gossip girl”. Cander Followill, la ex mejor amiga de Elena, descubrió que su novio, Max Templeton, la había engañado con la arpía, el mismo día de su aniversario. Después de haber tenido sexo con ella, el idiota de se había ido con Elena a buscar más. Y Max era el presidente estudiantil, y estaba en mis estándares de chico perfecto, hasta que paso todo el drama de ese día. Cander sigue odiando con su vida a Elena, quien parece no importarle el odio de toda la escuela.
Pareciera disfrutar romper relaciones, y eso no me ayudaba en nada a mantenerme tranquila.
{…}
Tenía el teléfono de “Corporaciones Watyger” en mi mano. No había sido muy difícil obtenerla, el problema iba a ser que tomen en serio cuando llamara, pero lo que ahora me debatía era si llamar o no. Tenía que inventar algo, obviamente. No podía solo decirle que yo era la hija que había tenido con la chica que se acostó una vez en un prostíbulo. Él llamaría a la policía.
Tomé mi celular en mis manos, y logré armarme de valor. Era ahora o nunca, ____________. Marque apresuradamente el número que había apuntado en el post-it fosforescente. Una melodía extraña sonaba desde la otra línea.
—Buenos días, Corporaciones Watyger, ¿en qué podemos ayudarlo?—preguntó una amable voz desde el otro lado del teléfono.
—Eh…yo, tengo… una entrevista de trabajo. —fue lo mejor que pude inventar. —He perdido el papel con las indicaciones que me dio la secretaria la vez que me llamó. ¿Podría repetirme la información?
—Señorita… ¿Anna Millar?—preguntó dudosa.
—Exactamente. —respondí de inmediato. Me podrían llevar a la cárcel por robo de identidad, pero ya estaba aquí, y no podía retroceder.
—Su entrevista es pasado mañana…a las nueve de la mañana. El mismo Señor Jordan Watyger la entrevistará, le gusta seleccionar mucho su personal. Sea puntual, odia esperar. La oficina central a una cuadra del Times Square. ¿Alguna duda?
— ¿Debo llevar algo?
—Solo su presencia, oh, y obviamente su documento de identidad, para poder facilitarle el carnet de acceso. Esperamos verla mañana, gracias.
La llamada terminó.
Me acababa de meter en un problema, y en uno muy grande.