DNA »KookTae«

Mutantes

|Mutantes|
La vida actual dejaba a muchos desconcertados por lo cambios drásticos pero, no podían hacer nada; lo que un día se vio como una película de Marvel hoy solo era algo normal.
La evolución había sido debido a cambios sin embargo, nadie tenía una explicación. Las cosas solo sucedieron.
En efecto, como parte de esta evolución los mutantes de dividen en dos: los genéticos; aquellos quienes han nacido con sus habilidades. Los experimentos; aquellos que fueron sacados de laboratorios.
Había sientas de instituciones que los ayudaban a controlarse y también a complementar su coeficiente intelectual.

La Institución en Seúl estaba muy alejada de la ciudad, ¿Por qué? Muchos de los chicos tenían habilidades que podían causar desastres y para evitarlo, lo ubicaron en medio de un bosque. Tenía beneficios entre ellos, podían llegar los perdidos en el bosque. Como ahora.
Un chico de cabello rojizo temblaba frente a la enorme puerta de acero, no tardó mucho en desplomarse. Su cuerpo lleno de tierra y muy delgado se notaba desnutrido y decaído. No había necesidad de ser nutriólogo para diagnosticarlo con anorexia. Inmediatamente las puertas se abrieron e ingresaron al chico.

***

El lugar estaba infestado de científicos, los alumnos pasaban con una enorme interrogante en su frente al ver a tantos en los pasillos. Todos esperaban con ansias a que los lideres salieran, querían saber si en efecto era él.
Uno de los lideres salió junto a uno de sus ayudantes.

-Es él.- fue suficiente. Todos comenzaron a intercambiar ideas, a preguntar como lo comprobaban y si no era peligroso. El tipo de cabellera negra negó e hizo un ademán para que todos guardaran silencio. -El no sabe de todas sus habilidades. No estamos en amenaza, tomando en cuentan el instituto será mejor que se integre a la sociedad.- sentenció. Muchos empezaron a renegar, no estaban de acuerdo pero era el veredicto final y nadie se podía oponer; solo comentar y ahogarse en su propia critica.
Los alumnos que cambiaban de clase observaban curiosos el debate que se ejercía cerca.

Un chico azabache guardaba algunos libros en el locker, ignorando por completo la presencia de los miles de científicos. Un toque en su hombro lo hizo voltearse.

-¿Sabes lo que sucede?- ese había sido Kim Namjoon, su amigo desde que ingresó al instituto. Tenía la habilidad de transportarse por medio de la mente, su cabellera morada formaba un llamativo contraste con su piel morena. También debía nombrar sus hoyuelos, aquellos que llamaban la atención de muchas féminas.

-No, no lo sé. Pero debe ser algo muy importante para ellos, quizá los dejaran fuera.
Cerró el locker y comenzó su caminata hasta la cafetería, seguido de un Namjoon aún con el signo de interrogación en su frente.

Jeon Jungkook. Todos lo conocen por ser un tipo sin sentimientos, no es que los mutantes fueran muy afectivos o cariñosos pero, el azabache tenía el don de hacer llorar a cualquiera con solo mirarlo. Tenía la habilidad súper fuerza y visión, podía ver el pasado y futuro de una persona con solo tocar su mano. Lo habían rescatado de su padre quién tenía planes de experimentos con él, el nacer mutante había abierto cierra codicia en él. Con solo seis años había ingresado al lugar, convirtiéndose en el chico que nadie hablaría por temor a morir. Si ese era Jeon Jungkook.

Ambos llegaron hasta el comedor, donde un chico pálido de cabellera rubia los esperaba con el ceño fruncido y su bandeja de comida llena.

-¿Qué te pasa? ¿Mala noche?- El pálido los miró con desagrado pero asintió.- ¿Qué te pasó? ¿Te despertaron?- El peli morado disfrutaba de la frustración ajena y es que sabía que todo empeoraba mcon preguntas.

-Se llama Park Jimin, estuve a punto de hacerlo polvo.- Min Yoongi, poca paciencia, siempre esta con el ceño fruncido, es el mayor del cuarteto, es mutante de nacimiento al igual que Jungkook. Controla el fuego y puede sanar con el tacto.

-¿Qué te hizo el pobre chico?- El pasatiempo favorito del moreno era molestarlo. Podía hacerlo todo el día, hasta que terminaba con una quemada en alguna extremidad.

-¿Pobre chico? ¡Esa pequeña bola con patas no deja de seguirme! Insinúa que soy algo así como su pareja predestinada. Su cabello solo me da náuseas porque parece vomito y su voz, ¡su voz me irrita!- Un pequeño peli rosado escuchó y sonrió con tristeza, quizá por eso siempre lo corrían de los lugares de acopio. Era irritante.

-Eh... ¿hablas de aquel chiquillo?- cuestionó por primera vez Jeon, observando como el peli rosado se perdía entre la multitud. El rubio asintió y soltó un suspiro.- No te volverá a molestar, creo que entendió muy bien tus palabras.

-¿Lo escuchó?- la afirmación del azabache lo hizo sentirse enojado consigo mismo y no lo entendía.

Continuaron con el almuerzo hasta que Jungkook comenzó a tener malestares en el pecho. No quería quejarse porque vamos, era el súper Jungkook. Se sentía nervioso,
comenzó a faltarle el aire; su pecho subía y baja con desesperación. Algo andaba mal. Su cabeza comenzó a dolor, el pálido y el moreno se dieron cuenta acercándose de inmediato con preocupación.

-¿Te sientes mal?- Yoongi quiso quemar al moreno por la pregunta tan estúpida que había hecho. De pronto los ojos del menor se tornaron rojos y ambos se alejaron, nunca antes le había pasado algo igual.

Todas las lámparas que adornaban el comedor estallaron y el azabache se desplomó.

***

El lago brilla por el reflejo de la luna, es hermoso. Su corazón se siente en paz y su mente está libre de preocupaciones, dos pequeños corren hacia el. Ambos tienen un aura familiar y lo abrazan con una enorme sonrisa, extrañado los mira.
De pronto unos brazos canela lo rodean y lo hacen exaltarse, se voltea para ver al dueño de aquellos delgados brazos pero una brillante luz nubla su vista y lo hace abrir los ojos.

Había sido un sueño, sin embargo aquel sueño de vio tan real y no, se sintió real. Tenía curiosidad sobre aquellos niños y muchas dudas. ¿Por qué se había levantado con una sonrisa? ¿Quiénes eran aquellos niños?