7. El congelador

538 37 2
                                    

-As oído eso? Dijo Joel.
-Es Christofer!!
Los dos amigos fueron corriendo hacia donde habían escuchado el grito de su amigo.

-No le toques!
-Es solo un pinchacito.
-Sabdiel!
Su amigo seguía sin despertarse y la niña estaba cada vez mas cerca de el.
Cuando tenía la jeringa ya en el cuello de Sabdiel, la puerta se abrió de un golpe y entraron Joel y Richard.
-Suelta esa jeringa ya. Dijo Richard en modo amenazante.
-Y si no lo hago, que vais ha hacer?
Todos se quedaron callados sin saber que decir.
-Eso me temía yo. Dijo acercándose a Sabdiel.
-No! Grito Joel corriendo hacía ella.
-Joel!
Este, sin hacer caso a sus amigos, se abalanzó sobre la niña, pero antes de que pudiese hacer nada, esta desapareció.
-Estas bien? Dijo Richard acercándose a su amigo que había caído al suelo.
-Si, estoy bien.
-Chicos, desatarme. Dijo Christofer tirando de las cadenas.
Una vez desatado, fue corriendo donde su amigo.
-Sabdiel despierta! Dijo sacudiendo a su amigo.
-Que le ha echo?
-No lo se, cuando he despertado estaba ya así.
Derrepente, su amigo abrió los ojos.
-Sabdiel, estas bien?
-Si. Dijo este levantándose.
-Menos mal.
-Esa cabrona nos engaño.
-Si. Dijo Christofer mirando al suelo.
-Que ocurre Christofer?
-Ha dicho que lo que le iba a hacer a Sabdiel se lo había hecho a Erick. El a estado aquí tumbado, en esta camilla igual que lo a estado Sabdiel, solo que a el no conseguimos rescatar. Dijo cayendole una lágrima por la mejilla.
-Christofer. Dijo Richard agarrando a su amigo de la cabeza para que le mirara a los ojos. Te prometo que sea como sea, voy ha hacer que Erick salga con nosotros de este castillo.
-De acuerdo.

-Vale, el camarero dijo que lo que hacen es guardar a sus víctimas para luego comérselas en invierno. Si vosotros fuerais ellas, donde guardariais unos cuerpos para que no se descompongan?
-En una nevera. Dijo Joel.
-Si, pero aquí no creo que haya nevera. Además, deben de haber unos treinta cuerpos, no caben todos en una nevera.
-Y en un congelador? Pregunto Sabdiel.
-Tiene que ser uno muy grande.
-Si, y con este frío no me extrañaría que estuviese en este mismo sótano, a que estamos, a menos diez grados?
-Posiblemente.
-Bien chicos, el tiempo corre. Nos vamos a separar en dos grupos, ya se que dijimos que no lo íbamos a hacer pero es cuestión de vida o muerte, esas hijas de puta nos quieren usar para su banquete de navidad y nosotros no estamos dispuestos a ello.
-Bien Christofer, que tienes pensado. Dijo Richard.
-Yo y Sabdiel iremos por la zona este, vosotros dos por la oeste. Quien encuentre el congelador que nos haga una llamada perdida a alguno del otro grupo, de acuerdo?
-Si.
-Vamos a ello.

Richard y Joel iban andando por un pasillo que tenía miles de puertas abiertas.
-No mires dentro Joel, lo único que vas a conseguir es asustarte mas.
-Hay gente dentro Richard, no solo esas chicas, aquí hay mas de un fantasma.
-Lo se, yo también los he visto. Ahora agárrate a mi y no te separes.
De pronto, una figura apareció enfrente de ellos; era un hombre sin pelo y con la cara destrozada.
-Corre! Grito Richard agarrando a su amigo y tirando de el.
Pero aquella cosa no se rendía, les persiguió por el pasillo hasta que ambos se escondieron dentro de una habitación que estaba abierta.
-Shh calla. Dijo Richard a su amigo que estaba respirando fuertemente.
Se escuchaba a aquella cosa andar de un lado a otro detrás de la puerta, hasta que se dejo de escuchar.
-Que era eso? Dijo Joel.
-No lo se, pero no tenía boca.
-Crees que Christofer y Sabdiel se habrán encontrado con otro de ellos?
-Espero que no.

-Oye Christofer.
-Dime.
-Muchas gracias.
-Y eso porque? Dijo mirando a su amigo.
-Por no abandonarme, Joel antes me ha contado que nos han encontrado porque tu estabas gritando a aquella niña para que me dejase en paz.
-Si bueno, no iba a dejar que esa cabrona hiciera daño a otro de mis amigos.
De pronto, empezó a hacer mas frío.
-Christofer...
-Si, lo se. No te separes de mi. Dijo susurrando.
Nada mas terminar la frase, un chillido hizo que los dos amigos se taparan los oídos.
Derrepente, algo paso entre los dos derribándolos al suelo.
Cuando Christofer se levanto, su amigo ya no estaba.
-Sabdiel!!!!

Lo primero que sintió, fue que hacía frío, después que estaba todo blanco.
-Christofer...
Al hablar, le salía humo por la boca del frío.
Miro a su alrededor y se quedó con la boca abierta.
Habían cientos de cuerpos sin vida colgando de unas cuerdas que estaban sujetas a sus muñecas.
Se acerco al cuerpo que tenía mas cerca y le tomó el pulso.
Estaba muerto. Fue al siguiente, y también lo estaba.
-Que no este Erick. Se dijo a si mismo mientras miraba los demás cuerpos que habían.
Entonces, vio una figura que le resulto familiar.
Se acerco poco a poco hasta que quedo enfrente.
-No.. Dijo cayendo al suelo sin energía.
Ahí estaba su amigo, colgando de las muñecas y con los ojos cerrados.
Sabdiel comenzó a llorar dándole igual si alguien lo escuchaba.
Entonces, tuvo una idea.
Se acerco poco a poco al cuerpo de su amigo y le toco el cuello.
Pum pum
Pum
Pum pum.
-ESTA VIVO! grito a pleno pulmón mas por alivió que por nada.
Corriendo, desato las muñecas de su amigo y lo dejo en el suelo.
-Erick, me oyes? Soy Sabdiel.
Pero este no despertaba.
Entonces cogió sus manos y las metió dentro de su camisa.
-Así no vas a conseguir que se despierte. Dijo una voz detrás de el.
Se dio la vuelta y vio a una de las hermanas.
-Que quieres, matarme? Pues hazlo.
-No vengo a matarte, sino a ayudarte.
-Porque ibas a ayudarme?
-Porque conocí a tu amigo, y el poco tiempo que estuve con el me gusto, es un buen chico.
-Pero tus hermanas..
-Yo soy diferente, siempre hago lo que ellas quieren porque nunca una víctima me había dado pena, siempre les cogíamos y los encerrabamos aquí, pero tu amigo me conoció, se intereso por mi a pesar de que yo quería matarlo.
-Si, el es así.
-Por eso te voy a ayudar. Lo primero que tienes que hacer es quitaros la ropa.
-Y eso porque?
-Porque sin el calor humano, tu amigo morirá de hipotermia, y tu también.
-Esta bien. Dijo quitándose la ropa.
Cuando estaba en boxers, se la comenzó a quitar a Erick.
-Vaya, hacía tiempo que no veía a un hombre desnudo. Dijo la mujer sonriendo.
-Espero que esto no haya sido solo por vernos desnudos.
-Para nada, ahora coge una de las mantas y cubríos los dos juntos.
Miro hacía la derecha, y vio unas mantas grades colgando de una percha.
-Porque tenéis unas mantas? Vosotras no sentís frío.
-Porque esa manta era de nuestra difunta madre, y la hemos guardado aquí desde entonces.
A pesar de la grima, Sabdiel cogió la manta y se cubrió junto a Erick.
Enseguida comenzó a entrar en calor.
-Gracias. Dijo a la mujer.
-De nada.
-Si tus hermanas se enteran..
-No me pueden hacer nada, ya estoy muerta. Fui la primera en morir.
-Lo siento mucho.
-No es nada. Como esta tu amigo?
-Parece que empieza a coger calor también.

-Richard vio que Christofer le estaba llamado.
-Que raro.
-Hola?
-Richard!
-Christofer, que pasa? Habéis encontrado a Erick?
-No, pero se han llevado a Sabdiel.
-Que? Donde estas?
-Estoy donde las escaleras.
-No te muevas, vamos para allí.

Una vez juntos, Christofer les contó lo que había ocurrido.
-Vale Chris, relajate, no ha sido culpa tuya.
-Si lo a sido! Todo a sido culpa mía! Yo quise que fuéramos a dar un paseo por nueva york, yo fui quien quiso alquilar ese coche en Irak, yo fui el que quiso que nos separáramos, todo a sido culpa mía, y ahora dos de mis amigos lo están pagando.
-No digas estupideces! Dijo Joel. Todas las decisiones las hemos tomado juntos, nadie se negó a nada.
-Mira Christofer, vamos a relajarnos, a buscar a nuestros amigos y a irnos de este lugar, de acuerdo?
-Vale.
Derrepente, el teléfono de Richard comenzó a sonar.
Cuando miro la pantalla, se quedo helado.
-Que pasa, quien es Richard?
-Es Erick.

No huyas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora