Capítulo 2

1.3K 98 16
                                    

    - Hola. ¿Puedo ayudarte?

    Una chica morena y de enormes ojos azules la miraba con curiosidad, especialmente tras fijarse en su tripa. La primera reacción de Rory fue sacar de su bolso el papel que Luke le había dado con la dirección de Jess, para asegurarse de que estaba en el sitio correcto.

    - Hola, yo... verás, creo que me he equivocado. - comprobó que el piso y la puerta coincidieran, y en efecto, así era.

    - ¿A quién buscas? - preguntó la chica.

    - A Jess Mariano.

    - Es aquí. Ha subido un momento a buscar algo al trastero, pero no tardará. Pasa. - con una sonrisa, se apartó de la puerta para que Rory entrase. Cerró detrás de ella, y la acompañó al salón. - Como verás, esto está hecho un desastre porque estoy en plena mudanza, pero puedes sentarte en el sofá, si eres capaz de llegar hasta él entre tanta caja.

    Rory, aún confusa por la situación, hizo lo que le dijo, se sentó en el sofá, y desde ahí la observó detenidamente. Vestida con ropa cómoda, con una coleta alta y sin una gota de maquillaje, aquella chica era espectacular.

    - ¿Puedo hacerte una pregunta?

    - Claro. - contestó Rory.

    - ¿Este es uno de esos casos típicos de las películas en los que la chica va a casa del chico y le dice "sorpresa, estoy embarazada"?

    Rory no pudo por menos que echarse a reír.

    - No, tranquila, no estoy aquí por eso. Soy... una vieja amiga de Jess, estoy de paso por la ciudad. - mintió. El gesto de alivio de la chica fue evidente.

    - Vale, me dejas más tranquila. Perdóname por ser tan indiscreta, pero te he visto y... no sé, creo que tengo demasiado tiempo libre, y lo ocupo viendo cosas que no debo en televisión. Soy Lindsay, por cierto, la novia neurótica. ¿Y tú?

    Novia. Estaba clarísimo quién era aquella chica, pero escuchar la confirmación, por algún motivo, no fue agradable.

    - Soy Rory.

    La cara de Lindsay cambió, como si de repente hubiese recordado algo, y no precisamente bueno.

    - ¿Rory? - la pregunta de la joven quedó en el aire, interrumpida por el sonido de unas llaves en la cerradura, y la voz de Jess.

    - Nena, más vale que le vayas a dar un buen uso a esta estantería, porque entre lo que me ha costado encontrarla y lo que pesa...

    Jess entró al salón, y vio a Rory. Durante unos segundos, se quedó en silencio, mirándola, como asegurándose de que realmente estaba allí. Cuando notó los ojos de Lindsay sobre él, estudiando su reacción, supo que tenía que decir algo.

    - ¡Rory! Qué sorpresa. ¿Qué haces aquí? - dejando el mueble en el suelo, se acercó para abrazarla. Había estado tan pendiente de su rostro que no fue hasta entonces, al tenerla pegada a su cuerpo, cuando notó que algo pasaba. Se separó de ella y miró hacia abajo. - ¿Estás...?

    - Bueno, creo que voy a llevarme esto a la habitación y a dejaros para que habléis tranquilamente. - dijo Lindsay, tensa, interrumpiendo el momento. Cogió la estantería y salió de la habitación, no sin antes dedicarles una última mirada. Jess se dio cuenta de que estaba molesta.

    - Dame un minuto y estoy contigo, ¿vale? – le dijo a Rory, antes de salir detrás de su novia.

    Rory se dejó caer en el sofá, algo saturada. Desde que se quedó embarazada, parecía como si cada una de sus emociones estuviera amplificada, y aun así, lo que había sentido al ver a Jess la había pillado por sorpresa. Estaba muy guapo, aunque eso no era ninguna novedad; la barba de tres días le sentaba demasiado bien. Pero lo peor fue cuando la abrazó: su olor, nuevo, pero a la vez dolorosamente familiar; el calor de su cuerpo; su tacto... si él no hubiese deshecho el abrazo, lo hubiera hecho ella, porque se había sentido sobrepasada. A eso, había que sumarle el hecho de que tuviera una novia que parecía sacada de un maldito desfile de Victoria's Secret (mientras que ella se sentía cada vez más hinchada) y que no parecía muy feliz con su presencia. Se levantó, dispuesta a salir corriendo de aquella casa, convencida de que ir allí había sido un completo error, cuando Jess volvió.

Cerrando el círculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora