Capítulo 3

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    Cuando Jess cerró la puerta tras de sí, se tomó unos segundos para apoyarse en ella y recuperarse. Había sido... intenso. No había pasado nada fuera de lo normal, solo dos amigos hablando, pero con Rory siempre significaba algo, siempre le movía algo por dentro. Pero no pensaba dejar que esto le afectara más de la cuenta; después de la boda, de tener que enfrentar el hecho de que aún sentía algo por ella pero no era correspondido, se obligó a guardar esos sentimientos en algún lugar muy profundo y seguir adelante con su vida. Y ahora, tenía a alguien a su lado que le hacía feliz. Cuando hace un rato salió detrás de Lindsay, ella le dijo que estaba bien, que no quería hablar del tema y que tenía una invitada que atender, y Jess la dejó sola, aun sabiendo que estaba molesta. Ahora, volvían a estar solo ellos dos, y tenía que aclarar las cosas con ella. Se acercó al dormitorio, y llamó suavemente con los nudillos a la puerta antes de entrar. Estaba sentada en la cama, leyendo.

    - ¿Puedo pasar? - preguntó Jess desde la puerta.

    - Es tu casa, puedes hacer lo que quieras. - contestó Lindsay, en tono seco.

    - Vamos, Linds... ni siquiera sé por qué te has enfadado.

    - Es Candice.

    - ¿Cómo?

    - ¿Te suena? - le preguntó, enseñándole el libro que tenía en la mano. - Es la novela corta que escribiste. Me acuerdo que cuando Joseph nos presentó, dijo: "Este tío fue quien escribió ese libro que tanto te gusta", y en ese momento supe que me iba a enamorar de ti.

    - No entiendo dónde quieres ir a parar, nena.

    - ¿Sabes por qué este libro siempre será uno de mis favoritos? Te lo dije en nuestra primera cita... por la protagonista. Candice es increíble, y la forma en la que la describes, la pasión con la que hablas de ella, traspasa las páginas. Te pregunté si el personaje se inspiraba en alguien real, y me dijiste: "En Rory, una chica que conocí hace tiempo", y rápidamente, cambiaste de tema. Nunca has vuelto a nombrarla, y yo he preferido no preguntarte por ella. Pero cuando ha venido hoy, y me ha dicho su nombre...

    - Oye, esto no tiene ningún sentido. Escribí ese libro hace mucho tiempo, cuando aún... - se calló.

    - Cuando aún estabas enamorado de ella. - Lindsay completó la frase por él.

    - Sí, cuando aún lo estaba. - admitió. - Pero han pasado más de 10 años desde entonces.

    - Y si en todo este tiempo yo aún no he superado a Candice, ¿cómo puedo esperar que tú hayas superado a Rory? - preguntó, poniéndose de pie frente a él y tirando el libro contra la cama, enfadada.

    - ¡No puedes hablar por mí, Linds! - contestó Jess, subiendo la voz. - ¿Piensas que todos estos años han sido bonitos, que durante todo este tiempo he ido alimentando mi amor por ella? ¿Sabes lo que es sentirse un estúpido al que rechazan una y otra vez? ¿Sabes lo que es que te digan que no quieren estar contigo, que te utilicen para devolverle una traición a otra persona? Tú puedes tener a Candice en un pedestal, pero a mí me ha costado mucho bajar a Rory de uno, ¡y no te permito que me digas cómo me siento!

    Lindsay empezó a mover la cabeza, dolida, y le miró con una mezcla de pena y frustración.

    - ¿Te das cuenta de que es la primera vez que te pones así desde que nos conocemos? No hemos discutido en 5 meses, pero es nombrarla y te alteras de esta forma. Y estudia tus palabras, Jess... no veo olvido en ellas, solo miedo a que vuelvan a hacerte daño.

    Jess se dejó caer en la cama, resoplando.

    - No quería gritarte, Linds, lo siento. - Jess le cogió la mano, y la llevó a sentarse a su lado, en el borde de la cama. - Te dije que te quería a las dos semanas de estar saliendo juntos, y ha sido cierto cada una de las veces que lo he repetido.

Cerrando el círculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora