Stars Hollow. Jess sintió que nada había cambiado en aquel pequeño pueblo desde el primer momento que puso un pie en él. Todo tenía ese aire tan bucólico, la gente parecía tan feliz... y él nunca fue capaz de encontrar su lugar allí, se dijo. Si no hubiera sido por Rory y por Luke, se hubiese vuelto loco y hubiera salido corriendo mucho antes.
Pasó por delante de la cafetería de su tío, y sonrió. Ahí estaba, detrás de la barra, con su gorra, su camisa de cuadros y su ceño fruncido; él tampoco había cambiado demasiado. Luke era más un padre para él que el suyo propio, y sentía un profundo cariño y respeto por ese hombre, aunque jamás lo reconocería públicamente. Pero no entró; si lo hacía, tendría que dar demasiadas explicaciones, y no era para lo que había ido allí. Solo necesitaba hablar con ella.
Habían pasado tres días desde que Rory le visitó en Philadelphia. Su primera intención había sido viajar a Stars Hollow justo al día siguiente y cerrar este asunto de una vez por todas, pero no había podido escaparse del trabajo hasta hoy. Durante esos días, había pasado de todo por su cabeza: no ir y dejar las cosas como estaban, buscar a Lindsay y pedirle otra oportunidad, llamar a Rory por teléfono y dejarle un patético mensaje en el contestador, irse fuera del país y olvidarse de todo... pero ninguna de esas opciones le habían satisfecho. Ahora que estaba allí, sentía que había hecho lo correcto. Se acabó lo de ser un cobarde y huir; nunca más.
En apenas un par de minutos, llegó a casa de Rory. Ese lugar le traía demasiados recuerdos, pero no quiso dejarse llevar por ellos, así que no lo pensó demasiado y llamó la puerta. Cuando esta se abrió, sin embargo, no era la Gilmore que esperaba la que estaba al otro lado.
- ¡Jess! Qué sorpresa. - exclamó Lorelai. - Luke no me ha dicho que venías.
- Él tampoco lo sabía, en realidad. Ha sido todo un poco improvisado.
- Esos son los mejores viajes. Pero pasa, no te quedes ahí. - dijo, apartándose para que Jess pudiera entrar. Le acompañó hasta el salón. - Estaba acabando de sacar la ropa de la lavadora. Si me hubieran dicho cuando era joven que dedicaría mis días libres a las tareas domésticas, me hubiera reído en la cara de quien fuera. En cuanto acabe, tenía pensado ir a Luke's y comer gratis a costa de mi marido. ¿Te apuntas? Seguro que tienes hambre. A mí viajar siempre me abre el apetito.
Jess no pudo por menos que echarse a reír. Lorelai Gilmore en estado puro, señoras y señores. Aún seguía sin entender cómo esa mujer era capaz de hablar a tal velocidad.
- Gracias por la invitación, pero no tengo mucha hambre, y... la verdad es que vengo buscando a Rory.
- ¿A Rory? - preguntó Lorelai, sentándose en el sofá, y señalando el asiento de al lado para que Jess la acompañase. - Ha salido hace un rato. Tenía que ir a la editorial y hacer un par de recados, pero no creo que tarde. - Lorelai observó la expresión de Jess. - ¿Va todo bien?
- Sí, perfectamente. Es solo que... bueno, sé que hace solo unos días que nos hemos visto, pero necesito aclarar un asunto con ella.
- ¿Hace unos días? ¿Dónde?
- En Philadelphia, cuando vino a traerme el libro.
Lorelai no pudo ocultar su sorpresa.
- Espera, espera... ¿cuándo dices que estuvo Rory en Philadelphia?
- Hace tres días. ¿No lo sabías?
- No, no lo sabía. - contestó Lorelai, molesta. - De hecho, juraría que no solo no me lo ha contado, sino que hace tres días le propuse comer juntas y claramente me mintió al decir por qué no podía.
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Cerrando el círculo
FanfictionRory parece haber recuperado el rumbo, pese a su inesperado embarazo. El libro sobre su vida está a punto de publicarse, y todo hace indicar que será un éxito. Sin embargo, una conversación con Luke respecto a ese libro reabre una herida que parecía...