{Pasión Prohibida}
Después de varios años, Matt decide regresar a su ciudad natal tras ser invitado a la boda de su primo, Luke.
En dicha celebración, Matt conoce a una hermosa mujer, Lucy, quién resulta ser hermana de Luke y por lo tanto, su prima...
Lara y Stella habían servido el desayuno y todos disfrutábamos del mismo frente a la mesa.
De pronto, Matt y Caroline aparecieron en la sala, al verme, él sonrió pero rápidamente evite su mirada.
-Buenos días- dijo Matt.
-Buenos días querido Matt- asintió Christine.
Ambos tomaron asiento y comenzaron a desayunar junto a nosotros.
-Bueno, ya debo marcharme- contestó Ian.
-¿Tan pronto?- preguntó mi abuela.
-Me encantaría acompañarlos pero el deber me llama, y también mi padre señora Denise- respondió y mi abuela enseñó una sonrisa.
-Me alegra que así sea, la gente responsable siempre ha merecido mi respeto- dijo ella.
-Cariño, te acompañare a la puerta- devolví mi servilleta a la mesa y me puse de pie.
-Adiós a todos, nos veremos en la noche- contestó Ian.
-Hasta luego Ian, que tengas un buen día- asintió mi abuela.
Ambos fuimos hacía la entrada a la mansión, su automóvil lo esperaba para partir, antes de que se alejara, decidí arreglar el nudo de su corbata.
-Que tengas un buen día, por favor saluda a tu padre por mi- le pedí.
-Lo haré cariño, que tengas un buen día, te amo- besó mi mejilla.
-Tambien te amo- sonreí.
Ian se marchó y tras ver su automóvil alejarse, regresé a la casa.
Cuando me dirigía de camino a la sala, me encontré con Caroline, quién se dirigía a las escaleras, se veía algo seria y distante por lo que pensé que había tenido alguna discusión con Matt.
-Caroline, ¿terminaste tu desayuno?- pregunté.
-No, olvide algo en mi habitación- respondió.
-¿Todo en orden?- fruncí el ceño.
-Si, asi es- asintió y siguió su camino.
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CAROLINE.
Subí a mi habitación recordando aquel papel que había visto en manos de Matt y que noté, guardo discretamente en su mesa de noche, quizás pensó que no lo había notado.
Al entrar a la habitación, comencé a husmear en su mesa de noche, tenía curiosidad por saber de que se trataba.
Entonces, recogí una carta, la cual leí rápidamente.
"Aquí tienes tu camisa lista, espero que mis esfuerzos hayan valido la pena" - leí de la misma.
Devolví la misma a la mesa de noche, y continúe husmeando.
