Capitulo VII: Decisiones impulsivas.

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¿Desde qué punto una persona es capaz de llegar a humillarse de tal forma, que ni siquiera se reconozca a si misma?

Mirar con desagradó las marcas de besos que iban desde su cuello hasta su pecho era una actividad matutina en la vida del joven Orihara Izaya desde hace ya unos meses.

Todos los días antes de ir al Instituto era prepararse mentalmente en las mañanas diciéndose cosas como: 'Puedes hacerlo', 'Esto terminará tan rápido que ni te darás cuenta', 'No lo haces porque te guste lo haces porque es tu deber y responsabilidad... lo haces porque no tienes otra alternativa'.

Pero siempre se llega a un punto en donde ya no lo aguantas, te sientes impotente por no poder encontrar otra opción, otro camino menos destructivo o bueno, en su caso menos humillante.

Aunque lo desease, era imposible.

Ya había pensado en todas las alternativas posibles, siempre siendo eliminadas de forma inmediata al ver que otro obstáculo mas era puesto delante del camino.

Lo único que quedaba hacer era esperar.

Esperar que todo terminase.

Esperar que él se aburriera y diera punto y final a todo ese fiasco de teatro en el cual los dos estaban metidos.

¿Esperar que alguien lo ayudase? No, esa era la última opción, la menos creíble, la que nunca ocurriría.

—Solo debes seguir con tu vida— Se dijo a sí mismo en el espejo. ¿Se habrá vuelto paranoico o tan desesperado por hablar con alguien, que la única alternativa era hablarle a su reflejo frente al espejo?

Posiblemente la respuesta seria, si.

La campaña les dio un buen día a todos los estudiantes. Quienes entraban a sus respectivas aulas un tanto cabizbajos por no aprovechar al cien por cien su fin de semana.

Shinra le dirigió un seco 'Buenos días' a Shizuo esa mañana antes de entrar a su clase de literatura, Kadota fue recibido de la misma forma y no entendía el porqué del comportamiento del castaño.

Izada había llegado tarde esta vez, no salió desapercibido para nadie las bolsas bajo sus ojos, la venda cubriendo la mitad de su brazo y el mal humor con el que había llegado; algo un tanto extraño de parte de su parte, siempre acostumbraba a llevar una sonrisa en el rostro y sentarse en su pupitre para dedicarse a lanzarle papelitos, borras o cualquier objeto que tuviera a su disposición a Shizuo para que este perdiera los estribos y que mínimo se ganara un regaño u castigo de los profesores.

Mientras todos prestaban atención al profesor dando su clase, los cuatro chicos andaban por las nubes pensando en sus diferentes problemas.

Shinra tratando de bajar un poco su molestia por ver como sus amigos—sus únicos amigos, además de su amada y querida Celty— no le tenían ni la confianza suficiente de decirle lo que les pasaba, logrando que su preocupación lo carcomiera por dentro.

Kadota miraba de vez en cuando a Shinra esperando que este le diera una respuesta de su comportamiento pero, solo lo ignoraba olímpicamente escribiendo cualquier cosa en su cuaderno.

Izaya observaba con total aburrimiento la explicación, pensando que otras cosas debería hacer ese día para humillarse aun mas.

Y por último, Shizuo que solo se dedicaba a darle ligeros golpecitos a su libro con su lápiz, andando completamente con la cabeza por las nubes.

[***]

¿Problemas con chicas? Nunca hubiera pensado que me preguntarías cosas así Shizuo—El rubio acudió a la única persona que podría ayudarle con este tipo de cosas, su senpai Tanaka Tom.

Un Rumor En Raijin [Shizaya Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora