Shizuo no tardo en retirarse, siguiendo el mismo camino por donde se habían retirado el pelinegro y el castaño, juntos.
Su mente eran solo pensamientos sin sentido y desordenados que no lo hacían pensar en su sano juicio.
Kadota... Izaya... Juntos.
Nadie se molestaba en observarlo, ya con la cara que seguro llevaba puesta ni la persona más demente del instituto se atrevería de aquello.
—Shizu-chan~ ¿por qué esa cara?
Shizuo tomó con fiereza el brazo de Izaya, sin esperar replica o queja.
Izaya miro a Shinra, pidiéndole con sus ojos un poco ayuda; con solo una queja de este, Shizuo era capaz de dejarlo en paz de una vez por todas. Pero tal ayuda nunca llegó, el castaño de anteojos hizo como si no existiese, apartando la mirada con semblante amargado y ahí fue cuando un pequeño grano de pánico fue depositado en el pecho del joven informante.
— ¡Shizu-chan! Bestia con cerebro de protozoo, déjame. — El rubio hacia oídos sordos por cada queja o exclamación, arrastrándolo por la fuerza como si fuera un muñeco de trapo. El agarre que usaba era muy diferente al usual, siendo más fuerte llegando a ser doloroso para él, apostaba que un mínimo intento de su parte para deshacerse del agarre lo único que lograría seria hacerse más daño.
Algunos estudiantes posaron sus miradas sobre ellos, expectantes del siguiente espectáculo entre esos dos, algo ya completamente habitual en el instituto Raijin; más bien era raro no verlos gritarse entre sí o persiguiéndose por los pasillos.
Siseo de dolor al ser soltado de una vez por todas.
— ¡¿Qué mierda te pasa?!— Acaricio su brazo vendado, el cual aullaba de dolor por estar más lastimado de lo que ya estaba. Shizuo no le dirigió respuesta alguna, cerrando con seguro la puerta del aula vacía.
— ¿Qué estabas haciendo con Kadota?
—Eso no es de tu maldita incumbencia— Respondió con simpleza, dirigiéndole una filosa mirada— ¿Y qué te importa a ti lo que haga o no con alguien?
— ¿Qué estabas haciendo con Kadota?— Shizuo se acerco peligrosamente al pelinegro, repitiendo la misma pregunta de una forma pausada y seria, logrando que un escalofrió pasara por la espalda del informante, quien ni se inmuto al ver como Shizuo estaba a apenas centímetros de su rostro.
—No. Es. Tu. Problema— La forma desafiante con la cual el rubio y el pelinegro hablaban, era seguro que si alguna persona se encontrara con ellos sentirían la tensión que poco a poco se propagaba. Ambos, sin soltar sus miradas.
Soltando un bufido, Izaya hizo su camino hasta la puerta, algo en vano, ya que fue detenido de nuevo por el agarre de Shizuo por segunda vez.
— ¡¿Vas a se- Mhm?!— Fue interrumpido a media frase. Los labios de Shizuo golpearon con fuerza contra los suyos, el rubio lo tomo por detrás de su cuello no dejándole escapatoria. Trato de soltarse empujando el pecho delante de él, pero con solo hacerlo logro que el rubio jalara sus hebras azabaches, sacándole un quejido de dolor.
Shizuo no desaprovecho tal oportunidad empujando su lengua dentro de la boca de Izaya, quien al darse cuenta de la intromisión hizo una queja de incomodidad.
Se separaron para tomar aire, pero Shizuo no dejo que sus labios se separaran ni un segundo más volviendo a unirlos. Izaya buscaba una pizca de lógica en todo ese enredo, pero después descarto tal posibilidad.
¿Qué se trataba todo esto?
¿Alguna broma quizá?
¿O alguna clase de sueño bizarro que apenas despertarte quedas observando el techo sin saber el porqué de aquello?
Pero Shizuo más bien no pensaba en ello, solo se dedicaba a seguir los movimientos que su cuerpo inconscientemente realizaba.
Chocaron con el escritorio, siendo Izaya quien cayera sobre este.
En ese preciso momento, un sentimiento de alerta despertó en el pelinegro.
Con todas sus fuerzas empujo a Shizuo, alejándose todo lo posible de él, con la respiración entrecortada, llevando su antebrazo hasta sus labios.
Los dos se observaron. Los orbes color miel al frente de él no eran los mismos, muy diferentes a los que ya conocía desde hace años; estos no tenían ni si quiera el destello tranquilo y amable que contrastaban tan bien con la llama de la ira cuando salía de sus casillas, estaban vacios, como si aquel chico no estuviera presente.
Izaya tanteo con sus dedos el helado filo de su navaja en su bolsillo, preparado en cualquier momento por algún mínimo movimiento del rubio para defenderse.
Se dio cuenta que sus dedos temblaban al hacerse un leve y pequeño corte al sacar su navaja.
Se sentí patético en solo pensar que por primara vez en su vida, Heiwahima Shizuo había despertado tal emoción en su persona, el miedo.
Shizuo se dio cuenta de los planes de Izaya, tumbándolo de nuevo en el escritorio. Inmovilizo su mano, tomándola por la muñeca obligándola a estar quieta sobre la superficie de madera.
— ¿Por qué? — Su voz salió ronca y distante a los oídos del joven informante. Su flequillo rubio ocultaba sus ojos esta vez. Tragando el nudo que se había formado en su garganta sin el darse cuenta, hablo de nuevo— ¿Por qué eres capaz de hacer esas cosas con otros chicos menos conmigo?
— ¡¿De qué mierda habl-?!— Trato de preguntar; tal interrogante ni tuvo el tiempo de salir de sus labios, al ser interrumpido por las manos inquietas y apresuradas que no duraron en dirigirse a su cinturón para desabrocharlo.
Comenzó a mover sus piernas, buscando el alivio de apartarse de Shizuo lo antes posible, su respiración se volvió más pesada, no siendo consecuencias de los besos esta vez, sino más bien del creciente pánico en su ser.
—"¿Acaso...? ¿Acaso hará lo que estoy pensando? "— Se dijo en sus adentros. Miro a la puerta esperando que cualquiera tocara en esta; el conserje, algún estudiante, quien sea, le daba igual pasar vergüenza.
Nunca se había imaginado que las cosas, serian de esta manera. Nunca.
Y como sus sus suplicas fueran escuchadas, hubo toque en la puerta, para después ser recibido por la voz preocupada de Shinra.
—Está bien, sigo enojado con ustedes pero no dejare que se maten entre ustedes— Toco de nuevo la puerta— ¿Están allí?
Izaya abrió su boca para articular alguna palabra, Shizuo tapo esta con su mano, quedándose estático a la espera de que su amigo se retirara de allí.
Intentaba pronunciar palabras, pero todo lo que salían eran sonidos ahogados e entendibles.
Escucho como Shinra soltaba un suspiro, y se alejaba de la puerta yendo a cualquier otro lugar a la búsqueda de sus dos mejores amigos. Sin saber siquiera que ambos se encontraban allí.
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Por desgracia soy un ser humano y no puedo salvar el semestre y escribir al mismo tiempo, lo siento por la tardanza 😂😂😂
Se viene lo bueno ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Preparense mentalmente y no odien a Shizuo, please :v
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Un Rumor En Raijin [Shizaya Fanfic]
Fanfic"-¿Te enteraste? -¿Enterarme de que? La chica revoleo con fastidio sus ojos.-¿Acaso vives debajo de una roca o que? -¿Me dirás o seguirás con tus rodeos?-pregunto con molesta la contraria. -Este año han habido demasiados rumores por los pasi...