-Niall…- Me acerqué para besarlo.
-Está listo el almuerzo.
-Primero, estamos ocupados y segundo, yo cocinaré.
-¿Tú cocinar?- Rió- Nunca creí que el amor cambiara tanto a una persona- Se fue.
-¿El amor te cambió?
-No creo- Besó mi mejilla- Pero me gustaría hacer algo especial por una persona.
-¿Por quién?
-Escuchando la conversación con tu padre recordé algo.
-¿Por quién?- Repetí.
-Mi padre.
-Ah- Él rió.
-Pase dos años esperando que viniera y ahora que está acá no lo he tomado en cuenta, y de seguro me arrepentiré de eso.
-Creo que te he tenido ocupado- Rió.
-Demasiado.
-¿Entonces va a cocinar para mí?
-Sí- Sonrió tiernamente.
-Es que eres increíble- Lo besé.
-Vamos- Me llevó corriendo.
Entramos a la cocina y por más que le rogué que me dijera que estaba preparando no cedió, es más, me hizo que saliera de la cocina hasta que estuviese hecho.
-¿Segura que no quieres un poco?- Erin me indicó el plato.
-No, esperaré lo que prepare Niall.
-¿Quieres que te reserve una hora al médico?- Preguntó James con mucho sarcasmo.
-No creo que sea tan malo- Se oyó como caía un plato.
-¡Todo está bien!- Gritó.
-Vuelvo a repetirlo… ¿Quieres?
-No- Me mantuve sentada en el sofá- No me moveré hasta que Niall tenga listo lo que sea que esté preparando.
Me rugía el estómago y a pesar de eso me mantuve calmada con las bromas de mi abuela y los padres de Niall, aunque para ser honesta varias veces estuve a punto de correr y echarme todo a la boca todo lo que encontrara a mi paso pero no, esperaría calmada.
-¿¡Ya!?
-¡No, cinco minutos más!
-Esto está delicioso- Presumió mi abuela.
-No va a funcionar.
-Que rico está esto.
-No lo van a lograr.
-¡Listo!- Apareció Niall con dos platos cubiertos.
-¡Dame!
-Alto.
-Tengo hambre.
-A la cuenta de tres lo abres ¿De acuerdo?
-Ok. Uno, dos, tres- Conté rápido y quité el paño de encima- ¿Es enserio?- Me crucé de brazos.
-¿Qué, acaso no te gusta?
-Niall… ¡Me hiciste un sándwich!
-Con lechuga y tomate.
-¿Tardaste quince minutos en un sándwich?
-Son dos- Corrigió- Y aparte mira.
-¿Qué te paso?- Vi como la palma de la mano le sangraba.
-Me corté mientras le sacaba la cáscara al tomate.
-Yo que tú no me comería eso _______.
-¿Saben qué? Me lo comeré.
Niall me sonrió al ver cómo le daba una gran mordida al sándwich, debo admitir que no sabía nada mal. Le di otra mordida y ahí fue cuando Niall comenzó a comerse su sándwich. Nos fuimos a sentar sofá pero la puerta comenzó a ser golpeada innumerables veces.
-Ya voy- Dijo la señora Horan.
Al abrir la puerta entraron los cuatro chicos histéricos, se pararon frente a nosotros mientras balbuceaban un millón de incoherencias por segundo.
-¡Es enorme!
-¡Voy a llorar de la emoción!- Louis comenzó a brincar.
-¿De qué están hablando?
-¿¡Cómo que de que!?- Gritaron al unísono.
-No sé de qué están hablando.
-¡La feria!
-¡Sí!
Niall se unió a ellos y comenzó a saltar de igual forma, sonreían maravillados, parecían unos verdaderos niños pequeños. Miré a Erin y ella solo negaba con la cabeza en tanto ponía caras graciosas.
-Vamos- Me jaló Niall.
-No he terminado de comer.
-Podemos comer en la fiesta.
No pude negarme a su expresión, era simplemente adorable. Sin más me dejé llevar por su mano que me arrastró hasta afuera de la casa pero en un momento me soltó, me giré y él se estaba quieto en la puerta.
-¿Qué pasa?
-Hay algo que tengo que hacer.
-¿Qué cosa?
-Ven- Me llevó de vuelta a la casa.
-Papá… ¿Te gustaría ir con nosotros?
-¿Yo?- Arrugó el entrecejo.
-Sí.
-Me sentiré raro yendo con seis adolecentes.
-Mamá también iré.
-¿Qué? Yo no iré.
-Vamos.
-Abuela tú también ven con nosotros.
-Sí- Mi novio me apoyó- Vamos todos.
-¿Estás hablando enserio?
-Sí, será como cuando éramos pequeños y las madres de los chicos mentían diciendo que no podían para que tú fueras con todos nosotros.
-¿Qué dices?- Preguntó a su esposo.
-Todo sea por los niños.
-¡Sí!- Niall fue a abrazarlo.
Fue el abrazo más largo que vi en mi vida, fue eterno pero estoy segura de que para ellos no fue suficiente, al parecer no se abrazaban desde hace un buen tiempo… Sencillamente adorable.
