Sentí unos pasos ascendentes. Lentamente abrí los ojos y vi a dos manos dejar una bandeja junto al colchón.
-Niall…- Murmuré.
Nadie respondió, eso me pareció extraño hasta que sentí a alguien abrazarme con fuerza, me giré y vi a mi novio durmiendo plácidamente. Giré mi vista y me encontré con Erin sonriéndome.
-Hola- Me senté con una sonrisa.
-Buenos días.
-¿Qué paso?- Niall se restregó los ojos- ¡Comida!
-Sí, les traje el desayuno.
-Gracias mamá- Se sentó en la cama y besó mi mejilla.
-Niall… ¿Me pasas mi polera?- Dije aun cubriéndome con las sabanas.
-Ten.
-Gracias- Me la puse por debajo de las sabanas.
-¡Oh mi dios!- Erin se tapó la boca.
-¿Qué pasa mamá?
No respondió y siguió con su vista quieta en un punto fijo, ambos nos miramos extrañados y decidimos seguir su vista. ¡Oh mi dios! Ya entiendo la reacción de Erin y como no si en el pasto hay a lo menos unos cuatro preservativos tirados.
-No ocupamos tantos- Dijo Niall.
-¿Por qué están tirados?- Calmó un poco su expresión.
-Es que… los primeros dos se me rompieron y los otros tres no los supe poner.
-Por dios Niall, te dije practicaras antes- Yo reí.
-No te rías de mí- Me miró tiernamente.
-Lindo- Besé su mejilla.
-Creo que yo estorbo- Caminó hacia la casa- Casi lo olvidaban… espero ver el patio limpio de cualquier tipo de cosa extraña.
-No puedo creer que los hayas lanzado al césped- Di una sonora carcajada.
-No sé, yo solo los lancé lejos.
-Eres adorable- Tomé una tostada.
-Eres increíble- Me quitó la tostada y se la comió.
-¿Cómo puedes meterte todo eso de una sola vez a la boca?
-Es un don.
Niall estuvo todo el desayuno presumiéndome de su talento para comer rápido.
-Cuando tenía 10 años- Dijo con la boca llena- Gané un concurso de quien comía más hot dogs en dos minutos.
-¿Cuántos te comiste?- Apoyé mi cabeza en su pecho.
-Veinte y uno- Sonrió orgulloso.
-¿¡Qué!?
-Sí, pero después me enferme del estómago y vomité como por una semana.
-No sé cómo puede caer tanta comida en algo tan pequeño.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Qué de hecho debes pesar hasta menos que yo.
-Ah…
-¿A qué pensaste que me refería?
-A nada- Siguió comiendo.
-¡Niall James Horan! No me refería a… eso.
-Ya me di cuenta- Sonrió.
-Eres un mal pensado.
-Lo siento.
-Te perdono si me das un beso.
-De acuerdo- Siguió masticando su comida.