-Está despertando.
-Cálmate mamá.
-Pero mira, está abriendo los ojos.
-Deja que se despierte sola.
-Hola- Sonreí.
-¿¡Estás bien!? ¿¡Necesitas algo!? ¿¡Quieres qué se vaya!?- Apuntó a Erin.
-Y así me pedias que mantuviese la calma.
-Lo siento, es que estoy preocupado- Acarició mi mejilla- ¿Cómo estás felpudita?
-¿Felpudita?- La madre de Niall comenzó a reír.
-Mamá- Dijo entre dientes.
-Es que me causa gracia.
-Mamá por favor, ________ necesita descansar.
-Pero es que…- Paró a causa de la risa.
-¿Te puedes retirar?- Serio le indicó la salida.
-Ok- Se levantó- Felpudita…- Volvió a reír.
-¡Te escuché! A veces pienso que soy el único adulto en esta casa.
-Gracias por decirme niñita.
-No me refería a ti, bueno… Sabes a lo que refiero.
-Claro que si amor.
-¿Me darías un beso?- Estiró los labios.
-Ven aquí- Lo jalé por el cuello del polerón.
-Extrañe tus besos.
-Oye ¿Qué hacemos en tu cuarto? ¿Y el bosque, o es qué acaso lo soñé?
-Nos halló Bob- Se recostó a mi lado y me abrazó.
-¿Quién es Bob?
-El guardabosque, alias el hombre que me iba a dejar a casa cada vez que me perdía en el bosque.
-¿O sea que nada fue un sueño?
-No.
-¿Qué vamos a hacer?- Me revisé los bolsillos.
-¿Hacer, de qué estás hablando cosita?
-De esto- Le mostré mi teléfono.
-Llamaré a Martin.
-Sí.
Niall estuvo bastante tiempo marcándole pero este nada, no dio señal alguna de vida. Intenté llamar por el mío pero descubrí que no tenía ship.
-¿Qué tienes en mente ahora?
-No lo sé, tengo miedo.
-No va a pasar nada malo.
-Eso espero.
-¿Qué tal si vamos a comer?
-Ok.
-Pero afuera.
-Esponjosito… ¿Me estás invitando a comer?
-Sí felpudita ¡Iremos a Nando’s!- Comenzó a bailar.
-¿A Nando’s?- Hice una mueca.
-Sí- Paró de bailar- ¿Acaso no te gusta?
-No es eso, es que desayunar en Nando’s es extraño.
-Buen punto.
-Si quieres podemos comer aquí y luego más tarde ir a Nando’s.
-No, vamos a Starbucks y luego a Nando’s.