Otra noche de frío viernes, como cualquiera pero Damian esta emocionado como cada viernes, se coloca su corbata favorita, sus mejores jeans y su chamarra negra, se estremece solo de imaginar a su amada Evangelina esperándolo como siempre en aquella esquina con sus tacones rojos, su falda corta y su bufanda para ocultar el frió, con esa hermosa imagen salió de su casa rumbo hacia el centro de parís en aquella esquina donde siempre ella lo espera o al menos eso es lo que él cree.
Emocionado y excitado llega Damian a aquella adorada esquina, ve a su amada Evangelina sentada en aquella banca con su taza de café y cuando está a punto de llegar para su preciosa cita, sin previo aviso llega otro auto, un Ford fiesta blanco muy limpio, ella se para y se posa en la ventana del auto y luego de unas cortas palabras ella con una pícara sonrisa entra al Ford fiesta ante los ojos decepcionados y moribundos de Damian, quien con el alma destrozada y su orgullo roto decide que sin ella ya no quiere vivir, que sin ella ya nada tiene sentido y que debía de morir, pero no sin antes el irse con ella, así que con lágrimas en los ojos y el alma hecha pedazos arranco y siguió aquel Ford varios minutos hasta llegar a un lugar oscuro en un callejón, Damian confundido se detiene metros atrás para que no lo vean y ve con asombro como su amada y aquel repulsivo hombre profanaban el auto, ver como el auto se movía con los saltos de Evangelina lo llenaban de rabia y rencor pero no sabía que hacer solo tenía dolor en su corazón y deseaba calmarlo,luego de varios minutos de llorar y ver tan desgarradora escena, y con un profundo odio en sus ojos sabía lo que tenía que hacer y aunque no sería fácil era la única opción si no era para él no sería para nadie.
Damian con dolor se baja del auto y saca de la cajuela del mismo una cruceta, con las manos temblorosas y los ojos aun con lágrimas en las mejillas se acerca lentamente a aquel infame Ford blanco y sin mediar palabras levanto la cruceta y rompió el vidrio, ante el asombro de su amada y su rival abre la puerta y saca al hombre del auto, lo golpea con la cruceta con toda sus fuerzas mientras le grita y llora, ve como la caliente sangre le mancha la ropa y la cara, mientras saborea la sangre que le salpica los labios, cuando ve que su cara ya no tiene forma y a dejado de luchar se levanta y ante la mirada de terror de su amada Evangelina el da una sonrisa y ella sin poder huir del terror que la aguarda lo recuerda y lo llama por su nombre mientras le ruega que no la mate, pero él ya había decidido cuál sería el destino, así que pidiendo perdón a dios levanta la cruceta que aun gotea sangre y saca a la mujer del auto, casi como si el tiempo se parara el empezó a golpearla con la cruceta tan fuerte que se podían escuchar sus huevos crujir, sabía que no podía golpearla en la cara porque sería como arruinar una perfecta obra de arte, así que cuando ve que deja de luchar y su boca se llena de sangre él se detiene, y mirándola con gran dolor empiece a recitar un poema de García Lorca mientras llora,mientras llora desconsolado al lado de su amada que lo había traicionado, pero sabía que no podía irse no sin antes hacer lo que los viernes era costumbre para él.
Tenía la cara roja y no solo de la sangre de su amada y su amante sino de la excitación, así que los minutos pasaron y el planeo minuciosamente no que haría, agarro primero a su rival y lo sentó al lado del auto y puso su amada al lado y mientras sus manos sudaban empezó a quitarle poco a poco la ropa que traía y a besarla, él le sorprendía ya que aún no estaba fría aún estaba tibia y con ese olor a perfume que tanto le prendía,verla así cubierta de sangre aunque le asustaba sabía que necesitaba vengarse,luego de desnudarla completamente, él se despojó de sus vestidos y en un acto tan enfermo pero para el tan hermoso empezó a poseer a su amada que con cara fija de terror pálido lo miraba, el muriendo de placer, como cada viernes solo que sabía que esta sería la última vez así que tenía que ser única así que entre corrida y corrida lleno el interior de su amada con su cálido veneno que se mezclaba con la sangre que emanaba de sus viseras los cuales hacían la mezcla perfecta para él y sería una noche que recordaría para siempre como el día en que por sin él y su amada estarían juntos por siempre.
Luego de haber consumado aquel acto tan horrendo y con cara de satisfacción Damian se levanta, y dando su último suspiro y con aquella misma arma que uso para cometer tan espantoso hecho golpeo el tanque de gasolina de aquel Ford hasta que empezó a llenar todo el lugar de gasolina y Damian habiendo cumplido su venganza, saco su caja de cigarros del bolsillo y encendió uno, se tomó su tiempo y cuando por fin lo acabo mirando al cielo y sintiéndose feliz tiro el cigarro al suelo donde luego de unos minutos solo quedaban cenizas y los cadáveres de 3 individuos que nadie reconoció.
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Unos cuantos cuentos escritos con sangre
Teen Fictionunos cuantos cuentos que sin saberlo aparecieron escritos con la tinta sangre de un loco forastero, que encerrado en su cuarto imagino mil asesinatos, y los plasmo en papel como un enfermo insensato, y aunque a morir el también esta condenado no se...