1/2 Primer Encuentro(Ella)

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Desperté temprano por la mañana y me quede observando tras la ventana las gotas caer, era una bonita imagen desde mi cama. Tenía una entrevista de trabajo a las 8, eran recién las 6. Me levanté cuidadosamente para no despertar a mi gata "pecas" camine hacia el baño para tomar una ducha y me tome mi tiempo.

Al salir perfume mi cuerpo y elegí ropa casual para la ocasión; una blusa con diseños blanca, un pantalón, unos zapatos negros y un abrigo azul. Cuando terminé de vestirme sentí un cuerpo peludo empujando mis piernas en señal de cariño, la mire y la tome mientras le decía: quien es la gata más linda del mundo, en respuesta recibía un "Miau" animoso. Tomé un café, un pedazo de tostada y la verdad no me gusta desayunar, si lo hago es por que es la comida más importante del día.

Al salir del edificio tome un taxi que tenía olor a incienso, un hombre de edad lo conducía, tenia unas cuantas arrugas en la frente y su pelo era canoso.

-señorita. ¿le molesta si fumo?.-Dijo el chofer.- su voz era tan cálida que me tranquilizó bastante. hoy en día se ve mucho en las noticias que la gente cada vez está más mala y en ningún lugar se esta seguro.

-no me molesta.-Respondi sonriendo.

Saco su cajetilla, se dio vuelta y me ofreció uno, que acepte con gusto ya que me generaba más cómodo el trayecto.

-¿a donde se dirige señorita?

-al centro.-Respondí, encendiendo el cigarrillo.

-¿se encuentra bien?, la notó un poco pálida.

-si, estoy bien, lo que pasa es que tengo una entrevista de trabajo ahora y estoy un poco nerviosa.

-no se preocupe, estoy seguro que quedará.

-¿como está tan seguro?.- le pregunte mientras sonreía.

-los viejos lo sabemos todo.-Respondió devolviendo la sonrisa por el retrovisor.

Al llegar al centro le agradecí al anciano y le pague su servicio, apague el cigarro y Camine lo más segura que pude al edificio de vidrio frente a mi, tenía que llegar al décimo piso y hablar con la secretaria. Al subir al ascensor no mire mi alrededor y marque el número 10, mire el piso mientras pensaba en los trabajos de la universidad que tenia que terminar. Una mirada fuerte sentí sobre mí y me saco de mis pensamientos, mire a mi lado y había una mujer delgada con unos cafés en sus manos, pero no me estaba mirando, de hecho no miraba a nadie, solo a sus cafés, Al otro lado iba un hombre alto de lentes, pero escuchaba música con audífonos y ojos cerrados. cuando me daba por vencida volví a sentir esa mirada y mire hacia atrás, vi unos ojos azules intensos que al notar los míos miraron a otro lado, éste era un joven aún más alto que el hombre a mi lado, su cabello era negro y tapaba sus orejas, se veía de espalda grande y delgado, estaba vestido de traje y me llamó la atención que se veía casi de mi misma edad.

-Hola!.- dije sin pensarlo, de forma animada, ignorando a los demás. Iba directamente dedicado a él.

-Hola.- Respondío la mujer de mi lado.

-Hola!.- Respondió el hombre de audífonos en el mismo tono sonriendo.

Los dos se unieron a mi mirando hacia atrás, esperando la respuesta de él, pero no dijo nada sólo me siguio mirando con expresión sería. Escuche las puertas abrirse, di media vuelta y seguí mi camino sin mirar hacia atrás otra vez.-que tipo mas grosero y raro.- pensé mientras llegaba a un escritorio dónde se veía sentada una mujer mayor con cara amigable y supuse era la secretaría.

-disculpe, vengo a la entrevista, mi nombre es paz y hablamos por teléfono ayer.- dije sonriendo de mala gana por el incidente ocurrido.

-si, conmigo tienes que hablar, me llamo julia.- dijo sonriendo también, pero por el contrario a mi, de forma muy natural.

-traje mi currícu....

-estás contratada!.-me interrupio

-¿así de fácil?.- dije sorprendida

-pasaste las pruebas más importantes; puntualidad y buena presencia. bienvenida, serás la secretaría del joven Daniel, es el hijo del hermano del dueño y tiene muy mal carácter, esa es otra razón por la que te contrató, eres mas joven y tendrás más paciencia que yo, soy una mujer muy paciente, pero es como un niño, gritando todo el día, es un maldito y espero puedas con él, prometo que será una buena paga.

Al escucharla decir todo eso no pude evitar abrir mis ojos y sonreír aún que por dentro tenía carcajadas y me cosquilleaba el estomago de nervios, quede muy curiosa de saber quien era ese ogro(suena más bonito que maldito) pero no empezaba hasta mañana, ya que julia dijo que me prepare bien mentalmente y descanse por que de ahora en adelanté sería muy difícil para mí pero insistió en que la paga sería buena y la verdad con eso me conformó, pero si excede los límites y me trata como un animal, no me quedare callada, uno de los beneficios de ser joven es el poco control de impulsos que se tiene, en algunos casos es bueno y en otros malos.

Saliendo del edificio di pequeños saltitos de felicidad y cuando me di cuenta el taxista que me había traído me esperaba con su cajetilla en la mano, me llevo de vuelta a casa y esta vez no hablamos, solo compartimos ese cigarro y sonrisas. De camino comencé a recordar a mis abuelos, estarían orgullosos de mi, mis padres murieron jóvenes en un accidente de avión con otros 200 pasajeros o más, mis abuelos se encargaron de mi educación hasta ahora que decidí valerme por mi misma y aquí estoy, estudiando lo que me gusta, en un trabajo que me gusta y con una gata esperándome en casa.

Ya de noche, acostada en mi cama, recordé al joven del ascensor y me pregunté en que parte del edificio de vidrio trabajaría, llamo mucho mi atención a pesar de haber sido un grosero, pensándolo bien era muy guapo si no hubiera sido porque no respondió al saludo.
-¿Acaso será el sobrino del dueño?- naaaa.- me Respondí en voz alta riéndome, luego de esto me quede dormida junto a la cabecita de pecas.

                           
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Trabajando con el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora