Un beso anunciado

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Cuando la vi salir del edificio algo en ella había cambiado, se veía aún más radiante y salvaje que de costumbre, embobado observe como subía en el auto y antes de que colocará su cinturón me adelante.

-Llegue muy temprano?.-dije algo avergonzado.

-para nada, justo a tiempo.¿a donde iremos?.- pregunto sonriendo.

-es una sorpresa.

-¿una sorpresa?.-dijo entusiasmada.

-si, es un lugar muy bonito que me gustaría compartir contigo.

No pude evitar sonrojarme cuando Daniel dijo eso, es extraño como unas palabras te pueden revolver las emociones, no sentía mariposas en el estómago, eran más parecido a dragones, sentía un fuego ardiendo y provocando palpitaciones que hasta pensé que las escuchaba. El resto del trayecto sólo me dediqué a mirar por la ventana mientras él conducía escuchando radio, a ratos cerraba los ojos imaginando bonitos escenarios con la música de fondo.

-llegamos!!!!.-escuché su voz a través de mis sueños.

-me había quedado dormida¿porque no me despertaste?.-dije algo aturdida por despertar.

-te veías algo cansada y linda, no podía interrumpir tu sueño.

-tonto, debiste despertarme, pero gracias.

Bajamos del auto y pude observar mi alrededor, veía sólo árboles y un camino rocoso, por un momento mire mis pies y sin pensarlo mucho me saque mis tacones y comencé a caminar. Unos fuerte brazos me tomaron y me colocaron en su espalda.

-oyee!!.-grite riendo.

-pensabas que dejaría que caminaras descalza?

-soy pesada, te molestare.

-eres mas liviana que una pluma, tú solo disfruta de la vista en la comodidad de mi espalda.

Siguiendo su consejo disfrute el camino, era bastante largo pero lindo, habían árboles de todos los tamaños, se escuchaba el canto de los pájaros y se veían pequeños animales en las alturas, era una vista maravillosa y tranquila. cuando comenzaba a sentir calambres en las piernas divise una cabaña Con el fondo de un bonito lago. El lugar era inesperado al igual que Daniel, casi como una película romántica. Baje y corrí riendo a mojar mis pies.

-ME ENCANTA, ME ENCANTA!!.-dije salpicando agua para todos lados.

-te encanta?.-dijo con un brillo en su mirada una sonrisa se plasmada.

-SI!!!!, mira este lugar, es precioso, inolvidable, gracias por compartirlo conmigo.

-es un placer, pero quiero que nos subamos al bote que esta en el muelle.

-esta bien, pero te advierto que no se nadar.

-¿y te acercas corriendo a jugar con el agua?

-no es lo mismo la orilla que estar en un bote.-dije riendo

Tomé su mano y ella la agarro con fuerza, notaba su miedo al agua y eso me provocaba ganas de abrazarla. Subimos al bote y comencé a remar hasta el medio, mientras ella hacia movimientos con su mano en el agua, comenzó a mirar por los lados como una niña, me causaba alegría, sentía que estaba mostrandole partes hermosas del mundo por primera vez.

-bueno la razón por la que estamos...

Mirando hacia atrás no me percate que ella se había parado y solo sentí cuando su cuerpo callo en el agua, di vuelta mi cara, al ver sus manos sacudirse salte rapidamente y la abrace de la cintura sacando su cabeza hacia arriba. me abrazo con firmeza y pude sentir como su cuerpo tiritaba.

-no me sueltes Daniel, por favor no lo hagas.-dijo sollozando y sacudiendo sus pies en el agua.

-no lo haré lo prometo,tranquila, subamos al bote.

-no puedo moverme, tengo miedo, no siento el fondo, estoy asustada.

-bien, deja que te acerque y te ayudo a subir.-dije de forma calmada para que pudiera tranquilizarce.

Sin esperar respuesta comencé a nadar hasta llegar al bote, ella se agarro con sus manos mientras yo la empujaba adentro, luego me ayudó ella. Coloque una manta en sus hombros mientras remaba hacia la orilla. Su cara se veía aún más pálida y sus ojos estaban algo cristalizados.

-lo siento mucho, yo... fui un idiota, arruine todo.-dije algo molesto conmigo mismo.

-Daniel tranquilo, estas cosas pasan, no podías adivinar lo que pasaría, quizás me hacía falta un chapuson.-dijo riendo.

-tonta, pudiste haberte ahogado y bromeas con eso.

-pero estabas tu para salvarme y es lo que importa, creo que tengo que preocuparme si no estuvieras.-dijo sonriendome.

-lo siento.-dije triste.

-basta. Es un bonito recuerdo para mi.

-¿que te caíste y casi te ahogas?.-dije riéndome.

-que nos abrazamos en el agua.-dijo con voz tierna.

-¿eso cuenta como un abrazo?.-dije levantando una ceja.

-Claro que cuenta idiota, al menos para mi fue así.

-que forma tan bonita de ver las cosas.

Antes de llegar a la orilla solté los remos y agarre su cara, vi como lentamente su mirada agarraba un brillo encantador y su piel blanca comenzaba a tomar un color rojizo, sus labios delgados parecían llamarme y su ritmo cardíaco se escuchaba igual que el mío. Lentamente acerqué mi rostro al de ella, nuestras respiraciones se juntaron y la mire fijamente. No aguantando más apreté mis labios con los de ella, suavemente comencé a besarla y ella correspondió mi beso abrazando mi cuello, los movimientos de nuestros labios comenzaron a tornarse salvajes, sentí como comenzamos agitarnos y antes que las hormonas comenzarán a actuar la solté algo nervioso.

-estás bien.-dijo algo sorprendida.

-si, solo pensé que nos estamos congelando, deberíamos hacer una fogata.

-nos quedaremos aquí?

-si te molesta podemos irnos.-dije avergonzado.

-no tengo problema, solo que no traje ropa de cambio.

-tengo ropa en la cabaña, cuando entres busca un armario y escoge algo para que puedas cambiarte, mientras vas yo hago la fogata y cuando salgas iré yo.

-esta bien.-dijo sonriendo.

acerque lo que le faltaba al bote para llegar a la orilla y la ayude a bajar, mientras ella se acercaba a la casa busque leña y astillas para poder hacer la fogata, ya con todo listo la encendí y mire hacia la cabaña, desde sus ventanas podía ver la silueta de ella cambiándose, sentí ardor en las mejillas y mire hacia el lago, ya se podía ver el atardecer, era una vista digna de admirar. Sentí la puerta abrirse y la vi con una polera mía dentro de unos shorts ajustados a su cuerpo, corrí hacia la cabaña dándole un choque con la mano y diciendo: "me toca". Me cambie rápido de ropa y salí.

-no tienes frío?.- pregunté algo preocupado.

-no, estoy bien así no te preocupes.

Me acerqué a ella y la abrace por la espalda mientras miraba el paisaje, volvi a sentir la sincronía de nuestros latidos, la di vuelta y robe un beso más corto que el anterior, pero con la misma pasión, al soltarla sin dudar pregunté:

-¿paz, quieres ser mi novia?.

-si quiero Daniel.

Le di un pequeño beso, pero antes de que comenzará alejarme ella me dio otro y sin darme cuenta se convirtió en una lluvia de besos.



Trabajando con el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora