Royals, muy importantes.

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Blancanieves, detrás de sus lentes de sol, examinaba a todos con alegría. Sabía que las chicas estaban envidiando su perfecto cabello o sonrisa irresistible, y que los chicos le miraban las curvas, las cuales probablemente no llegarían a tocar.

Nunca.

Se sentó en la mesa que, por derecho divino, siempre les había pertenecido. Aquella que estaba en medio de la cafetería, para que, quien quisiera (Y, ¿quién no querría?) pudiera verlos.

Los demás, sin siquiera ponerse de acuerdo, también se sentaron, como siempre lo hacían en aquella mesa redonda.

Aurora a su izquierda y Ariel a su derecha, con sus respectivas parejas a los lados. Frente a ella iba Cenicienta, y a la izquierda de la rubia estaba Charming. En medio de todos estaba Hércules, que estaba del lado derecho de Ceni, y de su otro lado se sentaba Hans. Los Royals.

— ¿Ya escucharon la nueva canción de Taylor Swift? — Como siempre, Ariel era la que rompía el hielo— ¡Es increíble!

El rostro de Blancanieves se sonrojó ligeramente.

— Ari, querida, ya les he explicado varias veces que Taylor es lo mío. Yo soy la que escucha a Taylor aquí, y la única con derecho a hacerlo— dijo, con aquella voz tan peculiar que tenía, la cual era dulce y filosa a la vez.

— No estoy robándotela, sólo estoy diciendo que su nueva canción es genial.

— Pues no puedes. No deberías de escuchar a Queen T, y si te atreves a hacerlo, debes guardártelo para ti, pues Tay es lo mío, y no voy a permitir que estés robándome mis cosas. — Ariel hizo un puchero— Pero no te preocupes, puedes escuchar a Katy, ella no me gusta.

Ariel asintió, su cabello rojo rebotando con el movimiento, y se puso a tararear Swish Swish mientras una sonrisita de satisfacción aparecía en el rostro de la blanca chica.

— Hay una chica nueva en nuestro grado— apuntó Eric, y, disimuladamente, las miradas de todos voltearon hacia Rapunzel.

— Es bonita— murmuró Cenicienta— Muy bonita.

— Sí, definitivamente podría sentarse con nosotros— concordó Felipe, por lo cual recibió una mirada asesina de parte de Aurora.

— Realmente parece digna— dijo Blancanieves— Deberíamos invitarla.

En ese momento, Ariel se puso de pie, pero Blancanieves, como un rayo, le sujetó la muñeca, impidiendo que diera un paso más.

— ¿A dónde crees que vas? —dijo ella, entre dientes.

— A decirle que se siente con nosotros— contestó la chica, encogiéndose de hombros con inocencia.

— No puedes hacer eso— la regañó Eric— Tenemos que ser más sigilosos.

— Exacto— le dio la razón Nieves, obligando a Ariel, con la mirada, a que se sentara. — Primero tenemos que investigarla.

— Entonces... ¿le hablamos? —preguntó Aurora, la voz molesta y una ceja levantada.

— No. Tenemos que hacerlo sin que se dé cuenta. Por el momento, al menos se ha ganado una invitación a la fiesta del viernes. — Blancanieves miró fijamente a Rapunzel. — Es digna de investigación.

— Sí, y no me haría falta conseguir pareja— agregó Hans— Hércules y yo llevamos casi seis meses sin una.

— Y yo seguiré si una— contestó Hércules, todos contemplándolo, embobados. — No necesito pareja.

— Sí, bueno, no son los únicos solteros— dijo en voz alta Blanca, mirando al pelirrojo a los ojos y pestañeando. — Pero, volviendo al tema, quiero que todos le pongamos suma atención a la nueva, parece prometedora. ¿Entendido?

Todos, a excepción de Hércules, sobre quien Blancanieves no tenía ningún tipo de dominio, asintieron.

— Perfecto— murmuró ella, quitándose los lentes de sol, y mirando a Rapunzel fijamente. La chica pareció percatarse, y bajó la mirada de inmediato.

Pero Blancanieves ya había lanzado el mensaje que había querido dar.

Estás en la mira.

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⏰ Last updated: Oct 21, 2017 ⏰

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